Los activistas del BDS intentaron convencer, por intimidación y vandalismo, a 13 chefs extranjeros que fueron invitados a Israel para participar en un festival culinario de que cancelaran su viaje. “Los cocineros no cedieron ante las amenazas y se dieron cuenta de que era un proyecto cultural y no político.”
Activistas del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS, por sus siglas en inglés) se dirigieron a 13 chefs de renombre internacional que participaron recientemente en un festival culinario israelí en Tel Aviv, apelando a ellos para que boicoteen el evento.
La organización también exigió que la compañía italiana de agua que patrocinó el evento retirara su nombre y financiación. Los activistas dijeron a la compañía que no debe patrocinar lo que describieron como “actos violentos de los colonos contra las familias palestinas que intentan recolectar aceite de oliva”.
Los organizadores del festival también denunciaron que los chefs fueron sometidos a agresivas publicaciones en Twitter y Facebook. Los activistas también realizaron manifestaciones fuera de restaurantes en Francia, España y Nueva York, que también incluyeron vandalismo y grafitis en las ventanas de los restaurantes.
A pesar de las amenazas, los chefs ignoraron los llamamientos al boicot y llegaron a Israel, lo que provocó una segunda ronda de ataques y vandalismo. En Portugal, los activistas del BDS pintaron la entrada de uno de los restaurantes del chef y colgaron carteles que decían “Palestina Libre”.
A los terroristas del BDS, pues por ahora solo actúan como simples activistas, solo les faltó haber instalado bombas para intimidar a los Chefs. Su accionar terrorista es de una sutileza que logra confundir a los esclavos de lo políticamente correcto.