El pasado 15 y 16 de septiembre se celebró EL DÍA DEL PERDÓN –YOM KIPUR- en hebreo-; una de las festividades más grandes en la religión judía.
Yom Kipur empieza una víspera y termina al día siguiente en la noche… Es un ayuno total –sin agua, sin alimentos-. En las sinagogas se implora a Dios que perdone nuestras faltas…
También entre mis correligionarios y yo decimos: – Si en algo te ofendí, perdóname. Aquí es donde el Yom Kipur se humaniza por completo. Tomo prestadas unas palabras que me hizo llegar mi hermano Elías con motivo de este día para dejar más claro este mensaje:
A aquellos a los que pueda haber herido les pido perdón. A aquellos a los que ayudé, ojalá hubiera podido ayudarlos más. A aquellos a los que no pude ayudar les pido comprensión. A aquellos que me ayudaron, les quiero dar las gracias de todo corazón.
Por esto y mucho más Yom Kipur es el Día de Perdón; sin atajos, sin disfraces, sin ataduras, sin prejuicios… Desde el fondo del ser humano.
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