UNAS PALABRAS PARA COMENZAR
Alrededor de una piscina se encuentran cerca un judío, un cristiano evangélico, una señora, un árabe y otro judío, … no es el comienzo de un chiste, más bien es el resumen de la historia.
Cierto día acompañé a mi hija a la piscina en donde ella aprende a nadar y yo, por mi parte, aprendo a tener paciencia. Ahora, de lo que aconteció a continuación, nunca pensé que fuera a suceder, ni hasta donde tendría que “nadar”, por decirlo de alguna manera.
De repente se me aproxima un hombre amigable, con una gran sonrisa en su delgada cara y me pregunta: “Eres judío, ¿verdad?, ¿Sos el rabino? Yo soy Evangélico. Te vi en la televisión y quería decirte que te amo y que estoy lleno de respeto por el pueblo judío y por todo lo bueno que están haciendo aquí en Guatemala y en todo el mundo. ¡Ustedes son el pueblo elegido!”
Le respondí: “Ustedes también son el pueblo elegido, Di-s creó a todas las naciones y a todas las personas para un determinado propósito, no hay nadie que apareciera en este mundo porque Di-s quisiera llenar un papel.”
“Seguramente (profeticé) tendrás un cumpleaños este año y sabrás que ese es el día en el que Di-s decidió que el mundo no puede existir sin ti.”
Me dijo: “Muy Bien dicho, ¡bendigo tu vida!”
El problema comenzó cuando una señora, con unas orejas más grandes de lo necesario, había escuchado todo el contenido de la conversación que había sostenido con mi primer interlocutor. Se levantó bruscamente y se me acercó y me gritó con un poco de furia: “¿no te avergüenzas?”
“Por el momento, no estoy avergonzado, pero me encantaría escuchar sugerencias para avergonzarme”, le respondí.
“Mataste a nuestro salvador y al mundo”, gritó con voz ronca.
“Uh, ah, esto…”, dije, “Primero, él era judío, ¿por qué te importaría el que hayan matado a un judío?, [además, creo que cuando él murió, ni siquiera llegó a imaginarse que llegara a existir una señora de ese estilo], de todos modos, según tu explicación, él con su muerte vino a expiar tus pecados, por tanto, es así como te ayudamos, ¿verdad? ¿No estás avergonzada?”
“Yo respeto mucho tu religión y sus líderes”, continué, “te diré la verdad, aunque hubiéramos querido matarlo [y la verdad que yo no quiero matar a nadie, ni querría hacerlo en algún momento] no lo podíamos hacer, pues eran los romanos los que gobernaban Israel en esa época y eso también está escrito en el Nuevo Testamento, así que anda y vuela a Roma a reclamarles. [Hay ofertas muy buenas en tiquetes]”
“Es una mentira!”, gritaba como poseída, “¡Ustedes, los judíos, siempre han gobernado el mundo!”
“Hemos sufrido durante miles de años por pogromos, persecuciones y tramas falsas, hace poco más de setenta años, mataron a un tercio de mi pueblo y todavía me dices que controlamos el mundo.”
“¡Su Holocausto no ha sido comprobado, no hay evidencia!”, dijo.
“Por supuesto”, le dije, “tienes razón, he decidido pagarte $10,000 por las tonterías que dije antes”.
“¿Hablas en serio? ¿Por qué vas a pagar?”, preguntó.
“No, señora querida, los peces sordos del mar cantarán en húngaro ‘La lista de Schindler’ antes que yo te llegue a dar un centavo/peso/quetzal (y eso si está comprobado), pero los nazis aceptaron pagar mucho más que eso, sobre algo que, según tu ignorancia, no está comprobado, ¿crees que los Nazis eran gallegos?”. Le conté sobre sobrevivientes del Holocausto que viven en nuestra comunidad y lo que vi en mis viajes a Polonia, a cada palabra que decía los colores de su cara cambiaban, su boca se abría y cerraba, como si recibiera su propia vida.
