Un Gólem en Buenos Aires

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“Un Gólem en Buenos Aires” es una obra de teatro multidisciplinaria para grandes y chicos inspirada en la leyenda judía del Gólem de Praga.

Esta leyenda que data del siglo XVI, cuenta acerca del famoso rabino Judah Loew, sabio cabalista (que existió históricamente).

El rabino, creó un ser animado a partir de materia inanimada combinando letras y números según los métodos de la Kabbalah, para salvar a su pueblo en Praga de los ataques y las persecuciones que sufría.


En “Un Gólem en Buenos Aires” la participación de una lágrima transforma la leyenda original. Esa lágrima es derramada inesperadamente por Rabí Loew cuando está creando al Gólem. El rabino le está dando forma a este muñeco de barro e inscribiendo con las letras “mem” y “taf” la palabra “Met” (muerte) en su frente. En ese momento,en el que está por colocar la letra “Alef” para formar la palabra “Emet” (verdad) para darle vida al Gólem, una lágrima resbala por su mejilla y cae sobre el muñeco de barro.

Rabí Loew comprende inmediatamente que esa lágrima suya transformaría al Gólem y ya no sería el que su pueblo en Praga necesitaba.

Entonces decide descartarlo y hacer otro. Pero no puede tirarlo. El rabino guarda el Gólem, todavía pequeño y sin vida, en un antiguo libro, en la biblioteca del ático de la sinagoga de Praga, y se dispone a crear otro Gólem

Siglos después, el libro en el que quedó ese primer Gólem inconcluso, es encontrado por un maestro, discípulo, de un discípulo, de discípulos de Rabí Loew. Este maestro lleva ese antiguo libro consigo a Buenos Aires, Argentina, al escapar de los Pogroms de Europa, sin saber lo que escondía.

Una vez en Buenos Aires, en un sueño, el maestro le coloca al pequeño Gólem la letra Alef que faltaba para darle vida. Y así nace un Gólem en Buenos Aires.

Este Gólem comienza siendo un ser tosco que no comprende la metáfora, que entiende todo textualmente, pero poco a poco se va transformando a partir de su curiosidad, de su necesidad de aprender y de su sensibilidad, hasta llegar a expresarse poéticamente sin emitir ni una sola palabra.

Un Gólem en Buenos Aires, es un alegato contra la automatización, a favor del rescate de lo poético, que al incluir estrofas del poema “El Gólem” del escritor Jorge Luis Borges y versos del poeta, Eliahu Toker, logra acercar esos textos y la leyenda misma al espectador.

“Un Gólem en Buenos Aires” pretende ser un punto de partida para la reflexión acerca del acto de creación, acerca de la obra que toma vida propia. Se propone reflexionar acerca de la diferencia y de su riqueza, en la que cualquiera puede expresarse como ser singular. Al mismo tiempo es un acercamiento al mundo del artista y del arte.

Por sobre todo “Un Golem en Buenos Aires” quiere entretener, sorprender y hacer vibrar al espectador, quiere ser goce estético con un material que abreva en fuentes antiguas y modernas. Combinando el talento de los actores, apela a composiciones musicales originales, a creaciones de artistas visuales, a las coreografías y a la literatura para hacer del teatro una experiencia única .

“Un Gólem en Buenos Aires” tiene una puesta visual y escenográfica particular compuesta por dos propuestas diferentes: Una, integrada por los objetos concretos que manipulan los actores (una mesa, 2 sillas, una biblioteca bifaz y un pequeño sillón) y otra, compuesta por pinturas creadas especialmente para la obra por la artista visual Mirta Kupferminc, que proyectadas en vivo en el fondo del escenario y van creando los ambientes donde tiene lugar cada escena. Los objetos físicos y las pinturas arman una composición que da lugar a diferentes espacios .

Al mismo tiempo, una serie de proyecciones interactivas en movimiento, creadas para la obra por el artista Federico Joselevich Puigróss, son activadas en vivo, en diferentes momentos por una de las actrices, creando un mundo onírico de juego que “mágicamente” toma vuelo sobre las pinturas, también proyectadas, e interactúa con los actores, completando el juego poético que aparece a lo largo del relato.

Se suma a la propuesta el vestuario diseñado por Silvana Morini que contrasta en forma y color con el fondo, al utilizar colores planos y una evocación a la época en la que sucede la historia.

Las composiciones musicales, creadas especialmente para la obra por el músico y compositor Gabriel Toker, juegan un papel fundamental a lo largo de este cuento original, jugando muchas veces con la mezcla de música Klezmer, Milonga y Tango dándole fuerza e identidad al relato.

