Para la Biología los seres humanos somos entes tutelados, con un libre albedrio muy restringido. Así lo expresa Miguel Pita en el libro EL ADN DICTADOR, “nuestro ADN nos ha fabricado para vivir cómodamente engañados. Nos ha dado facilidades para sentirnos un ente particular, para creernos que somos un individuo concreto, para poner y controlar una solidísima frontera imaginaria que separe nuestro envase del resto del mundo, para saber distinguir que las moléculas que forman mi envase son más importantes que el resto de los átomos del universo, así como para actuar como si supiésemos lo que hacemos”.
Para la Sociología, los seres humanos, a diferencia de otros animales sociales como, hormigas, termitas y abejas, que no poseen nuestro enorme cerebro, adquirimos nuestra identidad individual durante un proceso de aprendizaje a lo largo de la niñez, la juventud, y en la vida adulta, por medio de la interacción social con nuestros congéneres, en el contexto de las rutinas de la interdependencia obligatoria. En las primeras etapas de la vida, se forma nuestra identidad de género y raza, y posteriormente vamos añadiendo nuestra identidad profesional, nuestros roles sociales, y nuestro estatus.
La identidad primaria y secundaria, que nos presta la sociedad, es asumida por la gente con naturalidad y sin oposición, como parte de la realidad en la que vivimos, al mismo nivel que las realidades objetivas (mesas, ascensores, coches y demás objetos) y que otras realidades imaginadas como el dinero, el idioma o el Estado. Pero la sociedad también tiene preparadas sanciones si nos desviamos del personaje al que somos asignados en las diferentes etapas de nuestra vida. Que se lo digan si no a Barbara la Española, (bendita sea su memoria) la cual, según recoge el biógrafo Martin Gayford , fue ejecutada el 7 de abril de 1498, en Roma de una manera horrible, en el Campo dei Fiori , siendo quemada viva en la picota . El ajusticiado, era un criado morisco de una cortesana llamada Cursetta, que tenía la costumbre de deambular por la calle vestido con ropas de mujer, haciéndose llamar Barbara la Española.
La coerción con que se nos impone nuestra identidad social abre las puertas a que nos convirtamos en mentirosos estructurales. Nos mentimos a nosotros mismos, para mentir mejor a los demás, y mostrar una versión idealizada de nosotros en el curso de nuestra interdependencia obligatoria, como forma de hacer más llevadera y segura nuestra vida en sociedad y evitar (eventualmente) acabar en el Campo dei Fiori. Dado que la mentira es consustancial a las sociedades humanas, no es de extrañar que haya aparecido recurrentemente una Quinta Columna, unos pocos, pero persistentes casos de individuos que han cruzado la frontera identitaria asignada, para abrazar, con grandes riesgos personales, la causa de los enemigos, son los denominados TRAIDORES.
ALGUNOS TRAIDORES CONTEMPORANEOS
Robert Hansenn, ha sido descrito como el peor desastre de la inteligencia en la historia de los Estados Unidos. Este sujeto fue un empleado del FBI, espió para la Unión Soviética y la Rusia post- comunista durante 22 años, siendo uno de sus mayores éxitos el desvelar a los soviéticos el nombre de su propio gran traidor, Dmitri Poliakov. La identidad de padre de familia numerosa, católico y miembro del Opus Dei, no hacía presagiar que este americano perfecto iba a ofrecerse voluntariamente como espía al enemigo, y que lo volvería a hacer haría incluso cuando la URSS dejo de existir.
A pesar de haber ganado más de 1 millón de dólares a manos de los rusos, parece increíble que este WASP, americano modélico, tuviera una razón monetaria, para una conducta tan demencialmente peligrosa como trabajar para los soviéticos desde su posición como miembro de la Unidad de Contrainteligencia del FBI. Lo irracional de su conducta acabo para el ciudadano Robert Hansenn, con la muerte en la cárcel, el 5 de junio de 2023, cuando cumplía cadena perpetua.
