La adrenalina subía hacia la cabeza mientras que volábamos hacia Rusia, hacia… El pasado.
El avión aterrizo, y pasamos la aduana, rentamos un coche ruso y viajamos hacia el centro de la ciudad. Las casa eran horrorosas y viejas. Llegamos a una dirección. Todo ello era desconocido para mi.
– Espérenme aquí, en unos minutos vuelvo- dijo Belis dándonos órdenes como un general.
Belis bajo y regreso con un maletín viejo y empolvado, y tres sombreros rusos de cabello para el frío.
– Pónganse estos- dijo fríamente- Así pasaremos desapercibidos.
– Que hay en el maletín?- pregunte tímido.
Belis sonreía.
Abrió el maletín, había una ametralladora.
– Mierda- dije.
– Prepárense, la guerra va comenzar.
– ¿La guerra?- dije temeroso- Belis escucha, es mejor que paremos primero en un MacDonalds y meditemos sobre todo esto. Quizás deberíamos de calmarnos y hablarlo primero.
Joe sonreía listo para la acción.
– Bien- dijo Joe- Listo.
Belis apretó mi pierna para hacerme sentir seguridad.
– Hay gente que habla, hay gente que escribe, y hay gente que hace. Hoy… hijo, vamos a hacer.
Empece a sentirme preocupado, casi con náuseas, ¿tendría todo esto sentido? ¿un sentido de realidad? ¿O era Belis un esquizofrénico con delirios de espías y contraespías y guerras del pasado? Siempre, toda su vida había hablado de espías, agentes, el mosad, la kgb!.. Espionaje. Cosas raras. Estaba obsesionado con la guerra fría y nadie sabía porque.
– ¿Listos?-
– Escucha- dije un poco mareado- No estoy seguro de querer hacer esto. Si quieren vayan ustedes. Yo creo que iré a descansar a un hotel.
– Si temes te quedas en el coche, y nos esperas. Hay gente que vive en hoteles horrorosos y vacíos todas sus vidas, y hay gente que vive en un hogar. Hoy vamos a probar lo que es un hogar y si somos merecedores.
– ¿Qué?- dije espantado por sus incoherencias.
– Hemos llegado, prepárense. Tu, Joe vienes conmigo y me cubres las espaldas. Tu, tu te quedas aquí en el auto, con el motor prendido, listo para un arranque veloz.
– Mierda- dijo Joe- es en serio. Suerte- me dijo.
Belis le dio una pistola cargada a Joe, tomo la ametralladora y ambos bajaron del coche y se dispusieron a caminar hacia un callejón como una banda de mafiosos.
– No apagues el motor, y pase lo que pase nos esperas- dijo Belis con una autoridad sagrada- No te vayas sin nosotros.
Joe y Belis caminaron hacia un callejón y yo me quede maldiciendo la locura de Belis.
– ¿Y a mi no me toca pistola?- grite confundido.
Belis regreso y me dio una granada de mano con el seguro puesto.
– Si es necesario, le quitas el seguro y la usas, y pase lo que pase, no te vayas de aquí sin nosotros.
– Belis, espera…
Pero Belis y Joe se habían ido a rápido paso. Mire la granada de mano horrorizado.
Espe unos minutos, cuando escuche gritos que venían hacia mi, como si fuese un juego de fútbol, intenté encender el coche.
– Arranca, maldita sea- gritaba Belis- arranca…
– ¿Qué? Mierda.
Tras Belis y Joe venían unos matones con pistolas en las manos. Disparandonos.
Belis y Joe subieron al coche a prisa, sin respiración. Cerraron las puertas azotandolas.
– Arranca, mierda- dijo Belis.
Disparaban balas de verdad contra nosotros. Arranque impulsivamente y acelere al máximo que pude.
– Espera- dijo Belis- Frena- me ordeno.
Joe estaba riendo a carcajadas y gritando como cowboy.
– Wooooohooooo….-
– Belis, nos van a matar.- dije.
– La granada.
Yo acelere el auto debido a la adrenalina que había en mi cerebro. Joe disparaba hacia ellos por la ventana como algún pistolero de películas Hollywoodenses. Los pistoleros casi nos alcanzaron, cuando decidí tirar del seguro, la Granada salto en mis manos unos segundos y Belis la veía como en cámara lenta. Lanzo su mano hacia mi y lanzo la granada. Se dio una gran explosión detrás de nosotros y una cortina de humo nos oculto mientras viajábamos a más de ciento cincuenta kilómetros por hora.
