Vamos a escribir una parábola que nos ayudará a entender cuál es la intención o finalidad del rezo.
Había una persona que estaba muy enferma y fue con un doctor muy famoso mundialmente para que lo cure. Después de un largo tratamiento lo curó.
¿Cuál fue el beneficio de ese hombre? Hay dos opciones que podemos pensar:
- Que se curó su enfermedad.
- Que pudo tener una relación con ese gran doctor.
Seguramente el beneficio que tuvo ese hombre fue que se curó de su enfermedad y secundariamente que pudo hacer la relación con ese doctor.
Pero concerniente al rezo a Dios es al revés: lo principal es que la persona se relacionó y se apegó con Dios, y secundariamente tuvo un beneficio de lo que pidió.
Así como dijo el famoso Rabino Yerujam de Mir: “El Birkat Hamazón (la bendición posterior al comer pan) no es porque comimos pan, sino que Dios nos mandó pan para decir Birkat Hamazón”.
En una ocasión llegó una persona con el famoso Rabino Jafetz Jaim pidiéndole que rece por él. Le dijo el Jafetz Jaim:
“A un padre no le gusta que un hermano pida por su otro hermano, sino que el hijo debe pedir por sí mismo”.
El Jafetz Jaim le quiso transmitir el mensaje de que el rezo de la misma persona que necesita a Dios es mucho mejor, ya que la finalidad del rezo es acercarse a Dios.
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