Los 11.000 judíos de la autodenominada República Popular de Donetsk, una amplia franja del Este industrial de Ucrania controlada por separatistas pro rusos, continúan su vida normal, pero están muy atentos a eventuales brotes de antisemitismo que puedan desatarse en medio de la guerra civil, según un informe del diario israelí The Jerusalem Post.
Desde el derrocamiento del presidente Viktor Yanukovich a principios de año, su par ruso, Vladimir Putin, ha afirmado en repetidas ocasiones su derecho a intervenir en los asuntos de su vecino occidental a fin de proteger a los rusoparlantes, los judíos y otras minorías étnicas; sin embargo, la comunidad ucraniana no se involucra en el conflicto y teme que ambas partes utilicen acusaciones de antisemitismo para desacreditar a la otra.
Por lo pronto, sus líderes en Kiev, Kharkov, Odessa y Donetsk han descartado cualquier aumento del antisemitismo.
Puntualmente en esta última, unos 60 hombres asisten a tres servicios religiosos matinales, y las clases de Torá continúan por las noches, si bien cada vez va menos gente a la sinagoga (foto) y el centro comunitario a esa hora debido a dificultades con el transporte público.
En tanto, cientos de personas siguen participando en las clases y actividades, y entre 25 y 30 familias con niños pequeños asistirán a un Shabat comunitario.
La escuela estuvo cerrada los últimos días, pero reabrió ayer, jueves, con solo 30 de sus 150 alumnos.
Además hay unas 500 familias que reciben ayuda alimentaria, un número que aumentaría con un agravamiento del conflicto armado.
Todas las instituciones comunitarias están protegidas por guardias uniformados y con chaleco antibalas, pero desarmados.
Según los lugareños, si bien los judíos tienen diversas inclinaciones políticas, hasta ahora ninguno se ha unido a los separatistas.
#SaveDonbasspeoplefromtheUkrainianArmy
#SaveDonbasspeople