Esta semana he escrito un par de artículos para este tan querido Diario Judío acerca de aspectos que involucran a la vida judía en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara en su edición número 30. Siendo honesto eran dos años que yo no había tenido ya labor alguna en particular en la FIL, pero el 2016 me volvió a traer a ella, viendo a viejos amigos y acercándome a nuevas amistades.
En esta ocasión me permito escribir y compartirle en particular de un gran amigo que conocí gracias a esta experiencia, Arnon Grunberg, periodista, guionista, columnista y novelista nacido en Amsterdam, un 22 de febrero de 1971; reconocido por obras tan espontaneas y tan controvertidas como Blue Mondays, The Asylum Seeker, el Mesías Judío y Tirza, por mencionar algunos. Pero – ¿Por qué de él? – Bueno, ya lo conocerá en esta narración que más que una columna se desenvolverá en una entrevista:
Pablo Quiroz Zepeda: ¿Por qué su presencia en la FIL?
Arnon Grunberg: No sé todavía porque me invitaron a la FIL, mi último libro salió hace mucho tiempo. Era la oportunidad para venir a conocer México, pero todavía no sé la respuesta. Quizás alguien dijo que yo era un autor importante.
Pablo Quiroz Zepeda: ¿Cuál es su propósito en la FIL?
Arnon Grunberg: Estar abierto, ver que va a pasar y sin expectativas. Voy a muchas ferias del libro, es una oportunidad de conocer a muchas personas, personas muy relevantes, y como autor eso te hace crecer. Ir a una feria es como jugar una apuesta, en esta ocasión acepte la invitación y creo que la apuesta ha valido la pena.
Pablo Quiroz Zepeda: ¿Le agrada Guadalajara y México? –
Arnon Grunberg: Me agrada mucho Guadalajara. Fui a Colombia y muchas personas me decían que era un lugar peligroso y violento, también me decían lo mismo de Guadalajara o de México, pero en realidad aquí me siento seguro. Si pudiera escoger entre vivir en Sao Paulo o en Guadalajara, preferiría en Guadalajara.
Pablo Quiroz Zepeda: Para Arnon Grunberg es muy importante el sentido de la identidad, por tanto le pregunto ¿Por qué la relevancia de la identidad para usted?
Arnon Grunberg: Es un asunto importante, soy hijo de judíos alemanes supervivientes de campos de concentración. Me siento muy alemán, ser “Jecke” quiere decir para mi ser más alemán que los mismos alemanes, obviamente, sin nacionalismo. El nacionalismo siempre es una fuerza destructiva.
Pablo Quiroz Zepeda: Entonces ¿Cómo se define a usted mismo?
Arnon Grunberg: Primero que nada me defino como autor, luego como hombre, luego como judío, luego new yorker, también argentino y por qué no, como holandés, ya que es mi lengua materna. No me puedo considerar tanto como un ciudadano del mundo, pero si como alguien que podría sobrevivir en muchas partes, tal como definió Joseph Roth, un “Hotel Mensch”.
Pablo Quiroz Zepeda: ¿Cuál fue el camino para que pudiera llegar Arnon Grunberg a lo que es hoy?
Arnon Grunberg: Me salí del bachillerato para estudiar teatro, no había escuela de teatro en Holanda, por tanto, me dedique hacer un par de trabajos pequeños, posteriormente abrí mi propia editorial en mayo de 1994, publiqué 5 libros en alemán y en holandés; sin embargo me fui a la bancarrota y tuve que buscar mejor quien pudiera publicar mis obras, es así como conocí a una persona en la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, quien me promovió para escribir un libro y ser publicado por su empresa.
Pablo Quiroz Zepeda: Arnon Grunberg, es una mezcla de emociones en sus obras literarias, por tanto le hemos de decir a los lectores de Diario Judío que las mismas están trabajadas desde su propio ser hasta las experiencias de vida que han estado a su alrededor.
Arnon Grunberg: Claro que si, hablando por ejemplo de “Blue Mondays”, puedo compartir que es una mezcla de judaísmo, sexo, identidad, melancolía y la paternidad, basado en mi propia personalidad.
Pablo Quiroz Zepeda: En particular me llamó la atención el título del “Mesías Judío”, un título bastante complejo y a la vez llamativo, pero ¿qué tipo de sentimientos encontrados presencio en particular de parte de la comunidad judía en esta obra?
Arnon Grunberg: Muchas personas lo consideraron provocador, pero creo que para mí la obra es más que provocativa, realista. Te comparto que deje de ser religioso a los 15 años. De acuerdo a la comunidad judía global soy poco pro Israel, poco pro judío. Pero para la comunidad judía holandesa soy todo lo contrario, así que me siento entre la espada y la pared como comentarista de lo político y lo social. Pero también no niego para nada ser judío, no puedo separar la identidad judía que llevo dentro y que siempre será parte de mí.
Mis libros son para todos los judíos, independientemente de su forma de ser. A mi hermana (quien sigue una vida religiosa) le gustan mucho varias de mis obras.
Pablo Quiroz Zepeda: Señor Grunberg, usted vive desde 1995 en Nueva York ¿Por qué le llamo la atención mudarse a “la gran manzana”?
