IV
Su nombre era Harry Hard, H.H., el día que nació en Boston Massachusets fue cuando sus padres pensaron que como ellos iba a dedicarse a la educación bachilleres, pero desde la educación secundaria era apodado ―speedy hacker-el hacker veloz- y su estilo de vida era transitorio, su único interés eran las computadoras. Pasaba la mayor parte de sus viajes surfeando, ocupando edificios abandonados y visitando cibercafés, bibliotecas y universidades para investigar sus redes, y ocasionalmente aprovechar agujeros de seguridad para crear daño a la libre empresa. Trabajó esporádicamente para varias empresas importantes, a las que les robaba información. Su forma de vida le había permitido viajar por las costas estadounidenses, habitualmente en bus, llevando todas sus pertenencias en una mochila, especialmente una computadora portátil. Le interesaba encontrar un sistema que lo incluyese todo, especialmente a sí mismo como parte de un universo perfecto. Harry ciertamente no creía en Dios, era un libertario y un apasionado por la política, pero más tarde cuando descubrió que solamente ganaban las elecciones los demócratas o los republicanos se dio cuenta que algo fallaba en el sistema.
Entonces fue cuando decidió unirse al Frente de Liberación de la Tierra.
―Un hacker es un experto y un gúru en varias o alguna rama técnica relacionada con la informática: programación, redes de computadoras, sistemas operativos, hardware de red y se le llama hackear a las obras propias de un hacker.
Contestó Harry en un email a un admirador.El término “hacker” trasciende a los expertos relacionados con la informática, para también referirse a cualquier profesional que está en la cúspide de la excelencia en su profesión, ya que en la descripción más pura, un hacker es aquella persona que le apasiona el conocimiento.
Su tarea como hacker comenzó con el pie izquierdo, entonces se empezó a dar a conocer en la red como sombrero gris, pues a pesar de que tenía todas las oportunidades para trabajar como programador experto para las mejores empresas de programación e informática, había preferido pleitearse con ellos y entrar secretamente en sus redes privadas. Al principio pensaba hacer dinero con el robo de la información, hasta que fue atrapado por la policía de Massachusets por infiltrarse en las redes de Microsoft y robar de allí passwords e informaciones secretas del futuro de la empresa. Se dio a conocer entonces principalmente por irrumpir en redes de alta seguridad de las redes informáticas, con su posterior detención. Nunca había pensado que su primer reconocimiento se le daría en una estación de policía. A los diez meses fue puesto en libertad bajo custodia del gobierno Federal, y aceptó un trato oscuro y vil, trabajar en espionaje de redes para el mismo gobierno de los Estados Unidos.
En los siguientes años trabajó en la oficina de la ARS, para el gobierno de los Estados Unidos. No era un lugar elegante como un piso de Microsoft o Apple, sino un sótano del cual nadie en el mundo excepto él y algunos otros ex-convictos tenían conocimiento, pero había buenas computadoras, que es lo que más le interesaba. Allí no le iba tan mal, tenía un cuarto donde dormir y dulces para pasar el día, fumaba cigarros y era un adicto a la nicotina, comía constantemente galletas redondas que lo engordaban lentamente, estaba satisfecho, hasta que una buena tarde de verano recibió un email especial, de un tal John Hadmond.
Fue a ver a John Hadmond en la Biblioteca de la Universidad de Harvard, una de las mejores bibliotecas a nivel mundial. Harvard ocupaba el primer puesto en prestigio. Se considera la más antigua universidad de los Estados Unidos de América. Fundada el 8 de septiembre de 1636 como New College en Cambridge, Massachusetts.
Hadmond le había propuesto hacer un cambio e ir a un centro de rehabilitación. Lo que le parecía sospechoso es la forma en que había llegado hasta él, en un email privado y reservado para los hackers más expertos.
Harry se había hecho de mala fama, y empezó a criticar a Microsoft en todo foro posible, hacia tareas prohibidas detrás de la espalda del gobierno, entraba secretamente en redes, escribía y ensuciaba a las grandes empresas en foros públicos bajo tutelas ficticias, y comenzó a organizar una central de Inteligencia Artificial para hackers de la cual nadie tenía conocimiento.
Sus críticos lo etiquetaron reiteradamente como un buscador de publicidad, o como un renegado, un niño genio amargado del sistema. Escribía frases en foros como: “Todo lo que podía decir sobre mi persona o mis acciones sólo degradan lo que tienen que decir por sí mismos‖. Harry comenzó a atacarlos a todos a su alrededor, fue entonces cuando escuchó acerca del Consejo de Sabios de Internet. John Hadmond le habló de ellos. Harry abrió su corazón a John, y le contó todo acerca de su vida.
