Beit Bialik – La Casa de Bialik

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Ayelet Bitan Shlonsky, curadora y directora de la Casa de Bialik, cuenta con mucho entusiasmo que la Casa fue diseñada por el arquitecto Joseph Minor en 1924 con la llegada del poeta a Israel estando él completamente involucrado en su planeamiento.

“Mi casa es mi castillo” era el dicho corriente de la época del Yeshuv ( la comunidad judía de la Palestina del Mandato), lo que daba a esta espectacular arquitectura un sentido de señorío muy particular, especialmente tratándose del reconocido ya entonces Poeta Nacional de Israel.
Al morir Bialik en 1934, el lugar sirvió tanto a la Asociación de escritores hebreos como a la Asociación Bialik encargada de preservarlo. Con los años fue convertido en biblioteca de niños hasta su renovación y conversión en museo en 1980.

En la renovación, la arquitecta Nitza Szmuk junto con los administrativos de la Casa tuvieron como objetivo reflejar fielmente las elecciones de Bialik. De modo que redescubrieron los colores originales como en la habitación azul, la verde y la roja, y los ornamentos tan únicos de las paredes, que habían sido tapados, así como también los muebles originales de Bialik que fueron restaurados, armando una exhibición permanente que complementa el espíritu de estética iluminando la figura del Poeta Nacional en todos sus aspectos culturales y públicos. Por primera vez, dice Ayelet, la casa de Bialik revela la extraordinaria obra del Poeta, como mentor, líder, comentarista e investigador, compilador de los tesoros de la literatura de la Cultura Judía, ensayista, editor, traductor y revividor del idioma hebreo.


Los resultados son asombrosos ya que muestran la estética de principios de siglo 20 y de los años 20, en el pre-Estado de Israel con su estílo tan particular combinando elementos del Este y el Oeste, ornamentos orientales con adornos europeos y también relacionados con la vegetación local, cuya síntesis expresa concretamente el pensamiento universal del poeta.

Al entrar en la planta baja, que está en medio de trés, vemos el comedor y el living room diseñados para contener a muchos visitantes, las paredes pintadas con colores notables, impresionantes muebles como una gran mesa octogonal donde la familia y sus visitas se sentaban a comer de los platos que llegaban de la cocina a través de una ventanita y un aparato circular, y el suelo decorado con muchos símbolos judíos e israelíes. Los 4 pilares que sostienen la sala, por ejemplo, estan cubiertos con 12 azulejos decoradas con los símbolos de las 12 tribus de Israel y los signos del Zodíaco según el calendario hebreo, la moneda de la liberación de Judea contrastando con la antigua moneda romana Judea Capta, mostrando el proceso de reivindicación de la cultura hebrea, todo según pedido y diseño del mismo Bialik al taller de Zeev Raban en Betzalel (colegio de humanidades). El comedor lleno de luz mira hacia los árboles de frutillas, algarrobo (jaruv) y almendras que Bialik plantó.

Alrededor de la chimenea hay azulejos con dibujos de la menorá, el maguen-david, los dos espías cargando el ramo de uvas, etc.

La terraza fue reabierta y mira hacia el jardín descubriendo los dibujos del Lotus en las paredes al mejor estilo asirio y egipcio mostrando el deseo de Bialik de ser parte del exótico oriente.

Al segundo piso se sube por una escalera caracol de madera donde se encuentra la gran biblioteca de Bialik, su estudio con el escritorio teniendo a un lado la Biblia, frente a él una foto de Mania, su esposa, y al otro una foto de su maestro, Ejad Haam. Ahí escribía Bialik sus capítulos sobre viajes, críticas, discursos y comentarios que luego contaba y/o publicaba, además ahí estaban las obras que editaba en la editorial Dvir. Durante muchos años trabajaron juntos Bialik y Ravnitzky ahí para publicar las grandes obras de la Agada, de Shlomo Iven-Guevirol y Moshé Even-Ezra.

Ahí se encuentran los libros en idish, ruso y alemán, idiomas que Bialik dominaba. Muchos libros dedicados a él por artístas conocidos de la época. A continuación, el dormitorio de la pareja que en los años 80 fue convertido en habitación para niños, dando honor al hecho de que la pareja nunca tuvo hijos pero adoraban a los niños y a ellos escribió canciones, leyendas y cuentos que viven en todos nosotros hasta hoy.

También imprimió para ellos libros de estudio muy claros y concisos. Miles de cartas recibió Bialik de niños de todo el país y del mundo demostrando que también estos lo amaban haciéndolos a todos hijos suyos. Esta habitación dedicada a actividades para niños simboliza la cadena entre Bialik y las próximas generaciones que se educan en sus poesías de siempre y canciones nuevas y viejas.

Los armarios de pared son originales así como las ropas del poeta y de Mania quien fielmente lo acompañó durante 41 años y a quien el poeta consultaba y tenía muy en cuenta.

En el último piso se encuentra la habitación con su forma de kipá (cúpula) que se ve de lejos e inspiraba la magia de la musa cuando Bialik subía escapando de los ruidos: “el hecho de crear es muy delicado, los hilos de la creatividad pueden llegar a ser más delgados que los de la araña”. Cuando el poeta invitaba a sus visitas a subir, con orgullo mostraba como la ciudad iba creciendo.

En el piso de abajo se encuentra el Archivo de Beit Bialik que fue agrandado y donde los modernos sistemas colocados resguardan los preciosos documentos de todo el trabajo cultural y nacional de Bialik incluyendo raras escrituras manuales, partes de poesías, cuentos, artículos, etc. El archivo sirve de apoyo a trabajos científicos en todos los niveles y anualmente se van descubriendo nuevos documentos que se publican en escenarios literarios y científicos. Hoy en día la Casa de Bialik existe como museo, archivo y centro cultural. Los principales socios de esta recuperación son la Municipalidad de Tel-Aviv con la ayuda del Ministerio de Cultura, Ciencia y Deportes.

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