El nivel más profundo de comunicación no es la comunicación misma sino comunión. Es sin palabras. Está más allá de las palabras, y más allá de los discursos, y más allá de los conceptos.
Thomas Merton
A Ignacio Echaverria, el héroe español contra el yihadismo.
A Theo Aguilera, en el comienzo de su peripecia vital.
A finales del florido mes de mayo y en los comienzos de junio mi entrañable amigo Javier Martínez y yo nos acercamos en un corto viaje a Cáceres, la hermosa de las ciudades, en Extremadura, la Otra Tierra de Promisión, como tuvimos bien en llamarla en un Congreso y escrito hace ya algunos años en Hervás,
Fuimos en tren desde la caótica y ruidosa Estación de Atocha, donde se paga hasta para hacer las necesidades más perentorias.
El Talgo nos dejó en el apeadero y desde allí un taxi nos arribó en el Hostal Al-Qazeres situado en las proximidades del centro de la urbe, una ciudad, que como una hermosa aristócrata venida a menos, presenta evidentes muestras de decadencia.
Poco después en el portentoso Casco Medieval, en la Casa del Sol-donde vive y pernocta-nos encontramos con el sacerdote Santos Palomero, que nos hizo una cálida acogida. Hay hombres que se abren como flores y este salmantino es uno de ellos. Nos presentó a otro amigo suyo y también religioso de la Preciosa Sangre, el amable y culto Padre Borreguero.
Juntos y en la bellísima Plaza porticada merendamos una deliciosa comida a bases de migas y huevo y un vaso de vino de la región y todo ello nos supo a gloria. Yo rompí así el Ayuno de Daniel que venía haciendo desde 21 días antes.
Al día siguiente asistimos a la misa que ofició el Padre Santos en la maravillosa iglesia de San Mateo. En su sencilla y bella homilía del día del Corpus Christi nos habló del Amor Fraterno e hizo mención de la escasez de vocaciones de sacerdotes. También ese mismo día nos acercamos en el auto del Padre Santos hasta el Santuario de la Virgen de la Montaña desde cuya cima se divisa una impresionante panorámica de esta ciudad que ha sido elegida coma Patrimonio de la Humanidad.
Antes de nuestra visita al Santuario de la Virgen nos detuvimos y rezamos un rato en el Cementerio, donde reposan los restos de nuestro amigo el Padre Evelio, hombre santo y culto y con un singular y profundo amor a Israel.
La judería de la capital está por el Barrio de San Antonio de la Quebrada, que hace honor a su trazado montañoso, abrupto.
La ermita de san Antonio, antigua sinagoga, tiene un especial encanto y en su cercanía hay plantas de jazmines y otras especies olorosas
La judería nueva se encontraba donde ahora está instalado el Palacio de la Isla, cerca de la bellísima plaza porticada de San Jorge, patrón de la ciudad. En dicho palacio, aparte de encontrarse grabados de Estrellas de David, hay una importante documentación sobre el pasado hebreo de Cacéres, la-repito-hermosa de las ciudades de Sefarad. De Sefarad y del mundo.
Con sus murallas, iglesias, ermitas, olivos y palmeras. Cáceres nos recibirá ahora y siempre con los brazos abiertos.
¡Shalom!
Postdata. Dedico este texto a mis amigos Javier y Santos, y a mi querido primo Benito de la Cruz que vive y regenta un bar en la Plaza de Santiago en esta ciudad de ensueño.
ANTONIO ESCUDERO RIOS
GRAN MAESTRE DE LA ORDEN NUEVA DE TOLEDO
PRIMAVERA DEL AÑO 2018.
Estoy muy feliz de leer esta crónica y doy gracias a Dios (Yahvé o Cristo) porque nuestros hermanos fieles en la religión Judáica, asistieron a la eucaristía celebrada por mi querido profesor Padre Santos, así como a diversos lugares de culto católico, sin aspavientos, con amplitud de miras y en un vivo y claro ejemplo de Ecumenismo, constatando que las religiones deben unirnos y hacernos más humanos y mejores, en vez de separarnos y buscar la confrontación.
Doy gracias a Dios Padre (que es el mismo para judios y cristianos) por lo expresado en artículo.
Que Dios les bendiga y traiga la paz a Tierra Santa y reine la concorida y la fraternidad entre los hombres sean de las religiones que sean