Las coreografías, creadas por Carina Toker, aportan juego visual, ritmo y humor a una puesta con variados recursos que confluyen en esta historia que da lugar a la risa y a la emoción compartida.

-¿Cómo “Un Golem en Buenos Aires” cabe en la temática “Vida + Muerte”? ¿Qué pregunta plantea la obra dentro del contexto de la temática?

La temática “vida + muerte” es parte esencial del relato de la leyenda del Gólem de Praga en general y de la obra “Un Gólem en Buenos Aires” en particular. En esta obra, al igual que en esa leyenda, el rabino Loew, sabio cabalista, puede darle vida o muerte al Gólem combinando letras y números de la Kabbalah.

La palabra “EMET” (verdad) conformada por las 3 letras del alfabeto hebreo (Alef, Mem y Taf) le pueden dar vida al Gólem de Praga y al Gólem de Buenos Aires también. Cuando a esta combinación de tres letras se le saca la primera (la Alef), la palabra se transforma en “MET” (muerte) y el Gólem muere.

En la antigua leyenda el rabino puede darle vida al Gólem al escribir estas 3 letras, y muerte al sacar la primera, es decir, al borrar la letra Alef, que es la letra del origen, impronunciable.

Como conté anteriormente, en “Un Gólem en Buenos Aires”, a partir de un sueño, el personaje de Rabí Loew también decide crear un Gólem para salvar a su pueblo; pero algo inesperado sucede en el momento de su creación. Cuando el rabino está a punto de colocar la letra “Alef” en la frente del Gólem una lágrima resbala por su mejilla y cae sobre el muñeco de barro. Rabí Loew se da cuenta inmediatamente que esa lágrima le transmitiría al Gólem toda su esencia y decide descartarlo. No se anima a tirarlo, entonces lo guarda en un antiguo libro. Al no haberle puesto la letra Alef, y tener inscripta en su frente la palabra “MET”, el Gólem no llega a tomar vida en ese momento.

Un discípulo de Rabí Loew lo encuentra siglos después dentro de un libro, a principio de 1900. Sin saber lo que contiene, lleva ese libro a Buenos Aires cuando se escapa de los pogroms de Europa.

Una vez en Buenos Aires, soñando, le coloca la letra Alef al muñeco y éste cobra vida.

Tanto en el relato original del Gólem de Praga, como en la obra “Un Gólem en Buenos Aires”, la vida y la muerte atraviesan la historia. En la obra la palabra generadora de vida y de muerte es una metáfora que recorre la obra y le da sentido.

A lo largo de “Un Gólem en Buenos Aires” las letras y las palabras son capaces de dar vida y evocan un segundo estadío de “dar vida “. El primero es cuando “el otro” le da vida al Gólem, pero el segundo es cuando el Gólem se construye a sí mismo, como cada uno de nosotros. Como cada ser humano, cuando empieza a tomar decisiones y elige quién es y quién quiere ser.

Aquí, esa construcción la hace el Gólem a partir de las palabras, de la curiosidad, de la lectura y de una apertura al saber. Él descubre que combinando letras y palabras se puede expresar poéticamente y empieza a Ser, más allá de lo que su creador y los otros quieren que sea.

El Gólem de “Un Gólem en Buenos Aires” es opuesto al de la leyenda de Praga. Comienza siendo un autómata, pero a diferencia del de la leyenda original, se transforma. Este Gólem se pregunta sobre sí mismo, se apropia de su vida, se arriesga y decide quién quiere ser, separándose de su creador y transformando el destino para el que fue creado.

La muerte hubiera sido seguir siendo un autómata, sólo obedeciendo órdenes. La vida es pensar por sí mismo y salir al mundo.

El Gólem de Buenos Aires es la obra creada por Rabí Loew, pero termina siendo su propia obra, su propia creación.

La leyenda del Gólem también alude a la creación de Adán, el primer hombre. Y la omnipotencia del hombre al crear vida (y muerte). Una pregunta que subyace es: ¿Hasta dónde puede intervenir el hombre creando vida? ¿Cuáles son los límites del hombre y los avances de la ciencia? ¿Es posible dominar lo que uno crea? ¿Cuál es el alcance?

“Un Gólem en Buenos Aires” incluye parte del poema “El Gólem” del escritor argentino Jorge Luis Borges, y versos del poeta judeo argentino Eliahu Toker.

En una parte del poema Borges se pregunta: “Quién nos dirá las cosas que sentía Dios al mirar a su rabino en Praga?”. Y el Gólem de Buenos Aires se pregunta, a través del poema de Toker: “Quién soy? Ese que fui hace un momento? El que estoy siendo? El que voy a ser? Todos? Ninguno?

