La propuesta de elecciones directas para primer ministro que surgió en los últimos días es impulsada por Benjamín Netanyahu con el objetivo de superar la crisis política del país, y para su cristalización debe superar dos obstáculos: la Knesset y, llegado el caso, también la justicia.
En una conferencia celebrada este martes Netanyahu defendió la propuesta bajo el argumento de que la elección directa es la única manera de destrabar la crisis política, estancada en cuatro elecciones en dos años, y en pleno proceso de armado de un gobierno que por el momento no prospera.
“La Knesset no debe disolverse, la quinta elección debe evitarse, y la solución a este enredo es una elección directa del primer ministro para que el público decida quién dirigirá al país”, declaró el mandatario que busca su reelección.
Naftalí Bennett (Yemina), Yair Lapid (Yesh Atid) y Benjamín Netanyahu (Likud).
(Ynet)
El bloque opositor a Netanyahu por el momento rechaza la propuesta. Yair Lapid, presidente de Yesh Atid, sostuvo este martes que el plan de la elección directa “es una forma de ganar tiempo a expensas de la ciudadanía”. A su vez, ante la imposibilidad de Netanyahu de formar una coalición de gobierno, le pidió públicamente al presidente Rivlin que cuando venza el plazo legal le entregue el mandato a él, en su condición de candidato del segundo partido más votado el pasado 23 de marzo.
Como toda ley, el proyecto de Netanyahu requiere de la aprobación de una mayoría en el parlamento, para lo cual precisa del apoyo de al menos 61 parlamentarios. No está claro que el Likud puede reunir esas voluntades ya que en el panorama actual, inclusive si el partido Yamina de Naftalí Bennett votara a favor del plan, el bloque de la derecha alcanzaría 59 apoyos.
Aún si la Knesset aprueba la ley para la elección directa para primer ministro, seguramente desde la oposición protestarán ante la Corte Suprema de Israel y denunciarán inconstitucionalidad, bajo el argumento de que se estaría cambiando el sistema electoral durante el mismo proceso, con las elecciones ya celebradas bajo la normativa anterior.
La Corte Suprema de Israel podría trabar una ley de elección directa para el cargo de primer ministro.(EPA)
Allegados al sistema judicial no están tan seguros de que la Corte Suprema acepte intervenir en una decisión aprobada por la mayoría del parlamento, debido en parte a tensiones políticas de los últimos meses. Pero para el doctor Amir Fox, investigador principal del Instituto de Democracia de Israel, es inequívoco que la justicia debería interceder.
“La aprobación de la ley de elección directa para el cargo de primer ministro sería una violación a la voluntad del votante, que el 23 de marzo eligió partidos para la Knesset con la intención de formar un gobierno basado en el sistema de coaliciones existentes”, explicó Fox.
Bibi se comporta como mi nieto de 5 anos: cuando va perdiendo en el juego, quiere cambiar las reglas. De paso Bibi esta destruyendo todas las instituciones de la democracia Israeli, con tal de salvar su pellejo de la carcel que le espera.
David Livne
Rehovot, Israel