En distintos medios del país y del exterior, en muchas oportunidades he descripto a este personaje Aníbal Fernández como violento, mal educado, barra brava de pacotilla y una boca que dispara palabras soeces e insultantes con especial destino a las mujeres (léase Lilita Carrió, M.E.Vidal, etc.); aunque también denostó y agravió a Macri, Del Caño, Wagner, y siguen más nombres.
Fracasó como candidato a gobernador, intendente o concejal, pero como cualquier puestito oficial le viene bien terminó antes de ser Ministro de Seguridad, siendo interventor en Y.C.Río Turbio. El tweet del periodista y dibujante NIK, uno de los más importantes humoristas gráficos del país, que simplemente hace una crítica de su gestión, le provocó una reacción animal pues además de contestar a NIK, amenazó a los hijos, a la escuela donde concurren y en consecuencia a la colectividad judía.
Su falso pedido de disculpas sin arrepentimiento, induce a pensar si con el cargo que ocupa de Ministro de Seguridad, tenía la necesidad.de escrachar a la familia de NIK o aprovechó la oportunidad para provocar algún incidente verbal, donde siempre mostró hábil verborragia.
Los Fernández, los Felleti, los Rachid y muchos más deberían leer estas líneas de Nelson Mandela: “Es el deber de los periodistas denunciar la conducta de las figuras públicas y exponerlas a la luz”.