Esta obra juega con los conceptos de vida, muerte y creación. Una creación dentro de otra; como en los sueños…

Y como los sueños, también plantea otras preguntas: ¿Somos responsables por nuestra propia vida o es responsabilidad de quién nos creó?

¿Somos libres de decidir o estamos determinados?

-Declaración de artista: ¿Quién es usted como artista? ¿Qué cosa podríamos no saber de usted o de su proceso a partir de la biografía?

Quiero transmitir que yo, como artista, vengo haciendo una búsqueda muy importante para mí y que el fruto de esa búsqueda es esta obra. “Un Gólem en Buenos Aires” es producto de años de trabajo en diferentes áreas en las que me formé y que desarrollé de manera independiente. Aquí, en esta obra pude hacerlas convivir e interactuar y lograr que se potencien y den lugar a una creación original.

Descubrí como artista, que en esa búsqueda había ya varios encuentros. El encuentro de mis mundos, los poemas de mi padre, que son parte de mi vida y me siguen acercando a él aunque él ya no esté, la danza, mi medio de expresión más aceitado, la música klezmer, que ya es parte de varias de mis obras coreográficas, el tango y la milonga, un enamoramiento reciente; el Gólem, personaje al que tantas veces me acerqué y postergué y dos nombres que se escuchaban a diario en mi casa: Bashevis Singer y Borges. Así, “Un Gólem en Buenos Aires” es el punto de encuentro donde confluyen muchas fuentes de las cuales me he nutrido.

Al mismo tiempo, el rol de directora y coreógrafa lo vengo desarrollando hace muchos años, pero fue todo un desafío para mí el rol de dramaturga. Este rol me enriqueció profundamente, y el proceso fue transformador! El momento en que el texto escrito pasó a ser interpretado por los actores y comenzó a tomar volumen, fue mágico.

Cuando empecé a trabajar con todos estos elementos que parecían sueltos y los pude hacer convivir, comenzó a tomar vuelo este Gólem en Buenos Aires, y ahora siento, como artista, que esta obra me representa.

Otro elemento enriquecedor para mí fue el trabajo con el equipo creativo, parte fundamental en esta gestación. No sólo el diseño de arte y las pinturas de la artista visual Mirta Kupferminc, como las proyecciones de arte interactivo creadas por el artista Federico Joselevich Puiggrós que aportaron un maravilloso mundo visual a la obra. También el trabajo creativo con el músico y la identidad que le fuimos encontrando a la obra, con composiciones musicales con elementos judeo-argentinos que se fueron transformando a través de la evolución del relato.

El equipo creativo que conformamos cada uno de los artistas con su saber, su punto de vista y su creatividad al servicio de la obra durante meses, fue sumamente enriquecedor para mí y para el producto final en su totalidad.

Descubrí como artista, que este proceso de trabajo en equipo, sumado a las clases de Laba-BA que aportaron conocimientos y abrieron miradas y puntos de vista diferentes, me hicieron crecer y hoy siento que estoy donde quiero estar: creando, enriqueciéndome y en una búsqueda constante.


 

Elenco: 

  • Martín Bontempo
  • Alejandro Justiniano
  • Pat Gómez 
  • Mercedes Moreno
  • Pilar Rodriguez Rey

Ficha técnica:

  • Libro y Dirección: Carina Toker
  • Diseño de Arte: Mirta Kupferminc
  • Proyecciones: Federico Joselevich Puiggrós
  • Música original: Gabriel Toker
  • Coreografías: Carina Toker
  • Pinturas fondos escenográficos: Mirta Kupferminc
  • Escenografía: Adrián Grimozzi y Mirta Kupferminc 
  • Utilería: Estela Ivkovcic
  • Vestuario: Silvana Morini
  • Peluca Gólem: Rossi Bonetto
  • Iluminación: Adrián Grimozzi
  • Producción Ejecutiva: Claudia Wolowsky 
  • Asistencia General:  Cynthia Nejamkis
  • Asistencia de Producción: Virginia Mazzarella 
  • Stage Manager: Denise Camps
  • Prensa y Comunicación: Varas y Otero
  • Supervisión Guión: Mara Pescio
  • Adaptación de Libro: Carina Toker y Gabi Goldberg
  • Diseño Gráfico: Carolina Concovia y Lucila Gejtman
  • Fotografía: Fuentes y Fernández

Músicos que grabaron en estudio:

  • Violín: Elena Buchbinder
  • Clarinete: Martín Rur
  • Bandoneón: Ramiro Boero
  • Piano: Gabriel Toker 
  • Guitarra: Patricio Nicholson

Poemas de Jorge Luis Borges y de Eliahu Toker

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