El rastrillaje implica un gran despliegue de hombres en el terreno y un importante trabajo de inteligencia, agregó la fuente.
A su vez, el ejército anunció durante la noche el envío de cuatro batallones, lo que equivale a varias centenas de hombres, para para evitar “una escalada de la violencia en el sector cercano al lugar del ataque”, dijo el vocero.
Eitam y Naama Henkin, que eran vecinos de Neriah, cerca de Ramala (centro de Cisjordania), murieron baleados cuando circulaban de noche, con sus cuatro hijos, entre Itamar y Eilon More, informó el ejército.
Los cuatro niños, de edades comprendidas entre 4 meses y 9 años, resultaron con heridas leves, según la fuente. El ataque tuvo lugar cerca de Beit Furik. Se produjo en un contexto de fuerte tensión entre palestinos e israelíes.
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