¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia según Edith Henderson Grotberg, es: “La capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas”.
¿Por qué hay personas que pueden ganar cuando pierden?
Resiliencia se refiere a la capacidad para sobreponerse a situaciones de adversidad.
Cuando un sujeto es capaz de hacerlo, se dice que tiene resiliencia adecuada, y puede sobreponerse e incluso resultar fortalecido.
¿Es verdad que el dolor emocional nos hace fuertes?
No necesariamente; las experiencias dolorosas pueden dejar huellas de dolor y de pérdida o pueden ser un camino hacia la transformación positiva si tenemos desarrollada la capacidad de resiliencia.
La resiliencia es parte del proceso evolutivo y debe ser promovido desde la niñez.
Según los expertos en el tema esta cualidad es potencial: es decir, puede ser promovida en cualquier persona.
¿Que debe recibir un niño para crear características resilientes dentro de su personalidad?
- Tener desde pequeño una persona en la que puede confiar y que lo ama incondicionalmente.
- Tener padres que pongan límites, promuevan la independencia, sean buenos modelos a imitar y faciliten un ambiente que se inclina a la salud, la educación y la estabilidad.
Cuando un niño recibe este apoyo externo es capaz de construir fuerza interior y lograr lo siguiente:
- Tener relaciones confiables fuera del entorno familiar. Sentir empatía y preocupación por los otros, así como respeto.
- Ser una persona que agrada, que se respeta a sí misma, que es optimista y confía en sí misma.
- Ser una persona que puede planear el futuro y lograr lo que se propone. Responsable de sus propias acciones y de sus consecuencias.
- Capacidad de expresar sentimientos y pensamientos, así como generar nuevas ideas para la resolución de problemas.
- Encontrar el sentido del humor en la vida, ser capaz de reducir su propio stress, controlar sus emociones e impulsos, pedir ayuda cuando lo necesita.
- Capacidad para resolver conflictos en diferentes ámbitos: académico, laboral, personal y social.
Ante una situación adversa todos estos factores se combinan y se utilizan para luchar y mantenerse de pie.
La base de la resiliencia es una autoestima consistente la cual es el resultado del cuidado afectivo hacia un niño o un adolescente por un adulto significativo en su vida.
Este adulto debe ser “suficientemente bueno”, es decir capaz de dar respuestas sensibles, lograr conectarse con las necesidades emociones del niño o adolescente para lograr un vínculo afectivo fuerte y confiable.
Esta es la base que le permitirá tener relaciones sanas y desarrollar una mente capaz de resistir dolor y frustración y aprender de esto.
Cuando pienses en que quieres que tu hijo logre cuando sea un adulto, créeme que deseas que logre ser una persona resiliente, lo cual aumenta significativamente sus probabilidades de ser feliz.
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