No le tengas miedo a prepararlo en casa, el salmón es uno de los pescados más ricos y nutritivos, además de saludable y versátil.
Sin embargo, son muchas las personas que optan por comerlo sólo cuando visitan algún restaurante mientras que sus beneficios también puedes tenerlos en casa.
El salmón fortalece tus músculos y el corazón, reduciendo las probabilidades de tener problemas cardiacos y otras enfermedades relacionadas con el colesterol y triglicéridos.
Rico en ácidos grasos Omega 3, vitamina A, B y D además de minerales, el salmón también aumenta tu metabolismo y evita los accidentes cerebrovasculares.
Muchas de las actuales dietas recomiendan comprar este pescado, y consumirlo por lo menos una vez a la semana. Siempre será mejor consumirlo fresco, aunque puedes encontrarlo en lata o ahumado.
El fresco puedes comprarlo en lonjas o postas, calcula una posta por persona, del grosor de tres dedos de tu mano y puedes pedir que te lo vendan porcionado.
El salmón fresco lo puedes simplemente marinar con mostaza, jugo de limón o de naranja, un poco de sal y ponerlo a la parrilla. También lo puedes hornear y acompañarlo con una buena ensalada.
Es importante que no sobrecuezas el salmón fresco, ya que tiende a resecarse, cuida el término de cocción y recuerda que si lo dejas marinar por mucho tiempo en limón o en otro jugo cítrico, también tiende a “cocerse”, lo que debes evitar a menos que tengas en mente un tartar de salmón, que puedes hacer con este pescado fresco picado en trozos pequeños con aguacate, tomate y cebollín marinado en jugo de limón.
El salmón en lata es ideal para que lo uses en alguna ensalada rápida de la misma manera que usas el atún o bien para rellenar unos volovanes, unas empanaditas, o para tostadear con este rico pescado mezclado con limón, aceitunas y alcaparras.
El ahumado es delicioso para usar con canapés, en mi caso, trato de tener siempre un paquetito en casa, porque fácilmente lo puedes descongelar y poner sobre un baguette tostado, o bien, mezclarlo en el procesador con queso crema y cebollín para hacer un dip.
La piel del salmón resulta ser muy grasa para algunos gustos, puedes retirarla sin problema con ayuda de un cuchillo.
¡Disfrútalo sin miedo!
Te espero en el Bazar de la Unión Femenina Monte Sinaí del 4 al 6 de marzo en el Centro Cultural Monte Sinaí donde compartiré recetas, tips y estaré firmando mis libros.
SALMÓN EN SALSA DE GERMEN DE LENTEJA
- 4 porciones
MARINADO DEL SALMÓN:
- ½ limón exprimido
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- ½ cucharadita de consomé páreve en polvo
- 2 cucharadas de salsa teriyaki para marinar
- 2 cucharadas de aceite de ajonjolí
- 500 gramos de filete de salmón sin piel
SALSA:
- 2 cucharadas de tamarindo concentrado
- 1 ½ cucharadas de salsa de soya
- 1 ½ cucharada de miel de Maple
- 1 cucharada de azúcar mascabado
- 1 ½ cucharadita de consomé páreve en polvo
- 1 cucharada de vinagre de arroz
- 3 cucharadas de agua
(todo esto se mezcla en un recipiente) - 2 cucharadas de aceite de ajonjoli
- 1 vara de apio rebanado fino
- ½ berenjena en dados chicos
- 5 cebollitas cambray cortado con todo y el tallo
- 1 ½ tazas de germen de lenteja
Preparación:
- Mezclar los ingredientes del marinado de salmón y dejar reposar el pescado por media hora en refrigeración.
- Aparte, en un tazón mezclar los ingredientes de la salsa y reservar.
- En una olla con agua hirviendo cocer el germen por unos segundos y escurrir.
- En el “Wok” o en una sartén calentar el aceite, añadir el apio, la berenjena, la cebollita cambray y el germen ya cocido.
- Agregar la salsa previamente preparada y dejar a fuego bajo unos 3 minutos.
- En una sartén caliente, sellar el salmón hasta que alcance el término deseado, aproximadamente dos minutos por cada lado.
- Acomodar el salmón en un platón y bañar con la salsa de germen y servir sobre una cama de fideos de arroz cocido y espolvoreado con ajonjolí negro.
NOTA: Este salmón también sabe delicioso solo marinado y asado acompañado de un arroz blanco.
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