Cuando nos referimos al judaísmo como expresión de fe algunos pensamos inmediatamente en la mística judía a la que hacían referencia nuestras familias a través de cada Ima, Sabta y Sava, como la base de una expresión identitaria que posee dentro del calendario de la continuidad de la vida manifestada en este mundo, unos 5781 años de existir.
Sin embargo, no todos los judíos partimos de esta premisa de cognición o desde una hermenéutica crítica del judaísmo siguiendo a Ibn Gabirol o Maimónides que profese una misma línea de pensamiento tanto reflexivo como deliberativo y que vaya más allá de la religión como expresión política de cualquier fe.
La afirmación anterior la hago no solo como filósofa sino además como judía, debido a que muchos de mis hermanos que constituyen las Doce Tribus de Israel interpretan esta consigna histórica de una creencia de orden divino de diversas maneras, las cuales al fin de cuentas se fusionan casi siempre en el estudio de la Cábala y su práctica ancestral en concordancia con las enseñanzas de Abraham Abulafia, el rabino Shimon bar Yojai y el rabino Isaac Luria.
Es interesante recordar cuando alguien se acercaba a mi familia y le preguntaba en qué “dios” creía y todavía más notable la expresión que las personas asumían cuando mi Ima contestaba: “nosotros creemos en la acción continua que transforma todo a su paso y de la cual somos parte al transformarnos a cada instante”.
De esta manera mi único interés en escribir estas líneas se aboca a exponer como desde la vertiente que constituye a los orígenes del judaísmo, consideramos a Hashem como el único Di-s. Porque es de acuerdo con la hermenéutica judía estudiada por tantos sabios y místicos por siglos, que la Torá es entendida como el relato que describe a la energía que mueve al Cosmos, ya sea que lo llames Soplo de Vida, el hacedor de todo cuanto existe o como mejor tú lo concibas.
En consecuencia todo judío sea practicante o no, nunca llamará a su Di-s con un nombre que determina a un sujeto ideal sino más bien a este como la Acción suprema que siendo el Verbo manifestado, da vida a todo cuanto existe…
En memoria de mi Ima, Sabta y Sava, gracias por legarme tanta historia y por no permitir que la misma quedara sepultada más allá de la memoria.
(Especial para el Diario Judío de México.) 08 04 2021.
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