El gobierno lo había cuestionado una y otra vez, ¿Cómo había entrado en las redes de Microsoft?. Pero él siempre contestaba como autómata lo mismo.
-A veces, las empresas utilizan servidores proxy para permitir a sus empleados el acceso a Internet, sin que el acceso a Internet dependa de su red interna. Sin embargo, cuando estos poderes se configuran incorrectamente, puede permitir el acceso a la red interna de la empresa. Utilizaba una herramienta llamada Proxy-Hunter ―cazador de proxys‖ pero jamás habló de esto con la policía federal.
A cambio les prometió que se portaría bien y que utilizaría todo su conocimiento en favor del gobierno y de sus redes, y a cambio de esto le prometieron helados, galletas y leche, y lo más importante de todo, no ir a la cárcel. Harry expresó remordimiento en el juzgado por el daño que había causado a través de su intrusiones, con la corte acta citando lo que añadió: “Quiero responder por lo que he hecho y de hacerlo mejor con mi vida‖. Esta frase era suficiente para los psicólogos del gobierno y darse cuenta que no era más que un niño maltratado y deprimido. El Tribunal de Distrito le impidió el ejercicio de ciertas libertades, en particular la capacidad del empleo de cualquier software de protección de la intimidad, los viajes fuera de ciertos límites establecidos, o socializar con los investigadores de seguridad. Supo por otros hackers que ser hacker era un súper poder.
Una vez en las filas del gobierno decidió crear un foro secreto para hackers, de esta forma jugaría ambivalentemente, si el gobierno descubría su foro, el diría que era una trampa para atrapar otros hackers, y si no lo descubrían, crearía una red secreta de hackers para destruir las redes del gobierno. Decidió confesarle todo a John Hadmond.
-Como editor del JFile (el “Archivo de la jerga hacker”) y autor de algunos documentos bien conocidos del mismo tipo, a menudo recibo emails de entusiastas novatos de la Red preguntando: “¿Cómo puedo aprender a ser un hacker mágico?” Triste es decir que no parece haber ninguna FAQ ni documento web que aborde este tema vital. El JFile contiene un montón de definiciones del término “hacker”, la mayoría basadas en la afición a lo técnico y en el placer de resolver problemas sobrepasando los límites.- dijo Harry.
-Existe una comunidad, una cultura compartida, de programadores expertos y magos de las redes, cuya historia se remonta décadas atrás a los tiempos de los primeros miniordenadores de tiempo compartido y los tempranos experimentos con ARPAnet. Los miembros de esta cultura crearon el término “hacker”. Los hackers construyeron Internet. Los hackers hicieron de Unix el sistema operativo que es hoy día. Los hackers hacen andar Usenet. Los hackers hacen funcionar la WWW. Si eres parte de esta cultura, si has contribuido a ella y otras personas saben quién eres y te llaman hacker, entonces deberías estar orgulloso. Los mentalidad hacker no está confinada a esta cultura del software. Hay gente que aplica la actitud de hacker a otras cosas, como la electrónica o la música —de hecho, puedes encontrarla en los más altos niveles de cualquier ciencia o arte. Los hackers de software reconocen estos espíritus emparentados en otras partes y pueden llamarlos “hackers” también— y algunos sostienen que la naturaleza hacker es en realidad independiente del medio particular en el cual el hacker trabaja.
Existe otro grupo de personas que se llaman a sí mismos hackers, pero que no lo son. Son personas que se divierten irrumpiendo ilegalmente en ordenadores y haciendo “phreaking” en el sistema telefónico. Los auténticos hackers tienen un nombre para esas personas: “crackers”, y no quieren saber nada de ellos. Tú debes decidir a qué grupo quieres pertenecer. Los auténticos hackers opinan que la mayoría de los crackers son perezosos, irresponsables y no muy brillantes, y fundamentan su crítica en que ser capaz de romper la seguridad no le hace a uno un hacker, de la misma manera que ser capaz de arrancar un coche con un puente en la llave no le convierte en ingeniero de automotores. Desafortunadamente, muchos periodistas y escritores utilizan erróneamente la palabra “hacker” para describir a los crackers; esto causa enorme irritación a los auténticos hackers.
Harry se conmovió por el interés que John mostró, como un padre hacia un hijo.
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