La primera mención de dos familias judías en Arad es de 1717, aunque después se pierde la pista de la comunidad judía en la ciudad y comienza a aparecer en los censos a finales del siglo XVIII. En 1788 se constata la presencia de 352 hebreos; en 1850, 3.418; en 1880 asciende hasta los 4.415; en 1910 eran de 6.295 y en 1930 el censo eleva la cifra hasta los 7.811. Sin embargo, otras fuentes dan fe de que la comunidad en los años treinta podría superar los 10.000 miembros, algo que no sería extraño porque seguramente muchos judíos no se censaban como tales a aparecer así oficialmente por miedo en uno de los países más antisemitas de Europa.
La primera sinagoga de Arad se construyó en 1758 y hay noticias de la inauguración de otra nueva sinagoga en 1838. En 1832, se abrió la primera escuela primaria judía, seguida en 1855 por una escuela para niñas y, en 1872, por un gimnasio estatal. En la primera mitad del siglo XIX, Arad fue uno de los centros importantes del movimiento de reforma judía dirigido por el gran rabino Aaron Chorin, enterrado en el cementerio que ahora reseñamos.
Los líderes más importantes de la comunidad local fueron los rabinos Israel Schachter, Iacob Jichak y Jochanan, todos contemporáneos y ejerciendo en el siglo XVIII, Yehuda Leb Broda, en torno al año 1768, Israel Hirsch Szemnitz, en 1788, Aaron Chorin (entre 1789 y 1844), Jakob Steinhardt (1844-1885), Rosenberg Sandor (1885-1909), Vagvol Lajos (1909-1940) y Schonfeld Miklos (1939-1960).
Los judíos de Arad compartieron el destino de los judíos de Rumania entre las dos guerras mundiales, sufriendo un creciente antisemitismo y, más tarde, con la complacencia de la autoridades rumanas y húngaras -pues durante algún tiempo Transilvania fue ocupada por la Hungría fascista-, el Holocausto. En los años del gobierno de Antonescu, las dos comunidades judías de la ciudad, la ortodoxa y la neologista, se unieron para poder trabajar mejor por los intereses de sus miembros y por preservar su identidad, perseguida entonces por los gobiernos de corte fascista que se sucedieron en el país.
La población judía en ese periodo llegaba hasta los 7.835 miembros, según un censo efectuado en 1941, y de 9.452, en 1942, debido este último aumento a la concentración forzosa en Arad de judíos de las aldeas y pueblos de la zona por parte de las autoridades fascistas rumanas entre 1941 y 1942. Los judíos del distrito de Arad junto con los del distrito de Timisoara estaban programados para ser deportados al campo de exterminio de Belzec en 1942, al comienzo de una masiva operación conjunta rumano-alemana que tenía como objetivo a todos los judíos de Regat y el sur de Transilvania, pero, finalmente, el 11 de octubre de 1942, se anuló la orden de deportar a los judíos de Arad y se salvó esta comunidad. Junto con la mayoría de los judíos de Regat y el sur de Transilvania, los judíos de Arad sobrevivieron a la guerra se puede decir que casi milagrosamente.
LA COMUNIDAD JUDÍA TRAS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
La comunidad judía de Arad estaba compuesta por 13.200 miembros en 1947. Posteriormente, se produjo una disminución progresiva debido a la emigración de esta comunidad hacia otros países tras el establecimiento de un régimen comunista en Rumania, principalmente a Israel, Europa Occidental, los Estados Unidos y Canadá. En 1969, la población judía era de 4.000 miembros y, a principios del siglo XXI, contaba con unos pocos cientos y siguió disminuyendo numéricamente hasta contar con apenas 380 personas en su haber en el año 2000, la mayor parte ancianos que ya no deseaban emigrar. Es probable que en la actualidad el número de hebreos sea todavía menor
En lo que respecta a este cementerio, abierto inicialmente en el rito neolog, hay que reseñar que fue reinaugurado después de 1900 en una fecha indeterminada, pues no hemos encontrado el dato exacto, aunque su origen es anterior, toda vez que en su interior se han encontrado algunas lápidas del siglo XVIII. El último entierro conocido fue en el año 2000, según informan las páginas web de la comunidad judía local y sigue en uso, aunque ya casi no hay entierros debido a que la vida hebrea se ha ido extinguiendo inexorablemente.
En este cementerio, como ocurre en otros de Transilvania, podremos encontrar las lápidas en hebreo, húngaro y rumano, incluso conviviendo a veces las tres lenguas en una misma tumba, seguramente porque un miembro de la pareja enterrada pertenecía a una de esas comunidades. Siento la parquedad y la brevedad de esta nota sobre este cementerio, pero es que no hemos encontrado demasiada información sobre el lugar ni sobre la historia del camposanto -ni siquiera en las páginas de la comunidad judía de Arad en rumano- y apenas ofrecemos esta escueta semblanza con la esperanza de que algún día cercano podamos ampliarla.
Dirección: Strada Toporas, 4.
FUENTES CONSULTADAS:
Enciclopedia judía virtual: https://www.jewishvirtuallibrary.org/arad-2
Enciclopedia YIYO sobre los judíos de Europa Central y del Este:
https://yivoencyclopedia.org/article.aspx/Arad
Fotos: Del autor de la nota
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