El momento de mi muerte

La idea de morir me da vueltas en la cabeza.
¿Cuándo morir? ¿Cómo morir?
Puedo morir sin sufrir, en el momento adecuado.
Escogeré yo el instante de mi muerte.

Una muerte digna, que sea como mi vida.
Ejemplar, de constante mejora, de crecimiento continuo.
Que los demás vean como se debe morir.
Que sea una enseñanza, una verdadera lección.

Escojo morir, sin sufrimiento, ni decadencia.
Sin encogerme, ni ponerme fea.
Sobre todo, no padecer ni sufrir dolor alguno.
Quiero morir como el sol, al morir el día.

Que lograré con esto, me pregunto, vanidosa.
Será un buen ejemplo, será una obra maestra.
La gente me recordará en mi mejor momento.
Pasaré a la historia, sin haberla dejado.

Que lograré con esto, me pregunto.
Cuantos amaneceres me perderé, por voluntad propia.
Los besos que se quedarán en mi boca, sin salir.
Las sonrisas que se oxidarán en mis labios.

Los nietos o bisnietos que ya nunca veré.
Mis amigos o conocidos, que dejaré.
La música y el arte, que mis sentidos perderán.
Todo lo bueno de la vida, ya no tendré.

Esperaré paciente mejor, que la vida sola se vaya
que el destino, cuando así lo decida me lleve.
NO apresuraré el paso, si no es necesario.
Esperaré tranquila, que el momento llegue.

Guardo mi presunción en una caja.
No daré más lecciones, ni interesa.
Viviré la vida intensamente, profundamente.
Quiero morir, cuando llegue el día.
Ni un momento antes, ni un minuto antes.