La expulsión de los judíos de Tel Aviv por los turcos en 1917

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Yair Auron:

En la primavera de 1917, la pequeña comunidad judía en Palestina fue impactada por una orden emitida por las autoridades turcas para deportar a los 5000 judíos de Tel Aviv a pequeñas aldeas agrícolas en la llanura de Sharón y Galilea. Éste pudo haber sido el principio de un plan para deportar a los judíos de las villas de la región de Jerusalén como medida de guerra emergente, y el decreto despertó una gran preocupación acerca del futuro del asentamiento judío en el país. Cuando la orden de deportación fue conocida por la organización Nili (un sistema de espionaje judío que trabajó para los británicos durante la Primera Guerra Mundial), sus miembros publicaron el plan en la prensa mundial. El judaísmo americano cayó en shock y las naciones que luchaban contra Turquía lanzaron informes sobre las intenciones turcas de exterminar a los judíos en Palestina, como habían hecho ya a los armenios. La opinión pública en los países neutrales, así como de Alemania y el imperio austrohúngaro se sintió profundamente ofendida y forzaron a Jamal Pasha a reconsiderar su plan de acción. Él prometió el alimento y la ayuda médica a los refugiados de Tel Aviv y canceló los otros planes de la deportación.

Mordechai Ben-Hillel Hacohen fue una de las fuentes más confiables y más observadoras sobre la historia de los judíos en Palestina durante la guerra. En su diario, La Guerra de las Naciones, describe con gran detalle, en decenas de páginas, la orden de expulsión de Jamal Pasha, la reacción de los judíos, la deportación en sí y lo que Hacohen llama “el exilio” así como los esfuerzos que fueron, al fin de cuentas exitosos para ablandar el decreto.


El 30 de marzo de 1917, Mordechai Ben-Hillel Hacohen escribió en su diario: ” El ruido de los carros sobre el pavimento fue oído durante la noche en Tel Aviv… y el alboroto de aviones volando, el sonido de la campana del exilio…; la orden original de Jamal Pasha pedía la evacuación inmediata de los residentes judíos de Tel Aviv sobre terrenos de desarrollos conectados con la en contra de las fuerzas Británicas y que temían batallas inminentes en el área., En abril de 1917 hubo en realidad dos asaltos del ejército británico basado en Egipto en dirección a Palestina (la primera y segunda batallas de Gaza) que terminaron en desastrosas derrotas británicas. Hacohen describe una petición presentada a Jamal Pasha, pidiendo la cancelación de la orden de deportación en los siguientes términos: En primer lugar, porque habría discriminación entre nosotros y los alemanes, los austriacos y los búlgaros, a quienes se les ha concedido el permiso para permanecer en el país bajo su propia responsabilidad, así debería también permitírsenos a nosotros (los inmigrantes judíos del origen ruso). En segundo lugar, debería de concederse un período de por lo menos dos semanas para organizar el éxodo.

En tercer lugar, que a los pobres se les permitiera también permanecer en Galilea –alta y baja- y en las proximidades de Tiberíades y de Safed, y no desplazarse mas allá de Hama, desolada de judíos, y a donde el largo viaje, de muchos días y semanas, cobraría una “cuota de muerte”, y su suerte sería como la de los armenios exiliados de quienes decenas de miles fallecieron durante el viaje. En cuarto lugar, que a guardias nuestros, personas que hayan completado su servicio militar, se les permita permanecer en nuestros vecindarios para proteger nuestras viviendas y propiedades.

Hacohen agrega un comentario que es significativo para nuestro contexto:

“Propuse que escribiéramos explícitamente en la petición el argumento de que nuestros pobres no fueran forzados a ir a Hama pues perecerían como los armenios. Agrego valor al hecho de que el gobierno turco ha estado manchado a los ojos del país entero por sus crímenes en contra de los armenios y quizás el gobierno debería reconsiderar su idea de hacer lo mismo con los judíos pero nuestros políticos aconsejaron no escribir esto, pues levantaría su ira en contra de los peticionarios”.

