Estudiantes latinos y judíos se conectan a través de la música

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Por primera vez en sus vidas, cientos de niños latinos de tercero, cuarto y quinto grado de varias escuelas públicas de Los Ángeles asistieron al concierto de una sinfónica. Pero además a través de la música cruzaron puentes con la cultura judía.

Es una oportunidad de escuchar música, convivir con una cultura que es diferente a la nuestra y mirar lo que tenemos en común que nos puede unir en estos tiempos”, dice el profesor Bernie Contreras de la escuela Vaughn Next Century Learning Center quien acompañó a su grupo de quinto grado al concierto que ofreció la Filarmónica Judía de Los Ángeles (Los Angeles Jewish Symphony).

Cientos de niños latinos pudieron bailar, cantar y tocar instrumentos durante el Concierto de la Sinfónica de Los Ángeles. (Araceli Martínez/La Opinión).

Es el tercer año que este maestro lleva a grupos de niños al concierto anual de la Sinfónica Judía de Los Ángeles (LAJS) .


Agrega que esta oportunidad es muy importante porque en las escuelas públicas ya no se imparten clases de música.

La Filarmónica Judía de Los Ángeles ofrece dos conciertos al año dedicados a los estudiantes de las escuelas  públicas de Los Ángeles, la mayoría de los asistentes son niños hispanos.

El cantor argentino Marcelo Gindlin fue parte del grupo de 25 músicos de la Sinfónica Judía de Los Ángeles que ofreció un concierto a 1,300 niños de escuelas públicas de Los Ángeles. (foto suministrada).

El concierto de este año se celebró en dos sinagogas del Valle de San Fernando. Una de ellas fue en la escuela y sinagoga Valley Beth Shalom. Alrededor de 1,100 niños asistieron a los dos conciertos. Con el apoyo de una beca, presentan un programa innovador y único de educación: Mezcla de culturas: La conexión sefardí-latina

Marcelo Gindlin, un latino-judío, inmigrante argentino, cantor invitado de la Sinfónica Judía de Los Ángeles pudo interpretar canciones latinas como el Cielito Lindo.

“Me da gusto ver como los niños de muchas escuelas con diferentes religiones y fes se unen a través de un concierto que para muchos es su primera vez”, comenta.

Gindlin cuenta que antes de aprender a cantar plegarias judías, conoció canciones latinas ya que su padre era cantante de ópera, y su canción preferida era “Granada”.

Niños latinos de diferentes religiones tuvieron la oportunidad de conocer los diferentes instrumentos musicales que conforman la Sinfónica Judía de Los Ángeles. (Araceli Martínez/La Opinión).

El concierto que dura una hora, es toda una experiencia vivencial. “Yo los hago participar”, dice. Y es realidad, ya que los estudiantes cantan y bailan. La mitad del repertorio son canciones en inglés; y las otra, en español.

“Hay cosas que son de los judíos que vivían en España y hablaban ladino (la lengua judeoespañol que hablaban los sefardíes, descendientes de judíos en España) que tiene influencias del portugués y el hebreo mezcladas con español”, señala.

Antes de que comenzara el concierto, los menores tuvieron la oportunidad de conocer y tocar algunos de los instrumentos que forman parte de la Sinfónica Judía de Los Ángeles compuesta por 25 integrantes.

La directora de la Sinfónica Judía de Los Ángeles, Nora Green dirige a la niña cantante Edén Kontensz. (Foto suministrada)

Noreen Green, la fundadora y directora de la orquesta sinfónica, dice que el concierto es un puente natural que usa la música sefardí para conectar la comunidad latina y judía.

“Desarrollé este programa para mostrar que somos más parecidos que diferentes porque no queremos estar aislados, y la mejor forma de unirnos es la música”, dice Noreen.

Criada en la ciudad de Sherman Oaks, platica que sus hijos fueron a escuelas judías, pero siempre los llevaba a los parques para que vieran que ellos son parte de una comunidad mucho más grande.

“A la edad del tercero, cuarto y quinto grado no tienen ideas preconcebidas. Se impresionan fácilmente y son muy abiertos”, comenta.

Es toda una aventura para muchos niños latinos asistir a un concierto en vivo. (Araceli Martínez/La Opinión).

Considera que los estudiantes se quedan con un gran recuerdo después de asistir a un concierto a escuchar música judía en una sinagoga. “Los prejuicios se limitan si compartimos nuestra cultura”, opina.

La LAJS fue fundada en 1994 por la doctora Green, y durante 18 años ha ofrecido programas de educación musical a más de 13,000 estudiantes.

Noreen considera que cuando los estudiantes salen de escuchar un concierto en vivo, se producen cambios en sus vidas.

“Muchos regresan a casa, diciéndoles a sus padres que quieren aprender a tocar un instrumento”.

Y añade que el concierto es una oportunidad para compartir mutuamente las culturas a través de la música. Pero también para “combatir los prejuicios, el antisemitismo y el discurso antiinmigrante”.

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