Los destinos de Israel y de Estados Unidos están intrínseca e íntimamente entrelazados. Ambas naciones tienen historias complejas de conflictos, innovación y liderazgo en el mundo. En la política estadounidense, la relación del candidato político con los judíos y su postura sobre Israel se discuten y debaten de forma regular y apasionada. Debido a esto, los israelíes a menudo siguen la política norteamericana con interés.
El proceso de eliminación política de Estados Unidos ha dado paso a un punto muerto entre Donald y Hillary. Por supuesto, la lucha de perros organizada es ilegal en Estados Unidos. Y sin embargo, los afilados intercambios entre los restantes candidatos parecen presagiar un proceso político tras las convenciones del partido demócrata y del partido republicano que se asemejará más a una lucha a muerte entre dos pitbull que a un intercambio civil de posiciones políticas o a las expresiones de sus sueños para un futuro más próspero.
Todos los candidatos estadounidenses a la presidencia del país tienden a expresar algún apoyo a nuestro Estado judío. Trump ha dicho: “Israel es un aliado muy, muy importante de Estados Unidos y vamos a protegerlo al cien por cien”. Aunque Hillary a menudo expresa su apoyo hacia Israel, a veces como secretaria de estado puso una presión excesiva sobre Israel para alinearse con las expectativas del Presidente Obama y el calendario del llamado proceso de paz.
Es inmoral, deshonesto e irracional tratar a Israel y a la Autoridad Palestina, que no es otra cosa que una banda de mafiosos terroristas, como culpables por igual por el fracaso del proceso de paz. Mientras Israel sea culpada a pesar de sus sacrificios y esfuerzos por la paz, la Autoridad Palestina no dejará de incitar al terror palestino. No habrá nunca un proceso de paz con éxito hasta que la administración norteamericana y los europeos no reconozcan que los líderes palestinos no estarán dispuestos nunca a igualar las concesiones israelíes para la paz mientras EE. UU. y Europa mantengan tanta presión sobre Israel.
La confianza es una preocupación legítima. Hillary lleva casada con Bill Clinton más de cuarenta años. Según el fiscal especial Kenneth Starr, el Presidente Bill Clinton mintió bajo juramento y obstruyó la justicia. Los demócratas deberían estar asombrados y avergonzados por la reunión de Bill Clinton con la Fiscal General de EE. UU., Loretta Lynch, justo antes del interrogatorio de su esposa por parte de investigadores del FBI. La reunión no fue bien vista y tanto Lynch como Clinton han dicho que no lo harían de nuevo. ¿Se puede confiar realmente en que Bill Clinton no habrá intentado de nuevo obstruir a la justicia?
Bill no debería de haber salido más o menos bien parado por mentir bajo juramento mientras era presidente. Si Hillary ha infringido la ley, entonces también debería ser responsable como cualquier otro estadounidense. Si es inocente, entonces la caza de brujas debería parar. Con todo lo serio que debería ser para todos nosotros la confianza en Clinton, los pronunciamientos extremos de Donald Trump superan incluso las aparentes deshonestidades de los Clinton.
La gota que colmó el vaso para mí fue cuando Donald tuiteó una imagen de billetes de 100 $, una estrella de seis puntas y una foto de Hillary como la “candidata más corrupta de la historia”. A menudo hemos sido caracterizados como “judíos deshonestos y corruptos”. Así que cuando Donald mezcló la palabra “corrupta” con dinero y la Estrella de seis puntas de David, la asociación fue inconfundible. A principios de este año, Louis Farrakhan alabó a Trump por decirnos que él no quiere nuestro dinero.
Donald caracterizó más tarde la estrella de seis puntas como la estrella de un sheriff o una estrella lisa, aunque le faltaban las características innegables de una estrella de sheriff real. Si realmente creyó que una estrella de seis puntas mezclada con dinero no era una asociación antisemita, ¿entonces por qué borró el tuit después de la tormenta mediática? El sitio web neonazi Daily Stormer alabó al “líder glorioso” por tuitear la imagen de Hillary con dólares y una “estrella judía”.
Los republicanos judíos a veces señalan a Jared Kushner, el yerno judío de Trump, como prueba de que no puede ser antisemita. Tener a un yerno judío no hace a un filosemita. Hay varios grados y niveles de antisemitismo. Muchos simpatizantes de Trump permiten que muestre una atroz insensibilidad, aparentemente sin igual en la historia de la política presidencial norteamericana.
¿Puede Trump ser realmente tan ignorante que no reconociera inmediatamente la naturaleza antisemita de asociar el dinero, una estrella de seis puntas y la deshonestidad? ¿O está Trump simplemente siendo coherente en su uso de la estrategia de ofender a la audiencia para manipular los medios en ausencia de una recaudación de fondos efectiva? Tanto si es un antisemitismo descarado como si es una indignante insensibilidad hacia los sentimientos judíos, un individuo inteligente no puede sentirse cómodo con ello.