– Acelera- dijo Belis nervioso- . Había vengado a su hija, había matado al violador de su hija y a sus secuaces antisemitas.
– Lo logramos- dijo Joe enloquecido.
No hice otra cosa excepto acelerar y acelerar tanto como lo estaba mi corazon acelerado, hasta entrar en un tunel hacia un freeway ruso donde comencé a tranquilizarme. No había logrado lanzar la granada. Y ahora entendia el porque no había logrado ser un jugador de baseball profesional.
Belis intentaba respirar y yo también. Joe había enloquecido y no paraba de felicitarnos a los dos.
– ¿Hacia dónde nos dirigimos ahora?- pregunte como un niño chiquito a un astronauta.
– Hacia un MacDonalds. Necesitamos comer- dijo Belis- Nada de hamburguesas con queso. Pedimos tres “McNugets”. Estos rusos no tienen Dios.
Tras comer en el MacDonalds de un suburbio ruso, donde Joe no paraba de decir que había sido fantástico, y donde Belis no decía palabra ni elevaba la mirada, fuimos a una librería. Yo observaba a los dos.
– ¿Estas seguro que aquí estaremos bien?- pregunte aún conmovido por la historia de Belis.
– Lo último que esperan es que un escuadrón de muerte este en una biblioteca pública.
Belis saco algo de su equipaje, de una mochila bagpack. Era un antiguo libro. Lo abrí, estaba escrito a mano con una tinta antigua, páginas viejas desgarradas y en parte quemadas, casi ilegible. Estaba escrito en un idioma que no comprendí.
– ¿El eclipse?- dije con seriedad.
– No lo comprenderías, el eclipse, era el nombre secreto de todos los guerreros, los soldados de Dios desde la época de Moisés. Formaron un ejército para combatir la crueldad y la corrupción de cerdos antisemitas que se dedicaban a violar y matar judíos desprotegidos. Combatían la oscuridad.
– ¿Tu tambien eres el eclipse?- pregunte anonadado.
– Yo, tu, Joe,todos nosotros, los Hasidicos, y muchos mas. Este es un libro que mi abuelo escribió para todas las generaciones. Toma, te lo regalo.
– ¿Pero lo tomaste de la librería de 770?- pregunte preocupado.
– No, siempre lo tuve yo guardado conmigo.
– No lo puedo aceptar, además no lo entendería. Tiene un valor sentimental para ti, quedatelo tu.
– No, tómalo, porfavor. Tu eres un nuevo soldado. Aunque en verdad no lo podrás entender. Luego lo entenderás.
Tome el libro y le di un fuerte abrazo a Belis.
– Mi verdadero nombre no es Beli’s, sino Levy. Soy el nieto del Jefe. Rafael Levy nieto del León Oculto, Don Mijael Tor Levy.
Suspire viendo el libro.
– ¿Y ahora?- pregunto Joe?- .
– Espera, hay un sobre dentro del libro- dije emocionado.
– Me dieron instrucciones que te la diera llegando a Jerusalem, pero yo vuelvo a casa, a California, no iré con ustedes. Ustedes volaran a Israel, y de allí, hay un hombre en Jerusalem que te podrá explicar lo que dice el libro. Un hombre que se llama Abraham. adentro esta su direccion. Estarán tres días en Jerusalem, y después, ustedes decidirán, cada quien hará o irá a donde decida.
– Jerusalem- dijo Joe orgulloso- Si!- .
– Jerusalem- repetí yo también un poco triste.
– Allí, Dios dirá. Y ahora chicos, lo siento, me tengo que ir, tengo que regresar con mi hija y a mi trabajo en la universidad de UC. Espero que les vaya bien. En el sobre hay también dos boletos a Jerusalem por El Al, dinero necesario, y una dirección a la que debes de ir a encontrar a este hombre piadoso. Hasta luego, Shalom, que Dios los bendiga y proteja. Joe, fue un placer.
Rafael Levy abrazo y beso a Joe en las dos mejillas. Lo mismo a mi.
– Jazak Veematz- Sean fuertes y valientes, o como dice Lucas, que la Fuerza los acompañe.
Rafael Levy desapareció orgulloso por el pasillo cubriendo su cabeza con un sombrero Hasidico.
Joe y yo nos miramos, elevamos las cejas y cabeceamos afirmativamente riendo.
– ¿Entendiste algo?- río Joe.
– ¿Jerusalem?- .
Los dos viajamos en primera clase, yo con una cachucha de baseball pensando en las leyes de las bases y los corredores, mientras que observaba el ilegible libro cuyo idioma no reconocía. Joe habia comenzado a escribir apuntes para un guión de cine.
