Agentes de seguridad, 6ta. Parte

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Pasadas unas semanas la cámara toma el exterior de la escuela, y en una puerta están Gabriel y Roberto, (Olga viene  caminando hacia ellos)

Roberto: Esta ni se quita las gafas  aun cuando esta nublado.

Gabriel: A lo mejor oculta algo


Roberto: ¿Pero qué? Si tiene una cara linda.

Olga: Perdón que los moleste, pero no quiero estar en la misma puerta que Roy.

Roberto: ¿Por algo en especial?
Olga: No lo tolero

Gabriel: (Preguntándole a Roberto) Se puede quedar conmigo, ¿o hay problema?

Roberto: No, no se puede quedar contigo, porque aquí no es cuestión de quien te cae bien, sino de seguir una disciplina laboral. Lo siento, en este momento no se pueden hacer cambios, regresa a tu puerta y no quiero saber de pleitos.

Olga se va y llega a la puerta de atrás donde esta Roy

Roy: ¿Y ahora qué?  Si vienes a limpiarme el pantalón, ya lo hice yo hace días, no pretendías que esperara a que tú lo hicieras, rusita.

Olga: Peor que eso, vengo a hacer guardia contigo.

Roy: ¿Conmigo? Voy a pedir mi cambio.

Olga: Ni te molestes, yo lo pedí y no hay manera.

Los dos se miran disgustados y se dan la espalda.

Después de unos días ya de noche Roberto llega con unas bolsas del supermercado al departamento de Gabriel, toca la puerta.

Gabriel: (abriendo) Hola, que gusto que hayas venido.

Roberto: Hola, ten (entregándole las bolsas) Traje algo para que piquemos, y para que tengas unos días, además mi mamá y mi tía te mandan unas empanadas, made in argentinian style, y me piden que vayas un día a verlas, ellas viven juntas y son muy  buenas y graciosas.

Gabriel: Me muero de ganas por verlas, che, siempre tan atentas y balbustes (amas de casa (Sacando las cosas) Pero hermano, esto es un abastecimiento para todo un ejercito.

Roberto: Espero lo disfrutes. No sabes que gusto me da poder ayudarte.

Gabriel: Lo se amigó, desde niño eras así de bondadoso.

Roberto: Y que tal te va con Roy?

Gabriel: Bien, es un muchacho muy educado y callado, no se por qué pero siento que guarda algo.

Roberto: A mi me da la impresión de un joven muy delicado, con una buena educación.

Gabriel: No le gusta platicar de sus planes ni de su familia.

(En ese momento se abre la puerta y entra Roy)

Roy: Buenas noches.

Roberto y Gabriel: Buenas noches.

Gabriel: ¿Ya cenaste?
Roy: No, pero no tengo hambre, solamente voy a tomar un vaso de leche.

Roberto y Gabriel preparan la cena y Roy se va a su cuarto, tomándose la leche, ahí saca de su cartera una foto la observa y se le salen unas lágrimas. Sale del cuarto.

Roy: Voy a bajar a comprar cigarros, ¿se les ofrece algo?
Gabriel: No gracias.

Cuando Roy sale del edificio choca con Olga que viene entrando con unos paquetes en la mano

Roy: Otra vez chocando, pero ¿qué haces tú aquí?

Olga: ¿Como que qué hago aquí? ¿Tú que haces aquí?

Roy: Acá vivo,  soy el nuevo compañero de Gabriel.

Olga: Que bien, o sea que los tres agentes nuevos de seguridad de la escuela vivimos en el mismo edificio.

Roy: (Irónico) Así es, o sea que nos veremos las caras muchas veces

Olga: Espero que no sigamos tropezándonos.

Roy: Aja, porque de lo contrario acabarías ensuciando todos mis pantalones. ¿Dónde venden cigarrillos?
Olga: (Señalando con la mirada) Ahí donde se ve el anuncio de la cerveza.

Roy: Gracias. (Se separa de ella graciosamente y con cuidado para no tropezarse)

Roy se dirige a un almacén que tiene unas 3 mesas donde la gente puede sentarse a tomar algunas bebidas y llenar el loto. Una linda jovencita se le acerca a Roy.

Jovencita: Aquí tienes tu cerveza, ¿algo más?

Roy: (Dándole un billete) Ten y quédate con el cambio.

Jovencita: (Observando la buena propina que recibió)  Gracias, ¿eres nuevo acá, o eres un turista? Pero tu hebreo es perfecto. Ni siquiera aquí lo hablamos así.

Roy: Soy de Beer Sheba y vine a trabajar a la gran ciudad.

