Un jurado federal concedió 1,1 millones de dólares por daños y perjuicios a una mujer de Ohio que denunció hace seis años que fue despedida por ser judía observante.
Según la demanda que presentó en 2017, Kimberly Edelstein trabajaba como magistrada en el condado de Butler, Ohio, cuando pidió a su superior, un juez, ocho días libres por las Altas Fiestas de otoño.
Madre mía, ¡son ocho días! Según la denuncia, el juez Greg Stephens le gritó. Alega que el juez y dos fiscales que figuran en la causa la han calumniado ante otros empleadores, lo que le ha imposibilitado encontrar un nuevo trabajo tras ser despedida cuatro días después.
Su caso contra el sistema judicial, donde había trabajado anteriormente, siguió dando vueltas durante años. Un juez falló en contra del recurso de Edelstein y desestimó sus demandas contra un fiscal.
No obstante, dictaminó que había pruebas suficientes para seguir adelante con su demanda por discriminación religiosa contra Stephens, con la posibilidad de que la desestimación del juez estuviera motivada “al menos en parte” por el deseo de Edelstein de observar las fiestas judías.
El 23 de enero comenzó el juicio de la juez Stephens, y un rabino fue llamado al estrado. Tras deliberar durante menos de 24 horas, el jurado anunció su decisión a última hora del viernes.
Me gusta que la exmagistrata haya ganado la demanda por dicriminación por ser judía. Aplausos.