Aunque parezca mentira, existe una relación directa entre el bíblico Libro de Rut, que leeremos durante la fiesta de Shavuot, y las interpretes israelíes Dana International y Neta Barzilay que ganaron el Festival Eurovisión.
Los nombres propios hebreos tienen significado. Estos pasan inadvertidos para el lector de una traducción de la Biblia, pues los traductores sólo los transliteraron sin intentar explicar el motivo de ellos. Rut era moabita y naturalmente su nombre no es hebreo. No se sabe con certeza la etimología y el significado de éste, aunque algunos expertos creen que puede estar relacionado con el sustantivo “reah”, lo que vendría a ser, en consecuencia, “amiga” o “amistad”.
Dana y Neta, en cambio, son nombres íntegramente hebreos. Dana proviene de “ladún”: “juzgar”. Neta, por su parte, deriva de “lataat” o “lintoa”: “plantar” o “sembrar”, que en hebreo literario puede también usarse como “crear” o “establecer”.
El Libro de Rut no nos relata la historia de un amor romántico, sino del amor reverente de una viuda joven por la madre de su esposo difunto. El amor que se revela en su carácter es del tipo más puro y abnegado. Aunque era moabita, Rut aceptó como propia la fe de Noemí, y fue recompensada mediante su matrimonio con un noble judío, Boaz, por quien llegó a integrar la tribu de Yehudá y ser antecesora del mismísimo rey David.
Uno de los propósitos del Libro de Rut es justamente ese, informarnos respecto de los antecesores inmediatos de David, el más importante de los reyes de Israel, de cuyo linaje deberá llegar el Mesías.
Pero al mismo tiempo, Rut, así como Dana y Neta, presentan un cuadro sumamente llamativo acerca de las relaciones entre personas distintas y hacia la solidaridad con el prójimo diferente.
La relación entre suegras y nueras es tema de diversión para muchos. Pero no ocurre así entre Rut y Noemí. Con una última mirada a los campos de su tierra, Moab, y con una sublime exclamación – “Tu pueblo es mi pueblo y tu Dios es mi Dios” -, Rut entra en un terreno extraño y se une al pueblo hebreo.
Esta narración está relacionada con el proceso vivido por las mujeres hebreas a lo largo de la historia. Situaciones muy concretas vivenciadas en el hogar, en la familia o en sus comunidades y países.
El Libro de Rut nos muestra que siempre existió una reacción a posturas discriminadoras, ya sea de género o de apariencia, entre muchas otras; reacción que se expresa con mucha belleza, presentando críticas y también sugerencias de pasos concretos para la superación de los problemas.
El relato enseña que de manera constante hubo y hay en el judaísmo un espacio subterráneo para las reflexiones que partían y parten de la vida y de las experiencias de las mujeres.
El accionar de Rut, así como el de Dana y el de Neta, su compromiso, tenacidad, perseverancia y firmeza, determiman, también, que a pesar del activismo extremista del establishment ultraortodoxo hebreo que las segrega, ellas supieron y saben luchar para encontrar la solidaridad de compañeros y amigos, de hijos, padres, hermanos y de toda la comunidad y el Estado.
Sólo una gran solidaridad en el sentir y el pensar puede generar una visión tan hermosa y esperanzadora; una visión mesiánica; una propuesta de apertura e inclusión y la esperanza de un Mesías descendiente de una mujer diferente, como lo fue Rut, y como lo son Dana y Neta.
¡Jag Shavuot Sameaj!
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