Esta semana se cumplen 365 días de participar como colaboradora en uno de los diarios más importantes dentro de la red judía mexicana: Diario Judío, hoy en día una de las plataformas más relevantes de opinión.
He tenido el orgullo de compartir esta red con expertos en diferentes temas, licenciados, profesores, doctores y personas en el medio que han llevado sus carreras hasta la cúspide, poniendo el nombre de la comunidad muy en alto. Al ser una de las colaboradoras más jóvenes no siento nada más que orgullo y humildad pensando en todo lo que me falta por aprender y mejorar para algún día forjar mi propio nombre y enaltecer el nombre de la comunidad.
Han sido quince artículos, dos entrevistas y una traducción, de los cuales estoy segura que llegaron a tierra firme a los pensamientos de varios jóvenes de la comunidad. Sé que me queda un gran camino por delante: desde mis faltas de ortografía momentáneas, mi redacción, hasta generar un mayor impacto y difusión del mensaje, sin embargo para eso hay que seguir trabajando y compartiendo, intensamente.
Por último quiero agradecer enormemente a la familia de Diario Judío, que me ha leído, compartido y comentado, que me ha retado y me ha cuestionado y que me ha hecho dudar de mi misma varias veces, pero sobre todo me ha hecho mejor persona: más fuerte y más capaz. A Ilana Leff por recomendarme y abrirme las puertas de esta increíble experiencia, a Isaac Ajzen por darme la oportunidad y por guiarme y a todos los editores que paso a paso me han empujado a mejorar y que me han enseñado el valor de la puntualidad y de la firmeza en la opinión.
Y por supuesto, a ti lector… ese joven que está construyendo su camino hacia el éxito, ese joven que representara (o ya lo hace) a la comunidad de una u otra forma, ese joven que como yo: quiere un México diferente.
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