“Lo único que no se ha demostrado es que hayamos matado a su salvador. Búscate un judío que quiera pagar una compensación por ello, e incluso, la Última Cena nadie la pagó. Pero aquello causó la matanza de muchos judíos durante la historia de la humanidad.” (Y eso si está comprobado)
“Por cierto”, le dije, “es aconsejable dejar de discutir todo el día sobre quién es el Mesías. Todos lo estamos esperando. Cuando llegue le preguntaremos cómo se llama y listo. Dejemos de discutir y comencemos a respetarnos el uno al otro.”
De alguna manera salí de esto, pero de repente, siento una palmada en el hombro: “¿Kif Halak?” (¿Cómo estás?, en árabe). Contesto: “Hamdulillāh” (en árabe, significa “alabado sea Dios”). Me doy la vuelta y veo a mi vecino árabe de origen palestino, preguntándome: “¿Has visto lo que ustedes les están haciendo a mis amigos en Gaza?”. “Casi”, le dije, “lástima que no estés con ellos”.
Pero no querría que mis nietos les preguntaran a sus nietos por qué mataron a su abuelo, así que le dije: “Querido amigo, Israel se está defendiendo. Cuando Hamas ataca a civiles, Israel responde a estos actos terroristas. Mejor diles a tus amigos que es un milagro que todavía estén vivos en Israel, aún después que hayan quemado miles de hectáreas de terrenos recuperados, cultivados y protegidos, porque ningún otro país habría sido tan flexible y estaría callado por tanto tiempo sin responder a tantos misiles y daños.”
En eso llega un amigo judío de mi comunidad, también vecino, y me pregunta. “¿Qué pasa amigo?”
Le respondí: “¿Qué pasó con el mundo?, ¿con Jesús?, ¿con el Holocausto?, ¿o con Hamas?, ¿qué quieres saber?”
“¿Qué paso contigo?, ¿abriste un restaurante de historia?”, preguntó. “¡Qué historia, estoy casi en histeria!”, terminé diciendo.
“Francia ganó”, me dice mi amigo. “Olvídalo”, le dije, “no está comprobado.” “¿Estás loco?”, dijo él. “Eso ya ha sido comprobado”, le respondí y por poco caigo en la piscina.
Después de esto, empecé a imaginar un universo paralelo, en algún lugar, en donde el progreso era al revés. La humanidad empieza con iPhone 46 y con varias aplicaciones que piensan y hasta trabajan por uno. La tecnología está en la cúspide, pero desde ese comienzo el mundo empieza a evolucionar y cada vez dejan de emplear medios tecnológicos. Millones de años después dejan el internet y la gente empieza a conocer el mundo REAL. Un tiempo después el mundo avanza y deja la electricidad y la gente aprende a vivir sin internet, sin celulares, etc. Hasta que llega a un pico del progreso, la edad de piedra, cuando los seres humanos se habían vuelto tan avanzados y son capaces de sobrevivir en la naturaleza utilizando sólo los medios más básicos. En ese mundo, el progreso se mide por el talento de las personas, y no por la cantidad de juguetes digitales.
El más avanzado es el que puede sobrevivir en el desierto y en la nieve, en calor y en el frío, cazar y cultivar sus propios productos, producir sus propias herramientas, ropa y otras necesidades. Estudia de la experiencia y no sólo de Wikipedia.
Cada vez se disminuyen más las guerras y se necesitan menos las armas. A continuación, la humanidad evoluciona en la dirección opuesta, hasta que se desarrollan criaturas unicelulares que sobreviven con más espiritualidad y cada vez con menos materia. Así se aviene el mundo a su perfección, lleno de felicidad, independiente, en paz, con tolerancia, amor y respeto hacia la diferencia.
Siempre terminamos nuestras palabras con la frase: “QUE DIOS NOS AYUDE A TENER UN MUNDO DE PAZ”, esta vez quiero terminar mis palabras con otra frase: “QUE NOSOTROS AYUDEMOS A DIOS A TENER UN MUNDO DE PAZ Y RESPETO”.
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Soy mayor (65 años) cómo puedo hacer un voluntariado? Es viable? {Vivo con mi esposa y un hijo mayor en Bogotá}
Gracias Rab por tanta enseñanza. Quisiera saber dónde poder comprar sus Libros. Están en Amazon? O donde para poder ordenarlos .
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Amarilis Hoyo