– ¿Ustedes pidieron comida casher?- pregunto una hermosa aéreomoza, cuando recordé con pavor a Suzan, cuantas lenguas abran entrado en su boca. Lenguas no casher.
Llegamos a Jerusalem, Joe decidió ir por su lado y quedarse en la Ciudad Vieja en el Muro de los Lamentos con rabinos y turistas. Yo viaje en taxi a la dirección de Abraham.
Tras tres días lo entendí todo. El libro, “el eclipse”, “el sol” era un mito. Allí no había escrito nada, nada en lo absoluto, ni con con sentido ni sin sentido, ni siquiera estaba escrito una lengua existente.
En el momento en que los Hasidicos se habían enterado que el gobierno comunista secuestraban a judíos y expedían sus libros, comenzaron a escribir libros sin sentido, garabatos, como si fuesen un idioma, en una lengua inexistente, y a colocarlos como trampas para cazar comunistas antisemitas. El abuelo de Belis y mi bisabuelo eran caza comunistas.
En cada generación habrá de haber uno o varios “soles” o “eclipses”.
El señor Abraham me dio una carta que escribió mi bisabuelo y era famosa en todo Israel. Decía así:
“El bien o el mal, el amor o el odio, la vida o la muerte, es lo que debes de elegir en tu corazón, es lo que debe elegir cada generación.
Sólo hay un libro válido en el mundo, y ese es tu sol: el corazón.
Tu decides que escribir en el, que elegir y construir allí.
Si amas, amarás en el bien y en el mal, si odias, odiarás en el bien y en el mal. Si vives, vive en la vida eterna o en la vida de exilio, si mueres, muere en la muerte eterna o en la muerte de exilio, pero no te olvides de lo que fuiste y lo que serás en base a las elecciones para tu corazón.
Tu memoria es sagrada, y así tus acciones y tu destino que construyes a lo largo de la vida. Esta memoria también es tu libro. La elección que deberás hacer es entre las dos inclinaciones del corazón. y esta es una maquinaria que funciona a lo largo de toda la vida como un resorte de felicidad, hasta tu muerte, y hasta que la muerte deje de existir, hasta la resurrección de los muertos de los judíos sagrados de los templos y las colinas en Jerusalem, y hasta que la vida sea infinita y eterna, y el mal deje de existir para siempre. Tu no creaste el universo, pero tu tienes la elección de tu vida.
Sea la elección que elijas, y el camino que elijas, te dejo mi bendición, y que seas íntegro y total con tus acciones y tus desiciones. Vive en paz contigo mismo y acepta tus desiciones como lo mejor que podrías hacer”.
Todo sol es un eclipse o un sol.
– Su bisabuelo decía que nosotros decidimos si los eclipses duran segundos o una eternidad.
Estaba sorprendido con los Hasidicos, como podía haber gente tan sabía y valiente en este planeta salvaje. Ocultos en vestimentas civilizadas y sombreros negros, vivían allí eclipses y soles.
La elección que yo tenia que hacer era entre quedarme en Jerusalem a estudiar todos estos libros por los que habían vivido y matado mis ancestros y los ancestros de mis ancestros, arriesgando sus vidas y luchando en guerras, o en regresar a Hollywood a seguir escribiendo guiones sobre la corrupción y la prostitución de los productores y de los artistas de California, y su infinita ambición por el dinero y el vida de camuflaje. Elegí quedarme en Jerusalem y vivir una vida no de “brillo” sino resplandeciente.
En cuanto a Joe, escribiríamos guiones de cine Hasidicos y nos enviariamos seguimientos secretos por email.
Me quede a estudiar en una casa de estudios Judaicos y Hasidicos, y con el tiempo me creció la barba larga, pero no cambie la cachucha de baseball, sino hasta que conocí a Java. Entonces me coloque un sombrero Hasidico.
Java era la chica judia más hermosa de Jerusalem. Y mientras estaba sentado escuchando música ella cruzo a mi lado, me sonrió, e inclino su cabeza hacia mi.
Años más tarde nació nuestro hijo, y siendo una familia religiosa en Jerusalem, lo lleve a clases y prácticas de baseball.
El bien absoluto no podrá existir sino hasta que el hombre encuentre al árbol de la vida y anule el árbol del conocimiento. Entre tanto habremos de apender a aspirar al bien.
Si usted quiere enterarse más sobre verdaderos libros Hasidicos que fueron robados y prohibidos puede entrar en estos enlaces:
Algo más, no se los dije, mi nombre es Adam… Adam Tov!
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