Hacohen dice que Jamal Pasha rechazó completamente la petición y todas sus cláusulas. “El no tiene el poder ni la autoridad para cambiar la orden”. La petición se le envió solo para retrasar un poco la ejecución de las deportaciones.

Los comentarios de Hacohen contienen mas que un rastro de criticismo hacia los políticos que no se atreven a actuar y expresa palabras poco amables hacia la corrupta Turquía: “Sus actos de violencia y robos no terminan e inventan cargos difamatorios y de libelo, chupando la última gota de nuestra sangre y todo el mundo puede ver que nuestra situación en Eretz Israel no tiene mas solución que la de otro gobernante, quienquiera que éste sea”.

En el diario de Aaron Aaronsohn, encontramos el 9 de Mayo, “Reuters [la agencia noticiosa] relata, palabra por palabra esta tarde, mi memorando La Evacuación de Tel Aviv“. El comunicado de prensa señalaba que el primero de Abril se había dado una orden para deportar a todos los judíos de Tel Aviv, incluyendo los ciudadanos de las Potencias Centrales dentro de las siguientes cuarenta y ocho. Una semana antes, 300 judíos fueron expulsados de Jerusalén. Jamal Pasha declare que su destino sería el mismo que el de los armenios. A los ocho mil deportados de Tel Aviv no se les permitió llevar consigo ninguna provisión y después de la expulsión, sus casas fueron saqueadas por criminales beduinos. Dos judíos yemenitas que intentaron oponerse al saqueo colgados a la entrada de Tel Aviv, a fin de que todos los pudieran ver y otros judíos fueron encontrados muertos en las dunas de los alrededores de la ciudad, aunque mas tarde se comprobó que algunos de estos informes eran incorrectos. De cualquier manera, es necesario resaltar que la tendencia de Aaronsohn era dramatizar la situación, mas no falsificar la noticia,

Su diario de este período esta repleto de miedo y preocupación por los judíos en Palestina y contiene reportes parciales y fragmentos. Por ejemplo, el reporte de los dos judíos colgados que no era del todo real aparece primero en su diario. En retrospectiva podemos ver que el reporte distribuido por Reuters, encendió la furia de Jamal Pasha así como su reacción posterior, cumpliendo así su cometido.

Por el diario de Aaronsohn sabemos que intentó alertar a los judíos en Rusia, los refugiados palestinos en Egipto y la comunidad judía tanto de Estados Unidos como de Inglaterra. Con la ayuda de Sir Mark Sykes, Aaronsohn envió telegramas a varios judíos prominentes en los Estados Unidos, a su hermano Alexander, quien se encontraba por allá en ese omento, al Profesor Felix Frankfurter, al juez Meyer Sulzberger y a Louis D. Brandeis de la Suprema Corte de los Estados Unidos. Aaronsohn creía que la información podía ser útil para organizar una campaña para crear brigadas judías en los Estados Unidos, que pelearan contra los turcos en Palestina. Esta posibilidad se menciona en los telegramas de varias maneras: “ningún rastro o alma prevalecerán”, y entonces ya no habrá excusas para que los judíos se abstengan de pelear una Guerra en contra de los turcos.

Chaim Weizmann también hizo amplio uso de la información enviada por Aaronsohn a través de Sykes. Weizmann pasó la carta a las figures judías y sionistas: Chlenov, Sokolow, el Barón Rothschild, Jacobus H. Kann en la Haya, y De Haas y la oficina sionista en Copenhague.

Jamal Pasha declaraba abiertamente que la alegría de los judíos por la llegada de las tropas británicas les duraría muy poco pues les haría compartir su suerte con la de los armenios… Jamal Pasha no tuvo escrúpulos para ordenar matanzas a sangre fría. Su método era llevar a la población a la muerte por hambre y sed así como por enfermedades epidémicas, que de acuerdo con él eran simplemente calamidades enviadas por D-os. Aquellos que conocen estos métodos no se sorprendían de los severos castigos que infligía si después de un corto tiempo no se había cumplimentado alguna de sus ordenes, o por lo menos, si no eran aprobadas. Esto se hacía de acuerdo con su política establecida de excitar a una parte de la población en contra de la otra y de exterminar a todos aquellos que no fueran tunarianos.