Jovencita: Por tu vestimenta más bien pareces uno de esos periodistas o fotógrafos que vienen de incógnito a filmarnos. ¿O qué,  perteneces a uno de esos barrios de gente fina?

Roy: (Dándole la mano) Mucho gusto, me llamo Roy y soy un simple ciudadano que vive en el  número 9 de esta misma calle. Soy nuevo en tu vecindario.

Jovencita: (Dándole la mano) Mucho gusto me llamo Irit y bienvenido al barrio de los “Olvidados”

Roy: ¿Por qué lo llaman así?

Irit: Porque hay mucha falta de todo, la mayoría de los niños no tienen computadoras, televisión, etcétera. Apenas comen lo indispensable. Los políticos vienen antes de las elecciones, prometen, pero no cumplen.

Roy: Yo no sabía que en esta época existiera tanta pobreza en Israel.

Irit: Mucha gente no lo sabe o no lo quiere saber. A veces pasean por aquí a los turistas y el guía les muestra esta parte como la más antigua de Tel- Aviv. Y nosotros… nosotros somos como los fantasmas de los cuentos, no tenemos cara ni identidad.

Roy: Me gustaría ayudarlos pero no se como.

Irit: Nadie sabe como. Pero dime tu ropa es muy fina, tus zapatos son de niño rico, tu reloj es de los muy caros, se nota que vienes de un barrio muy rico, ¿por qué estás aquí?

Roy: (Acercándose al oído de Irit le dice quedito) No le digas a nadie pero me los robé.

Irit: (Sorprendida y acercándose a su oído) ¿Y de dónde te lo robaste? de Beer Sheba?
Roy: A un ratero no se le piden explicaciones, mucho menos si no eres policía, métete eso en tu cabecita, aún estas muy joven para descifrar el verdadero mundo.

Irit: ¿Y vienes a robar a este barrio?,  porque de ser así, te iras con las manos vacías. O mejor dicho, repletas pero de problemas.

Roy: Esta vez vengo en plan de ayuda, como Robin Hood, le voy a robar a los ricos para que los pobres lo disfruten.

Irit: (Sonriendo y sentándose a su lado) Este juego me está gustando, ¿puedo ayudarte?

Roy: Cuando necesite ayuda no dudare en pedírtela.

Irit: ¿Y por qué escogiste este barrio?

Roy: Llegué acá por cuestiones del destino.

Irit: Y aparte de robar, ¿trabajas?
Roy: Claro, hay que disimular las apariencias.

Irit: ¿En que trabajas?
Roy: En la seguridad de una escuela.

Irit: Que descaro, no te lo puedo creer.

Roy: (Parándose)  Pues créelo, bueno, mucho gusto y estaremos en contacto.

Irit: Adiós (moviendo la cabeza y hablándose para si misma) que tipo raro, pero esta guapísimo, hasta parece un príncipe.

Roberto llega esa misma noche a su casa en Tel-Aviv estaciona su carro y sube a su departamento de clase media alta. Abre la puerta y se dirige al teléfono y escucha un recado que le dejó su esposa Helen.

Helen: Hola mi amor, te he estado buscando todo el día, espero que estés bien, traté de llamarte al celular pero para variar se te olvido abrirlo. Quiero avisarte que adelanté mi regreso  tal cual me lo pediste, llegamos mañana a Israel a las ocho de la mañana, a lo mejor cuando escuches este recado ya estaremos en el avión. Me muero de ganas de verte para abrazarte, besarte y decirte lo mucho que te extraño y te adoro, mi querido gaucho. Be Esrat Hashem  (Si Dios quiere) pronto estaremos otra vez juntos. Y no pienso volver a viajar sin vos, che.

Roberto: (Roberto apagando la grabadora y gritando) Que lindo que ya regresan, por fin se va a llenar de gritos y risas otra vez la casa. (Abriendo la puerta de su cuarto y tirándose en su cama) Y mis noches ya no van a estar tan vacías.

Fin de capítulo 6

Acerca de Esther Kershenovich

Nacida en México emigra, junto con sus hijos a Israel en 1975. Tiene en su haber la novela "Nadia", un libro de poesías denominado "Soy" y su más reciente creación, un libro de poemas y prosas titulado "Tejiendo La Vida" (2009). Ha participado en varias antologías y ha sido representante de escritores en Zaragoza, España. Pertenece a las Peñas Literarias de Raanana en Israel y además estudia teatro con directores latinoamericanos. Escribió una pelicula basada en su novela "Nadia" y actualmente esta traduciendo al hebreo su película "Agentes de Seguridad". Sus colaboraciones en "Foro" han sido por años aunque por su lejanía sus intervenciones resultan esporádicas.

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