Las Fallas de Valencia en España, son una gran fiesta declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por la Unesco. Se celebran del 1ero al 19 de marzo de cada año, combinando cultura y arte a través de la tradición valenciana, misma que se evidencia mediante la sátira fallera; donde la crítica social que es tan característica de este pueblo, expone la verdadera esencia del Mediterráneo, con días y noches donde el fuego y la pirotecnia, harán de estas fiestas un espectáculo inolvidable.
Porque los cinco sentidos de cualquiera se maravillarán, mediante la pólvora, el fuego, la música, los colores y los sabores del Cabanyal Cimarrón. Ya que la tradición fallera, consta de grandes figuras confeccionadas en madera, pintadas con hermosos colores, donde las más pequeñas se denominan Ninots, mismas que entre los años de 1885 a 1870, fueron perseguidas incesantemente para su prohibición.
Varios siglos atrás, los carpinteros de la ciudad Valenciana, instauraron este festejo popular en vísperas de la fiesta de su patrón San José, donde se disponían a quemar frente a sus talleres en las calles y plazas públicas, los utensilios y trastos inservibles que les sobraban, como por ejemplo sus candiles, los cuales los acompañaban en las oscuras y frías noches de invierno.
Así toda clase de artilugios, usados para iluminar sus talleres de trabajo durante esos meses, se transformaban posteriormente en figuras de crítica social en primavera, frente al poder político imperante; constituyéndose en una fiesta que posee como característica principal, el hecho de prenderles fuego a las llamadas Fallas y Ninots, recordatorios de lo fugaz que es todo en la vida, como lo es el hecho mismo de existir, donde nada que hayamos producido materialmente, nos acompañará más allá del tiempo.
Por ello, desde un punto de vista filosófico, es muy aleccionador presenciar esta fiesta valenciana, donde a pesar del esfuerzo que ponen los falleros y falleras durante todo un año, al trabajar incansablemente en la confección y elaboración de estos grandes monumentos, al final en la última noche llamada la Cremà, arderán bajo las estrellas en una danza de fuegos artificiales que te recordarán, lo efímera que es la vida en sí misma. Pero también, lo bello que es vivir intensamente, conscientes que cada día es el inicio de una gran aventura; donde el destino, se construye con cada paso que das en tu camino y la experiencia de vida es el mismo recuerdo que no se olvida…
(Especial para el Diario Judío.com de México.)
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