Arnon Grunberg: En aquel entonces me enamoré de una mujer, una psicóloga. Decidí seguirla y fue una decisión bastante importante.
Sé que mi comunicación con la comunidad judía neoyorquina no ha sido tan amplia que digamos; sin embargo mi actual novia, Roos (quien también es prestigiosa periodista y fotógrafa), tiene el plan de convertirse al judaísmo, por lo que te puedo decir que retomaré esa parte de mi vida.
Por otro lado es cómodo ser judío en Nueva York, uno vive en esa ciudad como una persona normal, no necesitas explicar nada, no te hace especial, ni diferente a los demás, como ningún otro lugar en el planeta.
Pablo Quiroz Zepeda: Usted estuvo en una conferencia muy impactante de letras europeas junto a otros grandes escritores, como: Riikka Pulkkinen, Dusan Sarotar y Laurent Binet. Trataron el debate entre la literatura siendo ficción o realidad ¿Cuál es su postura al respecto?
Arnon Grunberg: Hay ficción dentro de la realidad, muchas cosas ficticias son hasta parte de nuestros políticos, pero necesitamos mantener también la investigación de lo que significa lo que hacemos como historia.
Como novelista y como ser humano tengo respeto por la ficción, como yo puedo creer que las cosas son diferentes a como deberían de ser. Los seres humanos erramos demasiadas veces porque vivimos con muchas expectativas.
Pablo Quiroz Zepeda: ¿Qué opina de las redes sociales?
Arnon Grunberg: Doy tiempo a twitter, facebook, unos 10 minutos al día. Creo que el internet ha cambiado muchas cosas, pero creo que las redes sociales son menos importantes de lo que creemos; el correo electrónico, vaya que si lo es. Sin embargo, sostengo un contacto directo con quienes me escriben, no únicamente por cortesía, uno nunca sabe de dónde vendrá un mensaje, uno tiene que ser abierto como periodista y autor, uno debe de tener la voluntad de hablar con cualquiera, aun cuando la persona pudiera ser un terrorista o un neo nazi.
Pablo Quiroz Zepeda: ¿Cómo fue que ha llegado a tener esa apertura?
Arnon Grunberg: Mi madre me decía que yo era muy débil en la vida y que tenía que aprender a defenderme a mí mismo, que debía de aprender a decir “no”. Sobrevivir está en mis genes, defiendo mi trabajo, soy muy sociable, pero también comparto tiempo con los amigos. Si tengo que ir a trabajar, preciso también de dar espacio para ello.
He estado realizando labor periodística en lugares como Irak, en Afganistán y en la prisión de Guantanamo, lugares que me han hecho encontrarme conmigo mismo y es muy importante que uno se encuentre así mismo, tan importante como para sobrevivir.
Fui a esos lugares como periodista, observé, pregunté y uno no puede decir cuál es el significado de la vida y es por estas situaciones que he aprendido tanto de mi propio ser. Uno debe de desconectarse, lo mismo puede ir para personas de diferentes rubros, tanto para un doctor como para un bombero, puede que veas muchas cosas que no quieras ver, pero es parte también de la protección de uno mismo. Un periodista debe de olvidar su propio ego.
Tener actitud es básico, es ser invisible. En un escenario o en una feria del libro, uno también debe de ser invisible. No es únicamente por mí, sino también es una labor de cualquiera que sea periodista, conversar con alguien y callar las propias opiniones. Uno quiere entender a otras personas, no derrotarlas. El humanismo nos ha fallado, compartir es parte básica de ser seres humanos, independientemente de nuestros orígenes, hasta cuando uno trata con un asesino o con un terrorista.
Pablo Quiroz Zepeda: ¿Cuál es su sugerencia para la comunidad judía mexicana?
Arnon Grunberg: Lo más importante es sobrevivir, es importante y vital para la vida judía en la diáspora. La comunidad judía en México se debe de conservar, ya que es bueno tanto para los “Paisanos” como para los demás.
Pablo Quiroz Zepeda: ¿Qué sugerencia le daría a los mexicanos?
Arnon Grunberg: Muchos mexicanos buscan una vida mejor en Estados Unidos, muchos autores dicen que es una buena manera de salir adelante por medio de ser parte de la migración. No estoy únicamente en contra del muro (que quiere construir Donald Trump), sino también apoyo que cualquier persona pueda emigrar. Si pones la etiqueta de ilegal a una persona, la atrapas, la aprisionas y esto no la hará regresar de donde vino. Es importante legalizar a las personas, tanto del lado humanista, como del lado filosófico y también en lo político.
Leer y escribir puede ser un alivio. Eso no significa que esté en contra de las series de televisión y de las redes sociales, pero leer un libro es diferente, lo haces por tu propia cuenta. Como seres humanos es muy importante aprender también a estar solos.
Las nuevas generaciones tienen que construir su propio camino, que no crean que viven en el peor de los tiempos, porque no es nada cierta esa aseveración.
Para conocer más acerca de Arnon Grunberg le invito a leer su sitio web: http://www.arnongrunberg.com/
Agradezco sus comentarios en el espacio de opinión de Diario Judío o en la cuenta de Twitter de un servidor: @PabloQZepeda
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