Un joven llega muy tarde a una reunión que tenía con sus compañeros de trabajo, y durante la reunión le comenta al amigo que tenía su lado: “No te imaginas lo que me pasó, entré al ascensor y se quedó atorado, estuve dos horas en él esperando a que lo arreglaran” a lo que el amigo le responde: “Tú no te imaginas lo que me pasó a mí, estuve cuatro horas parado esperando a que repararan las escaleras eléctricas”.
Los árabes “palestinos” tienen una declaración basada en unos versículos del Corán en el “Sura El Amram” donde está escrito que los judíos tienen derecho a la tierra de Israel siempre y cuando cumplan con las Mitzvot, pero de no ser así, los árabes tienen derecho a sacarlos de ahí. Pues esto es cierto y lo vamos a leer en esta semana en la Parashá “Ekev”, que nos dice que la tierra de Israel es de los judíos siempre y cuando cumplamos con las Mitzvot, si no lo hacemos, no tenemos derecho.
Durante todo el transcurso de la historia del Estado de Israel, todos los diplomáticos, el primer ministro y el presidente de los Estados Unidos, hasta hoy en día, siempre han argumentado que el derecho del pueblo de Israel a su tierra está escrito en la biblia.
Así como pasó en 1936 cuando en una reunión le preguntaron a David ben Gurión: “¿Cuál es el merito de ustedes para estar en la tierra de Israel?” El contestó: “¡Está en la biblia! Es nuestro derecho” “Kushan”
Nuestro derecho a la tierra no es por la declaración de Balfour o de la ONU, es por la biblia. Por ahí alguien le preguntó: “¿Usted cumple con el Shabat?, ¿cumple con todo lo que está escrito en la biblia?” y él respondió: “No”. Entonces, ¿cómo se puede usar una parte de la biblia para justificar una situación?
Ese es el mérito de nosotros. Debemos entender que si queremos paz tenemos que observar la biblia entera, no únicamente donde dice que la tierra es nuestra. Uno de los motivos del comienzo de la primera intifada se debió a que un árabe, que se llamaba Salaj Tahumri, vio a un israelí comiendo pan durante Pesaj. Esto le llamó la atención y le increpó: “Pero para ustedes lo que estás haciendo es prohibido”, a lo cual el israelí le contesta: “Lo que pasó hace 3000 años no mi importa, así que no tengo problema de comer Jametz”. Dedujo este árabe: Si ellos no cumplen, si ellos no están conectados con su legado histórico, entonces no tienen ningún derecho a estar en la tierra de Israel.
Ahora, ¿cómo se hace o cómo se logra cumplir con las mitzvot?, eso también lo leeremos en la Parashá Ekev.
Ekev viene de la palabra Talón, lo que nos indica que hay que comenzar por las cosas más vanas, las más pequeñas, aquellas que pisas con el talón y que piensas que no son nada, que no tienen importancia. Sólo así podrás acometer y lograr alcanzar tu misión.
No nos podemos quedar en las escaleras eléctricas esperando a que funcionen y si no funcionan no avanzamos, debemos entonces comenzar a caminar y subir por nuestros propios méritos.
La empresa TOYOTA quiso motivar a sus empleados, así que les propuso que trajeran ideas para mejorarla. Podían ser ideas muy pequeñas, pero que finalmente ayudarían en el desarrollo y mejoramiento de los carros. Además, por cada idea que entregaran recibirían 5 dólares. Así que empezaron a recibir muchísimas ideas y se dieron cuenta que de pequeñas ideas y pequeños avances, se podían lograr grandes cambios, grandes cosas.
Así funciona la vida, la unión de muchas cosas buenas que haces, por más mínimas que sean, hacen un gran cambio en tu vida y en la vida de aquellos que ayudas.
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