Estimada secretaria:
Antes que nada, mil gracias por invitarme a ser testigo de un evento que le dio a México mucha imagen y mucho prestigio. La verdad, nunca me hubiera imaginado ser testigo de algo así.
Al evento al que fui invitado por usted, fue la premiación de los mejores cincuenta restaurantes del mundo. Un acto que reunió en Londres a la crema y nata de la gastronomía mundial. Y un evento en el cual México fue uno de los ocho patrocinadores, pero el único patrocinador como país. Un evento en el que anunciaron que México sería la sede de los cincuenta mejores restaurantes de Latinoamérica para los próximos dos años.
En fin, secretaria, un evento que fue muy importante a nivel mundial y que puso muy alto el nombre de nuestra nación.
Secretaria:
Le tengo que admitir una cosa. Cuando usted me hizo el favor de invitarme, me pregunté por qué su Secretaría patrocinó un evento así. Me pregunté, ¿qué tenía que ver la gastronomía con el turismo? ¿Y para qué le servía a México todo esto que hacía la Secretaría?
Estando en el evento, me di cuenta de la importancia. La Embajada de México invitó a los periodistas más destacados del mundo en gastronomía a una comida muy mexicana que nuestra apreciada chef Elenita Raygada, del famoso restaurante Rosetta, nos preparó.
Una comida cuyo único objetivo era que estos periodistas convivieran con nuestros tres chefs nominados y con otros tres chefs mexicanos que iban a cocinar para la fiesta que México ofrecía después de la premiación.
Ahí me di cuenta de que este evento era muy serio porque, siendo domingo sagrado a mediodía, no faltó ninguno de los treinta periodistas invitados por el embajador.
Y llegó el lunes por la noche.
Una ceremonia sobria en la cual se anunciaba a los cincuenta mejores restaurantes del planeta. Y nos llegó la primera gran sorpresa:
El lugar número treinta y siete es para… ¡Mikel Alonso, del restaurante Biko de México! ¡Ya se imagina nuestra emoción! Dos lugares después… En el número treinta y cinco ¡Jorge Vallejo, del restaurante Quintonil, en México!
Y ya para rematar, en el sitio dieciséis, ¡Enrique Olvera, del restaurante Pujol, también de México! Claro, ya anticipo que muchos de nuestros lectores pensarán que esos lugares están muy lejos de los primeros cinco.
Tienen razón, nada más que en la medición de restaurantes la contabilidad es muy diferente a lo tradicional. Y pertenecer al club de los mejores cincuenta en el mundo es un verdadero honor. De ahí a la recepción ofrecida por usted. Otro éxito para México. ¿En qué me baso?
En que sus setecientos invitados parecían “pelones de hospicio“ porque no paraban de comer las deliciosas botanas que habían preparado los extraordinarios chefs mexicanos Angel Vázquez, del restaurante Intro, en Puebla; Miguel Ángel Guerrero, del restaurante La Querencia en Tijuana; Édgar Núñez, del Sud 777 , en el DF, e Israel Díaz, del restaurante La Cruz del Huanacaxtle en Puerto Vallarta.
En fin, secretaria, asistí a un evento muy bien organizado y muy bien preparado que como mexicano me llenó de orgullo. Es más, hasta me sentí como anfitrión con tantos invitados. Ahora ya entendí el porqué del patrocinio a este evento.
Porque me di cuenta de que la comida es parte de la magia para la captación del turismo mundial. A mí no me había caído el veinte. Pero después de ver a tanta gente reunida en este evento, me di cuenta de la importancia que tiene este rubro para captar turismo.
Secretaria:
La felicito por su participación en la conferencia de prensa y también por cómo atendió a sus invitados en la fiesta.
Felicito a su equipo, que demostró gran profesionalismo.
Y sobre todo me felicito porque vi cómo todos los mexicanos que intervinieron en estos eventos, lo hicieron con la cara en todo lo alto y con cero complejo de inferioridad.
… Si así fueran todos…
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