Cuando su pecho se tensó y todo a su alrededor se puso en cámara lenta, Yelena supo lo que venía. Incapaz de ayudarse a sí misma, su cabeza se agitó bruscamente hacia la izquierda. Comenzaba a perder la conciencia, su cuerpo se convulsionó agitándose fuertemente por unos minutos mientras el ataque proseguía su curso.
En un buen día, solo tenía cuatro convulsiones, recuerda la madre de Yelena. Algunos días tenía cinco o seis. A los 13 años, cuando Yelena comenzó a tener ataques con mucha frecuencia a pesar de los medicamentos y la dieta, la madre la sacó de la escuela y renunció a su trabajo para poder cuidarla. Las dos se habían mudado de Rusia a Israel hacía nueve años, y se quedaron en casa juntas, preparándose para el siguiente ataque y la agotadora confusión que precedía a los ataques.
Yelena, de 15 años, tiene epilepsia – es una de las 50,000 personas con epilepsia en el país, una en 50 millones en el mundo ( la mayoría de ellas están en el mundo desarrollado) y está en el 60 por ciento para quienes no hay una causa de su enfermedad. Están en compañía de otros exaltados. El Profeta Ezequiel, Sócrates, Juana de Arco y Mahoma son figuras históricas que se cree, padecían epilepsia. Alguna vez considerada la “enfermedad sagrada” y concebida por muchos como venida de los dioses a causa de una maldición o un signo de posesión demoníaca, hoy sabemos que la epilepsia es un mal funcionamiento del sistema eléctrico del cerebro.
“En lugar de transmitir y recibir mensajes en ráfagas cortas y controladas de energía eléctrica, las células del cerebro se disparan caótica y continuamente,” explica el Dr. Moni Benifla, un neurocirujano pediátrico especializado en epilepsia que dirige el Departamento de Neurocirugía Pediátrica en el Centro Médico de la Universidad Hebrea de Hadassah en Ein Kerem. “Esto crea un tsunami de energía que surge de todas partes o de todo el cerebro y que resulta en una convulsión. La convulsión más común es la tónico-clónica (anteriormente llamada el gran mal), en la que los músculos se contraen bruscamente y se pierde la conciencia.”
Yelena y su madre consultaron al Dr. Benifla hace 18 meses. Hoy, la joven adolescente no tiene convulsiones y ha regresado a la escuela después de un diagnóstico y una cirugía con la más alta tecnología, una tecnología que no solo no tuvieron a su disposición los epilépticos históricos, sino que no existía en ninguna parte hasta hace apenas unos pocos años.
Hadassah trae nuevas esperanzas en este nuevo año 5772 para encontrar una cura a las enfermedades devastadoras como el cáncer, así como ver realizado el sueño más importante de Jerusalem: la construccion de la Nueva Torre Hospital, icono de la excelencia en la medicina en Israel para ser inaugurado en Octubre, 2012.
Ethel Fainstein, Directora Hadassah Internacional, América Latina
Vicky Mamieh, Asistente Administrativa, Hadassah México
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