Y creo Dios al hombre a su imagen.
Varón y hembra los creo.
Y les bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicad y henchid la tierra, y sojuzgadla. Génesis 28.
El ser humano desde que nace trae consigo todo para dominar la tierra y a los animales que en ella habitan…
Es dotado de inteligencia, fuerza, una figura perfecta y todas las ventajas. Nace para conquistar, es resistente en la batalla, astuto, inteligente…
Por algo Dios lo dispuso así… Quizá se me ocurre pensar que nos asociamos con EL para juntos, mejorar la tierra.
Si lo anterior hace sentido, entonces el hombre lucha, piensa, se desvela, conquista.
Porque para eso fue creado…
No solo para ser feliz, la felicidad, la grata felicidad amodorra, reblandece, nos vuelve demasiado indulgentes.
Por lo tanto la felicidad en la vida es simplemente una pincelada, un pequeño descanso, una añorada pausa en nuestro diario vivir…
La felicidad no puede ser meta porque es fofa, vemos al vivirla color de rosa todo lo que nos rodea… Y no es así.
La felicidad no puede ser más que incompleta y breve para así tomar conciencia y volver a nuestra realidad para lo que fuimos creados por EL que es a partir de mucho tiempo hacer de este mundo algo mejor para ser habitado.
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