Dmitri Poliakov, fue un general soviético y alto dirigente del espionaje soviético GRU, que trabajo para la CIA y FBI, a los que se acerco por voluntad propia para pasar secretos de la Unión Soviética, durante la Guerra Fria, a lo largo de un dilatadísimo periodo de 25 años. James Woolsey, jefe de la CIA lo definió como “la joya de la corona” del espionaje americano. Las razones aducidas para que un héroe soviético, condecorado con la Orden de la Estrella Roja, padre de tres hijos y prominente miembro de la “nomenklatura”, traicionara a su país, son su descontento con la corrupción existente entre las elites soviéticas. La explicación es claramente estereotipada, si tenemos en cuenta que su traición le costó la pena de muerte en 1988.
Ashraf Marwan. ¿Por qué un joven egipcio de clase alta, felizmente casado con Mona Nasser la hija del mayor héroe de su país y feliz padre de familia, traiciono a su patria en favor de su peor enemigo, Israel, en el curso de una pugna existencial entre ambos? Ashraf Marwan, el yerno del presidente Gamal Abdel Nasser, icono del nacionalismo árabe, espió para Israel durante dos décadas de forma voluntaria, sin razón aparente. Tal vez, su mayor logro fue proporcionar a Israel la estrategia de batalla y el plan de ataque detallado de las fuerzas armadas de Egipto para atravesar el Canal de Suez, y el aviso anticipado del día exacto del comenzó del ataque en la Guerra del Yom Kippur en 1973. Para explicar su traición los biógrafos e historiadores aducen su amor por el riesgo y por el dinero, pero parecen muy flojas motivaciones, para alguien que fue asesinado en 2007, arrojado desde una ventana de un hotel de Londres, presumiblemente por orden de Hosni Mubarak.
La historia de El Príncipe Verde, es la reedición en Ramallah de lo hecho en las murallas de Jericó por Rahav, la prostituta. En este caso, el hijo primogénito de Seikh Hassan Youseff, miembro fundador y líder de Hamas en Judea y Samaria, amantísimo de su padre, y protector de su madre y hermanos, traiciono a su padre, a su madre, a sus hermanos y a su pueblo para pasar información a Israel durante 10 años, de la organización terrorista Hamas y de sus proyectos de atentados terroristas. Mosab Hassan Yousef, finalmente abandono Ramallah y emigró a EEUU, convirtiéndose al cristianismo, lo que le hace susceptible de ser ejecutado por musulmán apostata.
DOS TRAIDORES MEDIEVALES
Pablo de Santa María, nacido varón, educado en la religión judía y llamado Selemoh ha Levi, llego a ser Rabino Mayor de la ciudad de Burgos en Castilla. increíblemente, en 1390, se convirtió al catolicismo, de la mano del más fanático de los enemigos de los judíos, Vicente Ferrer. Se separo de su mujer que no acepto la conversión, y le arrebato los hijos para entregarlos a la fe católica. Posteriormente se aplicó con tanto esmero a lograr nuevas conversiones entre los atribulados judíos de España, que llego a ser nombrado Obispo de Burgos y Canciller Mayor de Castilla. Una vez fallecido, se le enterró en el convento de la orden de los dominicos, brazo armado de la Inquisición.
Maestre Alfonso de Valladolid, nacido en 1270 la judería de las Huelgas en Burgos con el nombre de Rabbí Abner. Con 25 años cambio de identidad social, abjurando de la religión judía y bautizándose. No contento con traicionar a los suyos, que se encontraban contra las cuerdas por las persecuciones cristianas, se unió a las mismas con una serie de libros apologéticos del cristianismo y de descalificación de los judíos aprovechando sus conocimientos del Talmud. Como converso ejerció la medicina en Valladolid, fue Sacristán de la Catedral de Valladolid y fue Capellán de la Infanta Blanca de Portugal.
