El conflicto bélico que se registró en la Franja de Gaza durante tres semanas a partir del 27 de diciembre pasado entre el Ejército de Israel y los militantes del movimiento islámico de resistencia Hamas, reafirmó el antisemitismo encubierto de diferentes grupos izquierdistas en el mundo, especialmente de los denominados Nueva Izquierda de Europa. La Nueva Izquierda amparada en una supuesta defensa de los derechos humanos de los palestinos residentes en Gaza ha atribuido a los judíos y al Estado de Israel acciones de genocidio. En este ámbito, cabe destacar que a diferencia de la Autoridad Palestina, Hamas, que oficialmente se creó en Diciembre de 1987, se ha opuesto a negociar un acuerdo de paz con Israel, e incluso, en su acta constitutiva se consigna que “las iniciativas y las llamadas soluciones pacíficas y las conferencias internacionales están en contradicción con los principios del movimiento de resistencia islámico”. Hamas rechaza de manera total los valores occidentales y promueve la creación de un Estado Panislámico fundado sobre las bases de la Sharia o Ley Islámica.
En el 2005 el territorio de la Franja de Gaza quedó bajo el gobierno palestino, después que Israel decidiera unilateralmente retirarse del mismo. En el 2006 se instauró un gobierno de coalición entre la Autoridad Palestina y los líderes de Hamas. Un año después los militantes de Hamas llevaron a cabo un golpe de Estado, asesinando a varios dirigentes de la Autoridad Palestina
En este contexto, en un artículo de Andrés Spokoing (AS) que ha circulado por Internet en febrero, se analiza ampliamente el desempeño de Hamas y el apoyo moral que le ha dado la Nueva Izquierda Europea. AS señala que el fundamentalismo islámico que profesa Hamas representa un nuevo totalitarismo que no sólo amenaza a los judíos, sino a la sociedad Occidental en su conjunto: “bajo un barniz de conceptos religiosos el fundamentalismo constituye una doctrina política totalitaria; los judíos e Israel son su primer blanco”. Desafortunadamente en el mundo existe una manifiesta indiferencia a esta situación y hasta defensa de los victimarios que provocan los ataques terroristas en los que muere mucha gente; basta recordar los ataques terroristas al World Trade Center de Nueva York y a la estación ferroviaria de Atocha en Madrid.
La Nueva Izquierda Europea considera que frente al terrorismo, Israel debe ceder para salvar la paz. “La falacia de este argumento es obvia: el fundamentalismo islámico no busca reivindicaciones territoriales sino la destrucción de Israel y el occidente”. En este sentido, AS expresa que aparentemente el Occidente no parece entender que Israel es el campo de batalla en donde se juega su propio futuro; “Si Israel cae, entonces todo Occidente se verá amenazado”. La ceguera de la judeofobia, liderada abiertamente por la Nueva Izquierda Europea, condena a Israel por ser un peligro para la paz. AS menciona que expertos alemanes a instancias de la Unión Europea recientemente realizaron un estudio sobre los actos antisemitas en la misma. La conclusión básica de la investigación no fue sorpresa para nadie: elementos radicales musulmanes estaban detrás de la violencia anti judía y la Nueva Izquierda daba legitimización y sustento ideológico a los ataques. La “demonización” de Israel en los medios propicia la violencia.
AS indica que Israel es odiado por ser un oasis democrático en un mar de dictaduras; es repudiado por sostener valores humanitarios y la libertad de expresión, y porque representa un ejemplo contrario a lo que son los regímenes tiránicos de sus vecinos.
AS agrega que la intifada (rebelión de los palestinos contra Israel), no fue lanzada por falta de negociaciones de paz, si no para hacerla fracasar. Los atentados suicidas de los palestinos comenzaron en pleno proceso de paz. Asimismo, AS indica que la solidaridad de la Nueva Izquierda con los palestinos, quienes reclaman justamente la creación de un Estado, es una de las más grandes hipocresías: la Europa que colonizó el mundo árabe, que oprime a sus propias minorías musulmanas, es complaciente frente a las dictaduras musulmanas. Europa que intervino múltiples veces en sus colonias africanas, lava su culpa a costa de Israel. La Europa que inventó el colonialismo, el genocidio y el totalitarismo convierte a las víctimas en culpables.
De acuerdo a AS la problemática con los judíos y con Israel no son los territorios ocupados, ni el conflicto palestino; el tema central es el derecho de Israel a existir. La Nueva Izquierda ha empujado la deslegitimación de Israel y a legitimar al antisemitismo; “los antisemitas modernos ya no son los viejos nazis o los fascistas, ahora son intelectuales progresista y de moda. Se acepta la irracionalidad de ser antisemita como condición necesaria para ser liberal y antifascista”.
Si se deslegitimiza a Israel, ¿Para qué ceder territorios que se hallan en el corazón de la conciencia histórica judía?
Una actitud racional seria luchar con la misma fuerza por los derechos palestinos y por el derecho de Israel a ser un Estado libre y democrático.
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