Las afirmaciones de Trump sobre que los demás candidatos republicanos a presidente que no le apoyen “no deberían tener permitido presentarse de nuevo” es solo un ejemplo entre muchos de la tendencia del hombre de negocios de Nueva york hacia los pronunciamientos “extremos”. Con demasiado frecuencia parece incapaz de ningún tipo de discusión racional moderada que no lleve en último término a una posición extrema.
Sigue cociéndose un último y determinado esfuerzo por desviar la nominación de Trump. Demasiados republicanos preeminentes han expresado asombro tras tuits aparentemente misóginos, xenófobos y antisemitas, y su consternación por la posibilidad de una presidencia de Trump erráticamente impredecible. Cuando tantas personas dentro del propio partido de un candidato le ven como divisivo y propenso a expresar afirmaciones controvertidas innecesarias, ¿podemos estar seguros el resto de nosotros de que podrá cambiar a mejor cuando consiga las riendas del poder?
El uso y mal uso del Mandato Sagrado para promover una agenda política llegó a nuevos mínimos cuando el multimillonario donante del partido republicano, Foster Friess, aconsejó a las mujeres cristianas evangélicas con principios que respaldaran a Trump a pesar de las preocupaciones sobre su fibra moral. Friess señaló desagradablemente que el Rey David planeó ganarse el afecto de Betsabé aunque eso significara enviar a su marido a morir en combate, “durante la historia, Dios ha empleado personas imperfectas para cumplir su voluntad perfecta”. Friess ha argumentado que las personas no deberían ser juzgadas por sus imperfecciones pasadas o incluso presentes, sino más bien en lo que pueden convertirse.
¡Ay! Tened miedo. Mucho miedo.
No importa lo mucho que los anteriores candidatos republicanos hayan intentado mantener la carrera civilizada, los intercambios con Trump durante los debates descendieron inevitablemente a una sucesión caótica de insultos y de acusaciones inmaduras. Debido a que Hillary es reacia a huir de una buena pelea y a veces incluso parece disfrutar “bajar y mancharse las manos” en sus descripciones de Trump, podemos esperar un verano y un otoño de “él dijo, ella dijo”.
¿Qué es peor, una cuestión de confianza o insensibilidad hacia las preocupaciones judías? Sí sé que los judíos no pueden quedarse sentados mientras un candidato deshonesto o ignorante hacen asociaciones antisemitas. Como poco, la Historia nos ha enseñado que el pasado y el presente de una persona predicen con precisión las tendencias futuras. No esperemos a que sea demasiado tarde antes de que levantemos nuestra voz como protesta.
La política no es mi tema favorito. Los puntos de vista político y teológico se basan en gran medida en los antecedentes, experiencia, ideales, visión del mundo, preocupaciones, intereses, esperanzas y miedos de la persona. Nosotros no podemos probar qué candidato será mejor para Estados Unidos, Israel o para el resto de la humanidad igual que no podemos probar científicamente las proclamaciones judías de fe como que “Dios es uno”. Lo único que podemos hacer es mirar el expediente anterior de los candidatos, sus posiciones políticas y su conducta y carácter generales.
Me asusta que la gente diga cosas como: “Tenemos que cambiar aunque sea el cambio equivocado”. Dichas afirmaciones me parecen excesivamente ilógicas, aunque estemos viviendo en tiempos políticamente ilógicos. Ningún cambio es mejor que el cambio equivocado, en mi opinión.
Aunque el FBI ha recomendado que no se presenten cargos contra Hillary en conexión con sus correos electrónicos mientras era Secretaria de Estado, la cuestión de la confiabilidad no desaparecerá. Sin embargo, como mínimo, Hillary es relativamente predecible. Lamentablemente, las personas predecibles son más fáciles de controlar. Donald es solo predecible en su imprevisibilidad. Muchas personas encuentran este rasgo de su personalidad alarmante en una persona que podría tener acceso en el futuro al poder de la presidencia de Estados Unidos. El pueblo americano debe decidir qué es mejor o cuál es el menor de los dos males.
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Mandato de Yoeli: Deja tu marca, supón una diferencia para el bien y haz lo que te corresponde para asegurarte de que ellos nunca devoran de nuevo a Jacob ni hacen un desecho de su morada.
Puede enviar un e-mail a Yoeli Kaufman al correo [email protected]
Información biográfica: Yoeli Kaufman obtuvo su título de grado (B.A.) en Culturas e Idiomas del Cercano Oriente en la Universidad Indiana y después trabajó como traductor de árabe para el servicio de Inteligencia del Ejército de EE. UU. Obtuvo su máster de la Universidad Temple en Administración Educativa. Como fundador de los Amigos de Israel de la Costa de Oregón, Yoeli es un defensor apasionado de Israel.
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