“Latinoamérica tiene grandes desafíos, especialmente ahora en tiempos de COVID-19, pero también tiene la posibilidad de cooperación entre las organizaciones religiosas, sostenida en la convivencia que se da entre los credos en la región”, así se refirió Claudio Epelman, director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano al momento de dar la bienvenida a los participantes del Foro Interreligioso del G20 en el que fue moderador. Producto de la restricciones sociales a causa de la crisis sanitaria, el proceso de elaboración de recomendaciones para el G20, se realizó vía teleconferencia.
El Cardenal Pedro Barreto, Arzobispo de Huancayo y vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica, destacó durante su intervención la necesidad de cambios contundentes para enfrentar esta crisis: “Como dice el Papa Francisco, este sistema ha fracasado. El crecimiento de la pobreza nos hace tomar conciencia de que este sistema económico mata. Por tanto tenemos que buscar un nuevo modelo de desarrollo alternativo al actual”. El Cardenal también hizo énfasis en la necesidad de poner en un lugar central el cambio climático: “Si hay algo que nos está enseñando esta época es a cuidar la vida de las personas, pero también la de nuestra casa común. El cambio climático está avanzando en forma considerable. Si queremos luchar contra el COVID-19 también tenemos que luchar contra esta pandemia del cambio climático. Todo esto que he dicho se condensa en la Amazonia. El Papa Francisco convocó a los obispos amazónicos a Roma, por esto decimos también ya no más a una Amazonia maltratada”.
“Latinoamérica es una región con inmensos desafíos sociales y económicos, en donde las Comunidades de Fe juegan un rol fundamental a favor de la convivencia, el diálogo y la igualdad social. Trasladar esa valiosa y rica experiencia al G-20 es vital y urgente” destacó en su turno Rebeca Grynspan, oradora principal, Secretaria General de la Secretaría General Iberoamericana. “Se proyectan 45 millones de personas que caerán en la pobreza debido a la pandemia en esta región. Uno de los aportes más importantes de este foro es en temas de desigualdades y DDHH. Necesitamos salir juntos de esta crisis, para esto hará falta que todas las instituciones de la sociedad combinen sus fuerzas”, agregó Grynspan.
El Embajador Álvaro Albacete, Secretario General Adjunto del Centro Internacional Rey Abdullah para el Diálogo Interreligioso e Intercultural (KAICIID), un socio clave de esta iniciativa, señaló que “la crisis de COVID-19 está reorientando las agendas globales. Éste es un momento para el diálogo y para que podamos aliviar el sufrimiento causado por la pandemia, pero también para que hagamos frente a las desigualdades sistémicas que ha expuesto.
En el evento que tuvo como objetivo abrir el proceso preparatorio latinoamericano del Foro Interreligioso del G20 de este año, participaron además del CJL, autoridades del Consejo Iberoamericano de Libertad Religiosa y Religiones por la Paz, entre otras organizaciones que buscan fomentar el diálogo entre las distintas comunidades y credos.
Participaron también el dirigente islámico de Argentina Omar Abboud; el rabino de la Congregación Israelita Paulista Michel Shlesinger; el presidente de la Alianza Evangélica Latina, Ruben Proietti, la ex funcionaria del Banco Mundial Katherine Marshal y el presidente de DAIA, Jorge Knoblovits
Epelman culminó el encuentro destacando la buena convivencia que prima en Latinoamérica entre los distintos credos y señaló que es fruto del trabajo que cada uno viene haciendo desde su lugar. “Esperamos rescatar muchas ideas enriquecedoras para llevar a los Estados del grupo de los veinte”, cerró.
En los últimos años, el Foro Interreligioso acompañó a las cumbres anuales del G20, reuniendo las perspectivas, prioridades y propuestas de las comunidades religiosas y las organizaciones religiosas con el fin de plantear cuestiones de su interés a la agenda mundial.
Rebeca Grynspan, Secretaria General de la Secretaría General Iberoamericana, fue la oradora principal del foro.
El Congreso Judío Latinoamericano es organización regional que reúne y representa a las comunidades de la región actuando como su brazo diplomático. Es la rama del Congreso Judío mundial, que integran las comunidades de más de 100 países.
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