Estoy impresionado…
Me despierto a la 1:30 de la madrugada tomando conciencia que es la última noche, la última noche de mi soltería o de ser soltero o de intentar ser soltero y al abrir el correo me encuentro con un bello mensaje.
Ya son más de dos meses que estoy jubilado y si bien sigo muy ocupado conmigo mismo, con tramites, con tirar a la basura un montón de documentos que en realidad no son más que papeles que no tienen ningún valor de pronto tomo conciencia de un aspecto que para nada había tomado en cuenta. Estaré 24 horas por día bajo los atentos ojos de mi esposa, al alcance de sus sensibles antenas.
Desde que yo recuerdo, es decir los últimos 45 años siempre había alguna ventana de oportunidad para desaparecer, para poder apagar el celular, esto menos de 45 años, en los primeros no había siquiera teléfono para informar que me voy a atrasar por alguna razón, hasta recuerdo haber dicho que tengo diarrea y no poder salir del trabajo a casa hasta que me pase.
Todo era válido, la lluvia o el calor o el embotellamiento en la ruta para poder tener un momento de lo que yo denomino “estar solo”. Para algunos puede ser meditar.
Todo eso se terminó, ahora tendré que tener una vida muy organizada para que todo sea muy tranquilo y transparente, exactos horarios para comer, para ir al baño, para caminar, para escribir en el computador, para leer y en especial no hacer nada.
Seguramente buscarme una ocupación fuera de casa puede llegar a tener una connotación negativa, me quiero escapar…
Recuerdo ahora que solo hombres y mujeres casados mencionaron que debo tener alguna ocupación para cuando me jubile.
Mañana a esta hora me estaré levantando para ir a recibir a mi esposa que llega de su viaje planificado en la época que yo tenía un ineludible compromiso laboral. Los próximos de haber, los haremos juntos.
Un nota que encuentro ahora: “Si piensa jubilarse, convérselo con su pareja”
Por suerte amo a mi esposa
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