Hace algunos días, en unos de mis capítulos un padre lector de nuestras series confió en mí, lo suficiente como para pedirme un consejo sobre cómo apoyar a su hijo adolescente autista, que se encuentra en preparatoria, las escuelas en esta etapa suelen ser muy limitantes sobre el tipo de apoyo que damos como padres, así que su hijo ahora sufre las consecuencias porque ya no tiene esa red de apoyo que tenía en las etapas anteriores y sus calificaciones están siendo afectadas. Me pregunta a mi ¿Qué puede hacer?…
Mi querido amigo, porque en este camino encuentro personas que termino viendo como amigos porque somos compañeros y sufrimos lo mismo. Te puedo decir lo siguiente: Yo tengo pleito casado con el sistema educativo, porque no hay un compromiso de por medio con las necesidades que nuestros hijos demandan, lo cual es ridículo, porque ellos nos están diciendo que lo tienen al momento de aceptarlos en sus escuelas. Nos piden diagnósticos para ser archivados en cajas, para no leerse, tienen a personal mal pagado, sin vocación dando clases, incapaces de generar empatía y dispuestos a reprobar a lo “baboso”… A veces me encuentro en eterna depresión y cansancio por luchas que parece no tienen respuesta, ni solución, no voy a decir que todo está mal, creo que he ganado uno que otro aliado y eso me reconforta muchas veces.
Entiendo que deseamos que a nuestros hijos les vaya muy bien, que tengan excelentes notas, que triunfen, porque sabemos que pueden con esto y más. Pero si te soy sincera, eso no me importa ya a mi… Dejó de importarme hace mucho tiempo, porque me di cuenta que prefiero a un hijo feliz, que cumpla con lo que deba de cumplir, pero que esté contento de ir a la escuela, de hacer amigos, de poder socializar y si tenemos una que otra nota baja, me tiene sin cuidado, probablemente no tenga una escuela de renombre, pero tendrá la actitud y la felicidad para poder sacar adelante cualquier cosa.
Y créeme no estoy de acuerdo con que las escuelas limiten el apoyo de los padres, porque si ellos no están a la altura de proporcionar las herramientas que nuestros hijos requieren, lo último que deben de hacer es prohibirnos a nosotros hacerlo por ellos, entiendo que esperan que como cualquier otro alumno, nuestros hijos logren esa independencia, lo cual es algo bueno y beneficioso para nuestros adolescentes, lo malo es que para que ellos puedan lograrlo se requiere del doble de esfuerzo a comparación de cualquier persona neurotípica, la inequidad siempre está presente.
Si te digo la verdad es que mi estrategia siempre ha sido: exigir lo que sé que mi hijo puede lograr, empoderarlo, darle mi apoyo incondicional y motivarlo. No dejo que sus calificaciones lo definan, porque al final sé qué de eso no dependen los buenos trabajos.
Mi consejo para ti es que continues en terapia, recuerda que el autismo es un espectro, se mueve, probablemente tu hijo ahora requiera apoyo en unas áreas que no habias notado y por eso lo manifiesta en las bajas calificaciones, soluciones hay muchas amigos, no se desesperen, la luz siempre está presente.
Hay algo muy curioso que pasa en el camino del autismo, es que a veces nuestros hijos nos engañan, puede que ahora mi hijo no necesite repetir las mismas oraciones una y otra vez, puede que ahora mi hijo no necesite correr de un lado a otro, puede que mi hijo ahora ya coma algo que antes no podía.
Con Ian eran las pizzas y sándwiches… Una vez cuando tenía como 5 años o 6, nos dijo no mamá, es que la pizza no la quiero probar, voy a probarla en 3 años más… Pasaron 3 años y la probó, no es su comida favorita, pero de vez en cuando si le ofrecemos puede que se coma una rebanadita, cuando le ofrecíamos sándwiches nos dijo: Creo que estaré listo para comer sándwiches en la secundaria y dicho y hecho. No es su favorito, pero te acepta comer sándwiches de lonche para la secundaria. A veces nos dan regalitos en el espectro. Te ofrecen una flexibilidad que antes no existía, pero ahora me queda con la interrogante, si ya pudimos lograr esto, ahora qué es lo que tengo que solucionar.
Todo se vuelve más complejo, por eso mucha gente cree que hay una cura en el autismo, pero no es eso, es simplemente un avance y un retroceso en algo más, a veces sentimos que damos 2 pasos adelante y retrocedemos 4, pero no se desanimen, porque si avanzamos ya hay una batalla ganada que no se olvida, estemos conscientes que nuestros hijos siempre requerirán nuestro apoyo y eso está bien, no es malo el que lo necesiten, lo malo es que no tengan a quien pedirlo.
Hagan de sus hogares, el lugar más seguro para sus hijos, de sus brazos el descanso para ser libres, de sus palabras el aliento para que puedan con todo y de su vida un papalote de colores…
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