Emunah, una organización de mujeres religiosas, empezó a luchar a mediados de 1912 por la admisión de mujeres en el trabajo de supervisoras de kashrut -lo que incluye, entre otras funciones, vigilar el proceso de hacer la carne kasher, los insectos en la comida, sumergir platos, bolos y diezmo, hornear y cocinar por no judíos, las leyes de carne y leche, etc.- y por los cursos profesionales para mujeres en ese campo. Ignoradas por el rabinato, optaron por la lucha legal y acudieron a la Suprema Corte de Justicia.
A pesar de las protestas y vehemente oposición de varios miembros, el Consejo Principal del Rabinato decidió autorizar al rabino David Lau para que resolviera el conflicto, en consecuencia, decidió que no se debía impedir a las mujeres que trabajasen como supervisoras de kashrut y no se debía defender una regulación resultado de la costumbre sin base en la Halajah.
Este mes, la Suprema Corte de Justicia, el Rabinato y el Ministerio de Servicios Religiosos declararon que les está permitido a las mujeres presentar el examen profesional de supervisoras de kashrut del Rabinato. Quienes lo aprueben recibirán el Certificado de Supervisoras de Kashrut.
Emunah triunfo en su empresa y Liora Minke, su directora, dijo: ” [es] un avance y un gran logro de significado histórico con amplias implicaciones.” Abrirá nuevos campos de empleo para muchas mujeres.
Emunah anuncio el primer curso de supervisión de kashrut certificada para mujeres en Israel con una duración de 120 horas de estudio.
También por primera vez, la juez Hannah Yenon de la corte de Tel Aviv ordeno el pago de 100,000 shekel a una mujer como compensación a quien había sido su amante diez años atrás. La relación se terminó a los dos años. Según la mujer, ella quedo embarazada y él se casó con otra. La víspera de la boda le comunicó que estaba embarazada, él la ignoró y ella lo demandó exigiendo su reconocimiento del hijo y la manutención del niño,
Él, a su vez, la acusó de haberlo engañado pues lo convenció de que eran innecesarios los anticonceptivos porque ella no era fértil. Era divorciada y le relató el sufrimiento de los tratamientos a que se había sometido inútilmente para poder tener un hijo, también la acuso de molestar a su familia y “destruir todo” lo que había construido. La mujer no solo negó haberle dicho que era infértil, sino también que hubiera hecho algo deliberadamente para embarazar o que hubiera molestado obsesivamente al hombre.
La juez consideró que la declaración del hombre era más convincente porque “no anticipo que la acusada se embarazaría y creyó genuinamente que era infértil… mi conclusión es que la conducta de la acusada constituye un acto injusto de amenaza de esperma, consciente y deliberadamente quiso engañar al demandante y robar su esperma, no considero la opción de evitar por si misma el embarazo. No hay duda de que el demandante ha sufrido danos por las acciones de la acusada. Es claro que el demandante no tenía deseo alguno de convertirse en padre por la acusada y que todo le fue impuesto.”
La Juez dedujo la mitad de la multa de 150,000 Shekel que debían ser la compensación porque un hombre debe ser responsable por los resultados naturales de sus acciones: “Toda la culpa no debe de ser adjudicada a la acusada. El demandante es un adulto de juicio sano que no uso contraceptivos aunque debería saber las implicaciones de su decisión, admitió saber que la acusada era divorciada y había recibido tratamientos de fertilidad, aun así debió pensar en la posibilidad del embarazo y evitarlo.”
La juez aumento a la suma de compensación por el acto injusto de robo de esperma, 35,000 shekel como compensación a la invasión de la vida privada del demandante.
El veredicto de la Juez sentó un precedente al romper con la regulación típica del robo de esperma, usada por los hombres que piden ser exentos de la obligación de mantener a los productos ajenos a sus intenciones. Las cortes rechazan la petición porque las relaciones sexuales conllevan el riesgo natural del embarazo.
El 4 de diciembre, las Mujeres del Muro se reunieron para la celebración de Rosh Jodesh Teve con relativamente pocas interferencias, algunas adolescentes ultra ortodoxas gritaban insultos, pero fueron controladas por la policía que formo una barricada humana alrededor de las celebrantes.
Los rabinos suspendieron en el último momento los contingentes de jóvenes encargadas de impedir que las Mujeres del Muro llegaran al Muro por influencia del rabino del Muro, en esa ocasión, el rabino se encontraba más tranquilo porque estaba muy ocupado en la búsqueda de un compromiso para que las mujeres que no son ultra ortodoxas recen en la plataforma al lado del Muro.
Las Mujeres del Muro usaron melodías sefaradíes en algunos rezos y bendijeron a algunos grupos bajo un palio, mientras leían la Torah en un jumash porque usar un rollo todavía les está prohibido.
Algunos hombres ultra ortodoxos les gritaban majaderías trepados en sillas desde su sector. La policía detuvo a uno de ellos y también confiscó los silbatos que usaban para ahogar las voces de los rezos y los cantos de las Mujeres del Muro.
Un Rosh Jodesh tranquilo para las Mujeres del Muro.
Me pareció interesante lo escrito por ALICIA Korenbrot.
Un saludo.
Isaac Sigal