Hace casi dos décadas una gran amiga vino a despedirse con sus dos hijos porque hacía Aliá.
Esa joven mujer junto a su marido decidieron desafiar la realidad en la que vivían y comenzar una nueva vida. Dejaron familia, amigos, recuerdos y se llevaron el bagaje cultural judío como arma para trabajar en Israel. Tanto su esposo creyente, traductor y corrector de libros religiosos y ella empleada de CIDIPAL que dependía de la Embajada de Israel como centro de difusión partieron para radicarse y trabajar en la Tierra Prometida. Se fueron como gladiadores con un espíritu de lucha envidiable, fueron a dar lo que sabían, fueron a recibir, fueron a educar a sus hijos y triunfaron. Pero triunfaron, no por el éxito tal cual se entiende, si no porque como repiten hasta hoy, porque son felices por la elección que hicieron y en donde se sienten realizados.
Para ellos hubo tiempos muy difíciles pero nunca se quejaron, ni bajaron los brazos y se plegaron y fueron parte de los acontecimientos que a diario suceden en un país tan pequeño y tan importante para los judíos del mundo. Isi, a través de sus libros siguió difundiendo la historia y religión judía ya que es un versado de la Biblia. Dori, creó Porisrael , un órgano de difusión informativo a nivel internacional sobre todo lo que acontece en Israel y su entorno enemigo más material de la Diáspora. Así de simple y complejo fue su decisión de contar a través de Internet noticias locales tanto buenas como malas- Dori que además de ser una letrada recibida en Filosofía y Letras es cantautora que le suma a su voz escrita su poema de amor de su ser judía e israelí. Sus hijos crecieron y viven progresando. Hoy tiene esta pareja: Isidoro (Israel) Winicki y Dori Lustron tres nietas que coronan sus vidas.
De Dori como amiga y periodista debo decir que es una jaielet, una soldada al pie de la computadora, de trasmitir lo que sucede con precisión y pasión, que abre los ojos a los que desconocen la realidad israelí y que alienta a conocer la verdad a través de sus artículos propios como los que con gran generosidad presta a los que quieren publicar.
Dori es coqueta y lo fue hasta cuando tenía un solo vestido y llevó adelante su hogar con alegría. Cuando padeció cáncer en el 2007, tuve la suerte de estar a su lado. Estando internada de lo único que hablaba era de la eficiencia de la medicina israelí, del servicio para árabes y judíos que presta y de la felicidad de lo que recibía como enferma.
Podría detenerme en miles de detalles más pero quiero cerrar mi pequeño homenaje a esta mujer de voz vibrante, empuje incansable que al igual que un reguero de polvora, al recibir su página es una bendición al mostrar a Israel al rojo vivo y perfumado con una admiración de mujer enamorada de su ser sabra, de su ser judía, de ser esposa, madre, amiga y corresponsal.
Gracias Dori por tu fortaleza y tu PorIsrael, un regalo de amor y talento. Feliz 18 años de existencia. Un lujo periodístico.
Artículos Relacionados: