El Gabinete de coronavirus del Gobierno israelí votó en favor de aplicar un cierre total de dos semanas, pendiente de ratificación el domingo, tras registrarse este miércoles un nuevo máximo de contagios, que profundiza aún más la gravedad de la segunda oleada de la pandemia.
Según un comunicado de Salud, firmado conjuntamente con la Oficina del Primer Ministro, las medidas aprobadas, que deberán recibir la aprobación final del Gabinete de ministros el domingo, prevén, durante una primera etapa, un límite de movimiento de 500 metros del domicilio, el cierre de escuelas y de comercios no esenciales, durante una primera etapa de cierre total.
En esta etapa, además, solo se podrá rezar en espacios abiertos y los restaurantes solo podrán entregar comida a domicilio.
En una segunda etapa algunas personas podrían regresar a sus trabajos y solo se prohibiría el movimiento entre ciudades.
Las nuevas restricciones entrarían en vigor a partir de la semana que viene y se extenderían durante las festividades judías de Rosh Hashaná (año nuevo judío) y Yom Kipur (día del perdón), caracterizadas por los habituales encuentros familiares y ceremonias religiosas en sinagogas.
Esta semana el Gobierno ya había aplicado un toque de queda nocturno -entre las siete de la tarde y las cinco de la mañana- en 40 de las localidades con mayor índice de contagios del país, en su mayoría árabes, además de varias ciudades y asentamientos con población judía ultraortodoxa.
La segunda oleada de coronavirus se encuentra en su punto más severo hasta el momento, y tras registrarse el miércoles un máximo de nuevos casos detectados, el Ministerio de Salud anunció por la tarde que por primera vez se había superado la marca de 4.000 nuevos contagios en 24 horas.
El total de contagiados desde el inicio de la pandemia superó los 140.000 -en un país de más de nueve millones de habitantes-, más de 32.000 de ellos aún activos y 487 en estado grave, mientras que 1.075 personas han muerto por la enfermedad.
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