Personalmente creo que la selección argentina de fútbol no viene a Israel simplemente porque no le convenía profesionalmente. El DT Sampaoli todavía no tiene la formación que debutará en el Mundial contra Islandia y lo último que necesitaba para sacar a sus jugadores de foco era un fin de semana en Jerusalén con todo el barullo que eso acarrearía.
En los entrenamientos y reuniones en el hotel de Barcelona, el plantel argentino no habla de Irán ni de Siria ni de los barriletes en Gaza ni de Hamás ni de Hezbolá ni del conflicto israelí-palestino. Y si pretende ganar el Mundial – y ese es su objetivo -, mejor que planee jugadas y cómo encarar cada encuentro del torneo.
Además, la AFA rechazó una invitación para visitar al Papa Francisco en el Vaticano mientras que en Israel hay todavía algunos “entendedores” que creen realmente que 30 manifestantes en Barcelona con un megáfono y una camiseta argentina manchada con sangre, o un político palestino sin relevancia internacional como Jibril Rajoub, disponen de la capacidad suficiente para impedir un partido entre dos selecciones nacionales. Allá ellos.
Pero en caso de que tengan razón – y como un encuentro entre dos selecciones no se suspende todos los días a última hora -, vale la pena considerar algunos puntos relacionados.
1) No sería la primera vez que en Argentina se rindieran al terror, sino que además, desde hace 24 años, todos sus gobiernos lo vienen encubriendo, sólo que para este caso el presidente Macri afirmaba que era muy amigo de Netanyahu, y de amigos se podría esperar una actitud diferente. Además, Macri mandó a su embajador en la UNESCO a abstenerse en la resolución que desconectaba las raíces del pueblo judío con Jerusalén y el Kotel. Jugar un amistoso en la Ciudad Santa no pegaría bien con esa decisión.
2) Si la política de Netanyahu se basa en mantener apavorada a su población para conservar el poder, resulta más que lógico que quienes, por alguna razón u otra, deban viajar a Israel desde cualquier lugar, tengan miedo. Quien siembra viento cosecha tempestades.
3) En todos los países futbolísticos normales la selección nacional no juega sólo en su capital; al contrario, como son selecciones representativas de toda la ciudadanía, las federaciones responsables las hacen jugar en otras ciudades: Así, Argentina misma juega en Córdoba, Rosario, Mendoza, Mar del Plata o San Juan. España lo hace en Valencia, Sevilla, Málaga, Vigo o León. Brasil disputa encuentros en Sao Paolo, Belo Horizonte, Porto Alegre, Curitiba, Recife, Bahía o Fortaleza. Francia juega en Marsella, Burdeos, Nantes o Le Mans. Italia lo hace en Milán, Nápoles, Florencia o Génova. Alemania se mide en Munich, Hamburgo, Frankfurt, Düsseldorf o Bremen. Y ninguno de esos países ponen en duda que Buenos Aires, Madrid, Brasilia, París, Roma o Berlín sean sus capitales, aunque en ellas se hayan registrado sanguinarios atentados terroristas.
4) Sólo en Israel – y sólo con este gobierno de Bibi y la ministra de Deportes Miri Regev – puede pasar que un partido que no se juegue en Jerusalén sea considerado una afrenta nacional.
5) Cabe recordar: Argentina ya jugó en Israel antes de dos mundiales: en 1986 y en 1990. Yo estuve en la cancha en esos dos partidos; ambos se jugaron en el Estadio Nacional de Ramat Gan delante de 50.000 hinchas que no paraban de cantar y de otras decenas de miles que no pudieron entrar y para quienes se instalaron pantallas gigantes en las inmediaciones del campo de juego.
6) Recuerdo además que el segundo encuentro se disputó durante la mismísima primera Intifada, bajo el gobierno de Itzjak Shamir – con Rabin como ministro de Seguridad – sin que nadie, ni en Israel ni en Argentina, se refiriera a algún miedo por el terror o por cualquier otra razón.
7) El Director General del Ministerio de Deportes calificó en todos los medios la suspensión del partido como “uno de los peores atentados terroristas que sufrió Israel en su historia”. Algo similar al discurso de Bibi que culpó al Mufti de Jerusalén de la Shoá. ¿Qué le debemos decir ahora a los numerosos familiares de las víctimas de los verdaderos atentados que escuchan cosas así? ¿Que Messi y los suyos conforman un grupo igual a Al Qaeda, ISIS, Hamás o Hezbolá?
8) Y pensar que todo esto sucedió sólo por tratar de favorecer a Miri Regev en las primarias del Likud. Así es nuestra genial “estadista”: dijo no haber leído nunca a Chejov, pero se apropió esta semana de la 5a Avenida en Nueva York en un acto de las comunidades judías de EE.UU de solidaridad con Israel; se apropió también del acto de 70 años de Yom Haatzmaut para salir en las propagandas televisivas; se apropió hasta del funeral de Shimón Peres para aparecer en la foto con Obama y Clinton y le importa un rábano su pueblo, que es cada vez más idiota y la vuelve a votar.
9) Cuando un evento netamente deportivo se transforma en algo totalmente político, los profesionales en la materia no quieren saber nada y huyen de él como si fuera fuego.
10) Si Israel no se despierta a tiempo de su burbuja virtual; si no intenta de una vez por todas medirse con sus verdaderos problemas internos y externos, podría llegar a ser un Estado marginado y repudiado Y de continuar así, que nadie se sorprenda cuando un gran número de países se pronuncie en contra de que el próximo Festival Eurovisión se lleve a cabo en Jerusalén.
Pasó el invierno; se acabaron las horas de sueño; llegó la hora de levantarse.
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