Paul Ehrlich, quien curó la sífilis y fue padre de los campos de quimioterapia y hematología, murió en Alemania en esta fecha en 1915. Su primer logro importante, mientras se recuperaba de la tuberculosis en Egipto, fue el desarrollo de un suero de difteria, para lo cual su amigo y compañero -investigador, Emil Adolf von Behring, recibió el primer Premio Nobel de Medicina en 1901.
Ehrlich luego desarrolló su “teoría de la cadena lateral”, explicando la respuesta inmune de las células vivas en términos de estructuras químicas. En 1906 desarrolló un compuesto químico eficaz contra la enfermedad del sueño, y en 1909 él y su alumno Sahachiro Hata desarrollaron Salvarsan, una “bala mágica” contra la sífilis, que había sido un azote durante siglos. (De hecho, la sífilis está aumentando nuevamente en el mundo en desarrollo, con millones de casos nuevos anualmente, a menudo junto con la infección por VIH).
La investigación de Ehrlich fue controvertida debido a las fuerzas sociales conservadoras que consideraban las enfermedades de transmisión sexual como un castigo por el pecado. Sin embargo, Salvarsan se convirtió en la medicina más recetada en el mundo y permaneció en uso hasta que se descubrió la penicilina en la década de 1940. Ehrlich recibió el Premio Nobel en 1908.
“Quizás más que cualquier otra enfermedad anterior o posterior, la sífilis en la Europa moderna temprana provocó el tipo de pánico moral generalizado que revivió el SIDA cuando golpeó a Estados Unidos en la década de 1980”. -Peter Lewis Allen
Ehrlich, fue un hombre extraordinario. A los 8 años se propuso crear balas mágicas para “matar a los bichos malos” que afectaban a la humanidad. Después de 606 inventos logró su sueño de infancia. Grande, grande. Lulú