Cálculos como el que recientemente publicó el periódico egipcio Al-Ahram indican que hay unos 17 millones árabes y descendientes de árabes en la región.
Pero una estimación más concreta, medida más por la religión que por el origen, cifra la cantidad de musulmanes en Latinoamérica en seis millones.
Así lo ha calculado la Organización Islámica para América Latina (OIAL). De esa cantidad, un millón y medio vive en Brasil y 700.000 en Argentina, como lugares con gran presencia.
Los primeros testimonios de árabes y musulmanes llegados al continente americano datan del imperio español.
Esclavos traídos por los conquistadores desde el norte y oeste de África introdujeron el Islam, asentándose en países como Brasil, Venezuela y Colombia, y en algunas islas del Caribe.
Estos precursores perdieron contacto con sus raíces, no conservaron su identidad cultural y finalmente desaparecieron.
En Estados Unidos, se calcula que unos 3.000 musulmanes trabajaron como esclavos en plantaciones.
Más recientemente, alrededor de 1850, se registró una fuerte llegada de aquellas poblaciones árabes dominadas por el imperio otomano, que escapaban de este dominio.
En aquel momento estaba muy presente la idea de América como continente promisorio, donde había mucho futuro.
“Jóvenes y pobres”
Argentina, por ejemplo, recibió fundamentalmente sirios y libaneses. Lo mismo ocurrió con Brasil, Venezuela, Colombia y Paraguay. En este último país se asentaron además palestinos.
“En términos generales, uno puede decir que los primeros inmigrantes eran hombres solos, muy jóvenes y pobres, que se dedicaron fundamentalmente a la actividad comercial, a la venta ambulante que no requería mayores conocimientos del idioma”, explicó a la BBC Ricardo López Dusil, especialista en Medio Oriente y África.
“Ellos establecieron pautas comerciales que traían de sus países y no se conocían en el continente. Por ejemplo, el crédito”, añadió.
Y en la medida que prosperaron, estos inmigrantes fueron convocando a sus familiares.
Una nueva ola de inmigración ocurrió tras la creación del Estado de Israel en 1948. En esta oportunidad se registró el arribo de palestinos fundamentalmente a Chile.
Muchos de los árabes y musulmanes se “mimetizaron” con las poblaciones locales.
“Si uno piensa por ejemplo que en Argentina la primera mezquita se construyó hace alrededor de 20 años, esto estaría indicando que están mucho más integrados de lo que se piensa”, comentó López Dusil.
En América Latina ha habido varios políticos de origen árabe, como el ex presidente argentino Carlos Menem, sirio de una familia musulmana que se convirtió al cristianismo; Abdalá Bucaram, descendiente de libaneses, cristiano, quien fue presidente de Ecuador, y el libanés Gabriel Turbay, candidato a la Presidencia de Colombia en los años 40.
En la Triple Frontera
Unos 25.000 árabes, tanto musulmanes como cristianos, viven actualmente en la Triple Frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil.
Comparativamente, esta comunidad es importante en América Latina tanto por su número como por su concentración.
Estos inmigrantes llegaron más recientemente, hace no más de cuatro décadas, escapando de los problemas económicos, sociales y políticos en el Medio Oriente.
El auge de a la Triple Frontera comenzó en la década de los 70 con la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú, que fomentó nuevos asentamientos poblacionales, la radicación de fábricas y el correspondiente sector de servicios.
Un gran porcentaje de los comercios que abundan en las ciudades fronterizas de Foz do Iguaçu (Brasil) y Ciudad del Este (Paraguay) son atendidos por árabes.
Fuente: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_4294000/4294241.stm
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