Simbólico, elecciones democráticas.
En el año 1977, aproximadamente, manifesté que jamás votaré por el partido laborista (Mifleguet Avoda). Si bien su programa me permitía hacerlo, había algo que no me despertaba confianza. No me equivoqué, en ese mismo año, por primera vez en la historia del Estado, el Gobierno pasó a las manos de la derecha, Begin ganó aquellas elecciones y desde entonces en la practica la derecha ganó la mayoría de las elecciones.
Siempre fui a votar, a pesar que no es obligatorio, pues considero que en el marco de la democracia el voto es un compromiso de cada ciudadano y tiene que actuar para que todos voten y cada uno que vote de acuerdo a su conciencia. El abstenerse no es un castigo para los políticos es un castigo para los conciudadanos, pues dan lugar a las manipulaciones, a los intentos de conquistar el Gobierno de grupos interesantes y organizados. En Israel los partidos religiosos que ni siquiera tienen elecciones internas para nombrar sus candidatos son un ejemplo del poder que obtiene una minoría.
Mi conciencia me llevó a votar durante todas las elecciones por Meretz, a lo largo de los años cambio varias veces de nombre debido a uniones con otros partidos o grupos. En realidad me es mucho más fácil decir que fui un hombre de Ran Cohen. Estando en el Ulpan en Gan Shmuel llegue a conocerlo y me sentí plenamente identificado con su línea. Ahora al retirarse Haim Oron (Yumez) de la vida política perdí todo interés en ese partido.
Durante muchos años fui miembro del partido (pagaba el arancel anual) pero en algún momento considere que para mi era suficiente dar el voto en las elecciones.
No desmentiré que con los años me sentía miembro de una seleccionada elite: identificado con un partido de posición que registraba el merito de ser socio del gobierno que firmó los acuerdos de Oslo, acuerdos de paz con los palestinos.
Hace unos meses escribí a Meretz preguntando que planes tienen para las próximas elecciones y no he recibido ninguna respuesta. Cuando Sheli Ijimovich declaró que se postula para conducir el Partido Laborista en su etapa de renovación y para las próximas elecciones llegue a la conclusión que debo registrarme como miembro del partido y así votando por ella incremento sus posibilidades de ganar. Como dijo Fuad Ben Eliezer, son muchos candidatos y todos buenos. Ahora se agregó Amram Mitzna a la carrera por el nombramiento.
Me despertó la duda pero opté por renunciar la búsqueda de un militar para el primer “puesto”. Este es un país demasiado militarizado y mejor intentar dar otro color a la cabeza política.
Ya vemos como el general Ehud Barak manifiesta haberse separado del partido laborista por no haber soportado sus instituciones, obviamente tampoco debe soportar instituciones como el parlamento, la corte suprema, etc.
Ahora tiene su propio partido y no le faltaran votos porque hay mucha gente que necesita mano fuerte y poca democracia, los religiosos tienen a los rabinos (figura muy representativa Ovadia Yosef y su pudel Eli Ishay), los rusos tienen a Avigdor Liberman, los seculares tendrán a Ehud Barak.(hoy, esos tres tiene la suerte de tener a Netanyahu).
Como siempre, la gente como uno se distribuirá en otros pequeños partidos, espero que Sheli Ijimovich logre conducir ese campamento. Mi compromiso político, democrático, es manifestar por quien votare ( a pesar que el voto es secreto) e invitar a todos aquellos que mas o menos piensan como yo, que mas o menos se identifican con mi pensamiento opten por copiar mis pasos.
Yo se que este texto llegará a muchos que esto no les dice nada o que sencillamente no pertenecen a este país, pero seguramente no les es extraño el pensamiento de su propio lugar en el campo político y las dudas por quien votar.
Obviamente también llegará a muchos que si pertenecen y piensan absolutamente lo contrario. A ellos les invito a sentar sus propias dudas si las tienen o a quien votan ellos.
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