Rusia se mostró hoy contraria a la adopción de sanciones internacionales contra Siria ante la represión violenta de la oposición por parte de las fuerzas de seguridad del régimen de Bashar Al Assad.
“No estamos categóricamente en contra de todo, estamos categóricamente en contra de aquello que no contribuye al arreglo pacífico”, afirmó Serguéi Vershinin, jefe del departamento de Oriente Medio y el Norte de África de la Cancillería rusa.
El diplomático ruso subrayó que “las sanciones y la presión (…) son instrumentos realmente malos para lograr lo que queremos: que haya menos derramamiento de sangre y más democracia”.
Vershinin destacó que el Consejo de Seguridad de la ONU mantiene en estos momentos consultas en Nueva York sobre los enfrentamientos del fin de semana en Siria, que dejaron, según algunas fuentes, al menos 120 muertos.
“Lo importante es para qué se hacen (las consultas). Si se hacen para normalizar la situación, es una cosa; pero si se hacen, al contrario, para que las cosas vayan a peor, hablando todo el tiempo de sanciones, pues no darán ningún resultado”, apuntó.
El funcionario destacó que Rusia cuenta en el seno del Consejo de Seguridad con partidarios, como China, India y Sudáfrica, que están de acuerdo en no permitir la adopción de medidas que empeoren la situación en el país árabe.
“La experiencia libia también debe tenerse en cuenta, ya que la adopción de resoluciones que después se interpretan arbitrariamente, como demuestra la situación en Libia, no llevan al arreglo sino a una situación muy grave sobre el terreno. Hay que huir de esto”, indicó.
Por su parte, el representante especial del Kremlin para la región, Mijaíl Marguélov, aseguró que la propuesta de Francia de aprobar en el caso sirio una resolución similar a la 1973 contra Libia conducirá a una guerra.
“Está claro que el cierre del espacio aéreo de Siria llevará a una guerra de gran magnitud”, dijo a la agencia Interfax.
Marguélov negó que la oposición siria sea “completamente laica”, aunque ésta se proclame abanderada de la democracia, y subrayó que mantiene vínculos con grupos radicales como los Hermanos Musulmanes.
En su opinión, el conflicto en Siria es, en realidad, una confrontación civil entre los alauíes afines al régimen sirio y los suníes, que conforman la mayoría de la población.
Marguélov no cree que Assad haya agotado todas las posibilidades de hacer frente a las demandas de la población de mayor democracia y libertad y, así, evitar nuevas confrontaciones violentas.
Al respecto, recordó que el Gobierno sirio acaba de aprobar sendas leyes sobre la celebración de elecciones generales y la creación de un sistema político pluripartidista.
Rusia ha condenado tanto a las fuerzas de seguridad sirias como a la oposición por la violencia que se agravó el fin de semana en el país árabe. “El uso de la fuerza tanto contra civiles como contra representantes de las estructurales estatales es inaceptable y debe cesar”, informó la Cancillería.
El propio presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha llamado a Assad a introducir reformas políticas democráticas, pero se ha opuesto a la imposición de sanciones internacionales por parte de la ONU como las adoptadas contra el régimen del dictador libio, Muammar Gaddafi.
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