SOCIOLOGOS SIN FRONTERAS
Tradicionalmente historiadores y biógrafos han considerado a las oportunidades y a los deseos como las causas próximas del comportamiento de los traidores, sin valorar los enormes peligros que conlleva y el coste psicológico que implica la traición. El traidor asume el riesgo de represalias y malentendidos, tanto de los sujetos beneficiados, como perjudicados por su traición. Además de soportar, a nivel psicológico una colosal incoherencia, dado que todos nosotros recordamos nuestro pasado biográfico como una obra de teatro, en la que el YO, fuera el protagonista principal. Asumir tales riesgos es irracional, el Premio Nobel de Economía 2002, Daniel Kahneman nos ha dado pruebas de que no asumimos riesgos como resultado de una bravuconada, sino como fruto de la ignorancia y de la ceguera ante la probabilidad, ya que, al imaginar el futuro, tendemos a descartar los resultados adversos.
Si, con permiso de los biólogos, todos estamos socialmente construidos y la cultura es un molde que trata de perpetuarse y, qué se impone coercitivamente a las personalidades individuales, a las que proporciona unos modos de pensar, unas ideas, unos canales de expresión de los sentimientos, y hasta unos medios de satisfacer sus necesidades fisiológicas, y si esto funciona correctamente para la inmensa mayoría de los individuos. Si, en general, la gente ajusta sus aspiraciones a sus circunstancias, con el fin de poder mantener un nivel más o menos constante de satisfacción, ¿Por qué entonces, algunos pocos, pero muy significativos sujetos, ya en la edad adulta, en la cumbre de sus capacidades intelectuales y profesionales, con su identidad social bien asentada, son capaces de comportarse de una manera tan irracional, y tan diferente a la de la inmensa mayoría de sus pares?
Una posible explicación se puede encontrar en el fenómeno de la DISONANCIA COGNITIVA, (sustentar dos ideas incompatibles entre sí), sentida como una amenaza identitaria, que ya estuviera presente en cada uno de nuestros héroes, antes de su conversión en traidores, por alguna incompatibilidad sistémica entre el proceso de socialización y su núcleo individual no socializado. Hay muchas oportunidades de que se produzcan acontecimientos al azar en la vida de las personas, y durante la infancia y la adolescencia, cuando se nos adjudica nuestra identidad, los acontecimientos al azar, a veces tienen consecuencias drásticas a largo plazo.
La traición habita en los traidores antes de manifestarse de forma oportunista cuando se presenta la ocasión, y podría ser, un SUBPRODUCTO de los intentos del sujeto, de reducir una DISONANCIA COGNITIVA preexistente, convenciéndose de que uno tiene razón en otro ámbito distinto al que origina la disonancia. Las traiciones de Robert Hansenn, Dmitri Poliakov, Ashraf Marwan, El Principe Verde, Pablo de Santa María o Maestre Alfonso de Valladolid, serian pues, actos irracionales, generados por el afán de llevar una existencia más consonante y menos disonante. Convertirse en un traidor, no es algo que pueda realizarse a través de acciones solo motivadas por el deseo de ser un traidor. La traición no es algo que dependa de la voluntad de serlo, nadie es traidor por su libre albedrio. Es una carambola que ocurre cuando se presenta la oportunidad de dar rienda suelta a un individualismo extremo, en el convencimiento irracional que uno, y solo uno, tienen razón, como respuesta a una disonancia identitaria preexistente. Todos los traidores aquí mencionados, en algún momento de su desviada conducta, experimentaron el orgasmo del triunfo absoluto.
A diferencia de Barbara la Española, Efialtes tuvo la paciencia de esperar toda una vida a que llegaran los Persas, para convencerse a sí mismo que estaba en lo cierto en algún ámbito identitario desconocido. La gloria artística o el éxito científico también se incluyen en la categoría de los estados que son esencialmente subproductos: estados que no pueden realizarse a través de acciones solo motivadas por el deseo de realizarlos. Albert Einstein también estaba esperanto a la Teoría de la Relatividad para convencerse a si mismo que estaba en lo cierto, en algún ámbito identitario desconocido, alejado de la física.
Artículos Relacionados: