Un boicot completo a Israel por parte de la Unión Europea haría que el país pierda unos 88 mil millones de shekels (23.300 millones dólares) de las exportaciones, quitando 40.400 millones de shekels del producto interno bruto y costará unos 36.500 puestos de trabajo, informó el Ministerio de Finanzas.
Un boicot completo de Israel es el más grave de cuatro escenarios posibles que figuran en el informe, encargado hace dos años por el entonces ministro de Finanzas, Yair Lapid. Pero incluso un boicot más limitado podría tener profundos efectos en la economía, advirtió el Ministerio.
El informe, que sólo tuvo en cuenta el daño directo del boicot, fue encargado en el contexto de la preocupación de que las relaciones de Israel con Europa y el mundo occidental están en riesgo de un punto de inflexión para peor.
Israel fue visto como un aliado en la llamada guerra contra el terrorismo después del 9/11, pero más recientemente “ha habido daños a la posición de Israel, sobre todo en los círculos liberales. Hoy en día, el tema de un boicot está siendo adelantado por organizaciones no gubernamentales y promovido por personas que disfrutan de altos perfiles públicos”.
El informe compara a Israel a Sudáfrica, que sufrió un boicot mundial en la década de 1980 contra el régimen del apartheid en el país. No predice cómo o cuándo podría suceder, pero sugirió que una ruptura de las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos podría ser el puntapié, sobre todo si la responsabilidad por el fracaso es colocada en Israel.
En el menos grave de los cuatro escenarios que prevé, el informe del Tesoro dijo que la UE llevaría un boicot voluntario de los asentamientos en Cisjordania – de hecho, es una política que más o menos se ha adoptado desde que el informe fue comisionado.
En ese escenario, la pérdida de las exportaciones israelíes alcanzaría a mil millones de shekels al año, y
una pérdida de 480 millones de shekels del PIB, con 435 puestos de trabajo perdidos en los asentamientos.
La UE ya ha prohibido efectivamente las exportaciones de productos de origen animal procedentes de Cisjordania y los Altos del Golán, y no extiende el acuerdo de libre comercio de Israel a los asentamientos. Esto amenaza con obligar a las compañías de los asentamientos a etiquetar sus productos, lo que hace más fácil para los consumidores boicotearlos.
Las exportaciones israelíes de bienes y servicios a Europa alcanzaron 83 mil millones de shekels en 2012, año en el informe fue encargado, por lo que es el mercado único más grande de Israel. Pero sólo 2 millones de shekels, o el 2,5% de las exportaciones, se originan en los asentamientos.
El informe plantea que un escenario más grave podría venir en forma de sanciones formales contra las exportaciones de los asentamientos, lo que casi con toda seguridad perjudicará las exportaciones de las empresas hacia dentro de las fronteras anteriores a 1967.
Un cuarto escenario contempla la posibilidad de que la UE rescinda su acuerdo de asociación con Israel de 1995, que es la base para el acuerdo de libre comercio.
En términos más generales, el informe advirtió que el deterioro de las relaciones comerciales con la UE podría dar lugar a un menor crecimiento económico y un menor nivel de vida para los israelíes como para la apertura de la economía del país, obligando al comercio a ser más cerrado.
La inversión extranjera probablemente disminuirá junto con las exportaciones, empujando a Israel en un déficit de cuenta corriente.
En respuesta, el informe sugiere el gobierno podría tratar de volver a una política de tipo de cambio fijo para el shekel, utilizando las reservas internacionales del Banco Central de Israel para defender la moneda.
El informe advirtió que un boicot conduciría a un aumento de la deuda pública y privada, mientras que al mismo tiempo, hará más difícil para Israel recaudar fondos en el extranjero.
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