La judería o mellah de Tetuán

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El barrio judío actual data de principios del siglo XIX. El anterior que existió durante siglos y donde se instalaron los judíos que llegaron expulsados de España, fue ordenado derribar por el sultán Mulay Soliman para evitar que la población judía se encontrara cerca de la mezquita llamada Yemaa al K´abira.

El edicto obligaba a cada judío a vender su casa a un musulmán y a construir una por su cuenta y por el mismo precio en el nuevo mellah. Para ello tuvieron un plazo de seis meses a partir del edicto, con la consiguiente expulsión de la ciudad y la prohibición de volverse a instalar en ella en caso de que expirase el plazo.

El nuevo mellah situado el sur del Feddan (antigua plaza de España hoy de Hassan II), se construyó sobre terrenos comprados a las familias Al Attar, Erzini, Gharsia y Medina, que formaban la oligarquía musulmana de la época. Se extendía sobre un espacio importante, ya que fue capaz de albergar una población de seis mil judíos.


Está constituido por unas trescientas calles estrechas pero rectas, con arcos blanqueados y altos escalones en las puertas. Fue diseñado con influencia española al parecer por un arquitecto portugués.

El barrio estaba comunicado al exterior por una o dos puertas a las que se añadieron otras en la época del Protectorado Español.

La calle principal que desembocaba en la plaza de España se llamaba en sus distintos tramos calle de Abraham Israel, presidente de la Comunidad, calle de Levy Cazés, en recuerdo del alcalde hebreo de Tetuán durante la presencia española 1860 – 1862, y calle de la Guardia Civil.

Otros nombres de las calles con influencia española eran: Valladolid, Sevilla, Valencia, Fomento, Florida, Prado, o Real Armada. Actualmente a pesar de no albergar habitantes judíos en el mellah, aun se mantienen en algunas calles sus antiguos nombres hebreos, como la de Sultana Cohen, Vidal Serfati, o Isaac Bengualid.

En el interior de la judería se mantuvieron todos los centros de vida comunal: sinagogas, centros de estudio, hornos de pan, comercios de alimentos casher, etc.

El mellah llegó a albegar dieciséis sinagogas, entre ellas las llamada Taurel, Benmalcá, Vidal Israel, Maimón, Nahón, la Pintada, o de los Serfaty. Todas ellas desaparecieron conforme sus habitantes comenzaron la emigración y fueron vendidas junto con sus viviendas a ciudadanos musulmanes, quedando solamente y como testimonio de la rica vida que albergó la judería la del R. Isaac Bengualid.

La sinagoga Bengualid además de representar el tipo de vivienda del barrio judío, es un conjunto de múltiples funciones: albergaba el tribunal jurídico y disponía de biblioteca, horno para la fabricación del pan utilizado en las celebraciones, baño para la purificación de las mujeres y de un espacio propio para la producción del vino. Actualmente está gestionada por la Fundación del Patrimonio Cultural Judeo-Marroquí que ha promovido el Consejo de Comunidades Judías.

Después de 1912 y del crecimiento del Ensanche (parte europea de Tetuán construida por los españoles), los judíos fueron saliendo de la judería para habitar los nuevos barrios, pero los centros se siguieron manteniendo dentro del mellah. Sólo se creó una sinagoga en la zona europea llamada Yagdil Torá, hoy desaparecida como las otras, y el Centro Recreativo o Casino que sigue en pie como lugar de reunión de los pocos judíos que aún habitan en la ciudad.

Haciendo alusión al viejo mellah anterior al actual, es importante reseñar uno de los episodios más tristes sufridos por los judíos de Tetuán con el saqueo de la judería, y que tuvo lugar en la madrugada del cinco de febrero de 1860, sólo un día y medio antes de que las tropas españolas entraran en la ciudad.

Gracias a cronistas españoles de la guerra se conoce este episodio con detalles y del cual se narraba lo siguiente:

“ La primera calle en que entramos había estado ocupada por el comercio y conocíase esto en los miles de armarios, escaparates y cajones destrozados que se veían por el suelo entre los restos destruidos de muchas clases de mercancías. Vajilla rota, cristales quebrados, hojas de libros, muebles deshechos, ropas desgarradas, cofres descerrajados, puertas caídas, pedazos de alfombras, de estera y pintadas pieles, herramientas de varios oficios, millones de objetos inutilizados formando altos montones.

Sobre los escombros que pisábamos encontrábamos a veces el cadáver de un moro o de un judío, víctimas de la tremenda pasada noche y charcos de sangre que veíamos en las puertas de las casas, de las huellas de manos ensangrentadas que descubríamos en las paredes, de los indicios de recientes incendios…., hombres y mujeres, viejos y niños nos mostraban sus heridas o sus cuerpos desnudos.., sus trajes destrozados o los cardenales que amorataban sus miembros. ”

Este episodio hasta hace algunos años aún quedaba en la memoria de sus descendientes.

El fin de la vida judía en Tetuán y su exilio se debió a varios factores….el fin del Protectorado Español y la independencia de Marruecos en 1956, que escaso de reservas y con una moneda devaluada hizo caer la economía. Esta situación fue decisiva para que los judíos tetuaníes buscaran nuevas oportunidades en otros países. También influyó la creación del Estado de Israel en 1948, al que emigró gran parte de la comunidad. Otros puntos de destino fueron España, Francia, Venezuela o Canadá.

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