El 22 de julio de 1946 el Irgún Tzvai Leumí efectuó un ataque al ala sur del Hotel Rey David de Jerusalem, que albergaba a las instituciones centrales del Mandato Británico en Eretz Israel (la Tierra de Israel): las sedes del Gobierno Civil, de la Comandancia Militar y de la División de Investigación Criminal del gobierno mandatario, por lo que soldados, policías y detectives mostraban una estrecha y constante vigilancia en el edificio, en el que se habían construido nidos de ametralladoras en numerosos puntos de su estructura.
El 29 de junio de 1946, los británicos ocuparon las oficinas de la Agencia Judía, secuestrando importantes documentos secretos, que incluían información sobre operaciones de la Agencia, actividades de inteligencia en países árabes y el listado de varios nombres de miembros del Haganá. Toda esa documentación la trasladaron al Hotel Rey David. Casi al mismo tiempo, detuvieron a más de 2.500 judíos de toda Eretz Israel (el llamado Sábado Negro).
Estas fueron las razones que incentivaron al mando de Tnuat Hameri a aprobar un plan cuyo objetivo principal era destruir aquellos documentos reveladores.
Tnuat Hameri era el movimiento común conformado en forma conjunta por de la Haganá, el Irgún y el Lehi que, luego de la Segunda Guerra Mundial, tuvo como objetivo la expulsión del régimen británico de Eretz Israel y lograr la independencia judía en dicho territorio.
El Irgún presentó a la dirección de Tnuat Hameri presentó un plan de ataque a la sede gubernamental británica en el Hotel Rey David, el que no lo aceptó, pero tampoco lo descartó, sosteniendo que no era el momento adecuado, ante lo cual el mando del Irgún decidió llevarlo a cabo.
El plan indicaba que integrantes del Irgún entrarían con explosivos en botellas de leche que llevarían colgados un cartel que diría: “Minas, no tocar”. Luego, para alejar a los transeúntes del edificio, lanzarían un pequeño petardo inofensivo y ruidoso, y finalmente darían avisos telefónicos a tres oficinas elegidas previamente, advirtiendo a las autoridades que desalojen el edificio. Esta operación fue llamada MalonChik ya que fue la clave que utilizaron.
A las 12 del medio día se inició la puesta en marcha del plan, y luego de efectuarse las llamadas telefónicas, las autoridades mandatarias no hicieron caso a las advertencias y no ordenaron desalojar el hotel, ante lo cual se realizó otra llamada al consulado de Francia ubicado en las cercanías del hotel, anunciando el ataque, lo que posteriormente fue confirmado por los funcionarios franceses, quienes también avisaron a las autoridades británicas las que habrían respondido que no desalojarían el hotel debido a que ‘no aceptaban ordenes de los judíos’.
Si bien los británicos nunca aceptaron haber recibido las diversas advertencias, diversos testigos han confirmado la negativa británica de tomarlos en cuenta.
A las 12:37 hs., se produjeron las explosiones de las minas colocadas en el interior del hotel, las que causaron 91 víctimas fatales (28 británicos, 41 árabes, 17 judíos y otros 5 de diferentes nacionalidades) y 45 heridos.
Menájem Beguín relata muy bien ese trabajo del IRGÚN en LA REBELIÓN, un libro bastante clarificador de la historia de ISRAEL a partir de esa etapa de violencia y declaración de independencia,