A menos de una semana para que se efectúen las elecciones presidenciales en la Unión Americana, los temores que se manifestaron por algunos correligionarios en diversas partes del mundo, sobre la actuación del Demócrata Obama como posible futuro Presidente, en gran medida ya se han aplacado, gracias a las aclaraciones de campaña sobre sus orígenes y actitudes frente al judaísmo e Israel; no obstante, los Republicanos tratan a toda costa de atraer el voto judío en el estado de Florida.
Y continuando con el tema político, se dio el caso en Jerusalem de que el Presidente Shimon Peres, convocara a elecciones anticipadas por el fracaso de Tzipi Livni, de la cual creíamos que tendría el respaldo de los demás partidos en la Knésset. Así es la política, pero en el caso de Israel, aunque las cosas se pongan al rojo vivo, siempre se encuentra el camino para conservar la unidad nacional, sobre todo cuando se ven los nubarrones nucleares de Irán, con la presencia y políticas extremistas de los seguidores de Mahmud Ahmadineyad, quienes han aumentado la represión hacia los iraníes, sobre todo y con violencia abierta, hacia las minorías cristianas.
Sobre lo mismo, uno de los últimos acontecimientos en ese país que tiene perplejos a muchos defensores de los derechos humanos y ministros de iglesias, es la muy posible aprobación de un proyecto de ley bajo el nombre de “Código Penal Islámico”, que contempla la pena capital para cualquier varón iraní que abandone la fe islámica y se convierta a otra religión, mientras que para las mujeres la pena que se señala es la de cadena perpetua. El proyecto ya ha tenido un apoyo abrumador en el parlamento (196 a favor contra 7).
Debido a estos casos de intolerancia y extremismo, es que Israel toma muy en cuenta todos lo movimientos de un país, que aunque no tiene colindancia con él, los esfuerzos nucleares y misilísticos, sumados a una retórica amenazante de su líder en contra de la misma existencia del Estado Judío, continúa con sus llamados de alerta hacia otras naciones y líderes que aunque ven el peligro, se abstienen de tomar medidas urgentes.
Curiosamente dentro del mundo islámico, se ha dado un fenómeno de reconocimiento y distención, que en realidad no se sabe si será duradero; en concreto el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Siria y Líbano, dos países vecinos que por más de 60 años, al independizarse de los franceses, no tuvieron la confianza suficiente para hacerlo, pues en el caso de Damasco se pretendía que Líbano fuera parte de una Gran Siria. Esperemos que ahora que ya se decidieron, también cambien su actitud hacia Israel.
En el marco de los acontecimientos nacionales y ante los embates financieros mundiales, que por fin llegaron a México -no como la gripe anunciada por algún Secretario- las cosas se ponen más difíciles, pero “con el tiempo y un ganchito” -como dice la canción- no serán imposibles. En lo que si somos constantes, o mejor dicho sin cambios aparentes a la vista, es en la política que llevan todos los partidos y sus representantes; los dichos y los desdichos, siguen a la orden; características muy propias…
¡Qué le vamos a hacer!
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