Todos parecemos estar más que dispuestos a discutir la bondad o maldad de las políticas de un Presidente, líder empresarial o partido político en el país o en el exterior.
Todos tenemos una innata facilidad para brincar a conclusiones y señalar culpables y enemigos pero pocos parecemos estar suficientemente documentados como para llegar a estas conclusiones con conocimiento de causa ( y por lo tanto tener la habilidad de contrarrestar estas medidas).
Comprender por ejemplo que los refugiados que llegan a Estados Unidos desde Centroamérica no son centroamericanos “persiguiendo” el “American Dream” sino sobrevivientes de una guerra iniciada y financiada primero por Reagan pero igual más recientemente por el mismo Obama permite comprender el origen de la migración y nos permite llegar a conclusiones diferentes de las que parecerían lógicas si estos migrantes no fueran más que aventureros en busca del “American Dream”.
Comprender que los problemas del Cercano Oriente en particular y del mundo árabe en general se generan del tratado de Sykes-Picot firmado el 16 de Mayo de 1916 y que por definción creó un mapa de naciones creadas artificialmente por Francia e Inglaterra con el objetivo de que siempre tuvieran problemas internos dada la conformación socio-religiosa de cada uno.
Ahora bien, si el discurso subrayara la artificialidad de estas fronteras y se luchara / negociara / implementara un rompimiento de estos falsos países en beneficio de uno de etnias y culturas similares o por lo menos no antagónicas el mapa cambiaría radicalmente, todos los participantes sufrirían por la pérdida de territorio o recursos pero todos ganarían estabilidad interna, y quizás progreso y superación de sus habitantes.
Claro, para lograr esto hay grupos interesados en que no suceda (de ahí el titulo “Quien domina al Mundo”) y medios de comunicación -propiedad de estos mismos individuos- dedicados a confundirnos, manipularnos y vendernos ideas que les benefician a sus patrones pero no al resto del mundo.
Comprender como los medios de comunicación tradicionales hacen esto, como manipulan las noticias ya sea por omisión o subrayado o distracción es vital para nuestra sociedad si queremos neutralizar este “enemigo” y encontrar la manera de resolver los problemas que la ambición sin límites provoca.
“¿Quién domina al mundo?” es lectura obligatoria, (y muy sencilla) para quien quiere comprender lo que pasa en México con la gasolina, con Televisa, con el NAFTA, con Estados Unidos o quien quiere comprender lo que pasa en el mundo, en el que México es sólo un pequeño apéndice manipulado para lograr sus objetivos.
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