Es difícil determinar con certeza que factores ocasionaron que Jamal Pasha modificara su actitud hacia los judíos en 1917, y el por qué el sufrimiento y la destrucción fueron relativamente moderados, [comparado con lo que pudo haber sido].

Hacohen añade al respecto: “Bien, las paredes tienen oídos, y el miedo a la opinión pública en Europa y América es aún muy fuerte dentro de los círculos del gobierno en Turquía. “Nuestras lágrimas son mayores que una cascada de agua”. También indica: “No hay duda que todo lo de la expulsión de Jaffa y las villas de los alrededores de Jerusalén han causado tremendo daño a los judíos y a sus asentamientos”.

Existen variadas opiniones entre los historiadores acerca del peso de las partes, particularmente los Estados Unidos y Alemania –quienes ayudaron a judíos en Palestina durante este período. En contraste, algunos historiadores enfatizan la influencia de la opinion pública judía en el mundo, dado que Jamal Pasha –quien creía que los judíos tenían una gran fuerza política internacionalmente- temía a su presunto poder.

Nadav Shragai:

En una sección en las faldas de el cementerio de Yavne’el yacen dispersas, docenas de lápidas de basalto, sin nombres. Solo una está grabada con unas cuantas líneas legibles, que hacen referencia a una terrible historia que casi desaparece en el olvido: “En memoria de mis queridos padres, Yaakov y Creina Klein (Keter) de 35 y 38 años de edad y mi Yehoshua Yona (z’l) de cinco años, dentro de los deportados de Tel Aviv a Jaffa en la Primera Guerra Mundial (1917), quienes fueron enterrados en esta sección, pero de quienes se desconoce el lugar exacto de su entierro.”

El año de 1917 fue difícil para los judíos en el pre-Estado de Israel. El ejército Británico, empujando hacia el norte desde Egipto, había conquistado la parte sur de la Tierra de Israel, y los turcos estaban emprendiendo fieras batallas a la retaguardia. Los turcos temían que los judíos ayudaran a los británicos a conquistar también la parte norte. El 28 de Marzo de 1917, el gobernador militar otomano, Jamal Pasha ordenó la expulsión de los residentes judíos residentes entre Tel Aviv y Jaffa. La víspera de Peisaj, 6 de Abril de 1917, la primera ciudad Hebrea fue desalojada. Entre los miles de expulsados estaba el escritor Yosef Haim Brenner, quien se inspiró en esos días para escribir la historia corta Hamotza (El Camino de Salida).

El Dr. Gur Alroey, quien encabeza el Departamento de Estudios sobre la Tierra de Israel en la Universidad de Haifa, dice que no hubo nada heroico durante aquella expulsión. “Es algo casi imposible de entender hoy en día”. “Miles simplemente se levantaron y se fueron, sin resistirse y es quizás por eso que a nadie le gusta recordar dicha expulsión”.

Se dispersaron por Tiberíades, Safed, Kfar Sava, Petah Tikva, Zichron Yaakov y Jerusalén. Alrededor de 2,500 de ellos, principalmente los pobres, se fueron tan lejos com el moshavim del norte o a pequeñas comunidades agrícolas. Tuvieron que sobreponerse al clima, al hambre, la pobreza y al tifo. Sobrevivieron los primeros meses, pero en el invierno de 1917-1918, cientos murieron por enfermedad y hambre. La mayoría de los muertos fueron enterrados precipitadamente, en tumbas anónimas alrededor del país.

Nota del Editor:

La expulsión de Tel Aviv se ordenó el 30 de marzo de 1917, la expulsión de los judíos de España fue decretada por los reyes católicos el 30 o (31) de Marzo de 1492. ¿Simple casualidad?. Envíanos tu opinión.

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