El pasado lunes, el embajador de Rusia en Turquía, Andrei Karlov, fue asesinado por Mevlut Altintas, mientras Karlov daba un discurso en una exposición de fotos titulada “Rusia vista por los turcos.” Altintas, era miembro de las fuerzas antidisturbios del gobierno islamista turco y tras disparar al diplomático, clamaba que sus acciones eran en venganza a los bombardeos rusos en Siria. Sin embargo, el mensaje que esas balas llevaban eran más poderosas que el odio, el radicalismo y la animadversión. Esas balas agudizan así la crisis diplomática que reina entre los países que forman parte de este conflicto (por ejemplo, Ankara y Moscú llevan menos de 3 meses de haber reanudado sus relaciones tras el derribo de un avión ruso por parte de rebeldes-turcomanos que Turquía financia en Siria) y en este escrito, entenderemos el rol de esos elementos que forman parte de una guerra que ha acabado con 450,000 almas.
La primavera árabe fue un conjunto de protestas de carácter-sociopolítico que inició en 2011 como contraposición a los regímenes autoritarios de la región. En el caso de Egipto, acabó con la dictadura de Hosni Mubarak y el posterior ascenso de la Hermandad Musulmana en lo que fue la primera elección democrática en la tierra de los faraones. Sin embargo, dicho gobierno fue derrocado por el Comandante Abdelfatah Al-Sisi. También, Túnez gozó de grandes cambios políticos. Este país, el cual bajo la dictadura de Zine El-Abidinse estuvo abierto al mundo occidental, logró redactar una constitución laica, denominaciones no-musulmanas fueron reconocidas e incluso, la comunidad LGBTTQ logró establecerse en la sociedad tunecina. Lastimosamente, el aperturismo propuesto por los seculares ha sido frustrado debido al control de los islamistas del parlamento nacional. Sin embargo, fue Siria donde la burbuja reventó. Tras repudiar y reprimir las protestas de maestros y miembros de la sociedad civil, los cuales imploraban la llegada de la democracia al país, Bashar Al-Asad rechazó cualquier tipo de reformas.
Esto provocó que facciones del ejército sirio, civiles, y luego ISIS y Jabhat Fateh al-Sham (junto a otros 1,000 grupos rebeldes más), se rebelaran. Durante este conflicto, no solo el régimen ha atacado civiles con gas sarín y ha cometido otros crímenes de guerra, sino que múltiples países se han unido al conflicto en favor de Bashar (como lo es Rusia e Irán), o en contra del régimen apoyando a los rebeldes (y en eso incluyo a los grupos yihadistas) como lo es Turquía, Estados Unidos y los países del golfo pérsico de manera indirecta (Estados Unidos ha gastado más de 1 billón de dólares en armamento y entrenamiento a los rebeldes; sin contar los bombardeos de la coalición contra ISIS que cuestan 10 millones de dólares diariamente), y de manera directa (como lo ha hecho Turquía penetrando territorio sirio para ayudar el avance del Ejército Libre Sirio en Jarabulus).
En el caso de Rusia e Irán, apoyan al régimen explícitamente tanto por intereses económicos y militares, como también por intereses religiosos. La razón por la que Rusia decidió apoyar al régimen (a pesar de argumentar que lo hace para proteger sus fronteras y aterrorizar el ascendente radicalismo en Chechenia) es debido a que los rusos poseen una base militar en Siria con salida al Mediterráneo y porque Siria es su segundo mayor comprador de armas. En el caso de Irán, apoyan al régimen por ser uno chiita y por su afán de ganar la guerra proxy que mantiene contra Arabia Saudí en la región. Irán, quien ha desplegado milicias iraquíes, afganas, combatientes de Hezbolá y 70,000 combatientes iraníes para ayudar los 50,000 soldados del régimen, tiene miedo de perder las 13 bases militares que tiene en Siria. Se estima que Irán ha gastado sobre 100 billones de dólares en este conflicto y paga sobre 250,000 salarios.
A pesar de ello, todo se reduce a un país el cual algún día acogió una de las maravillas arquitectónicas del mundo: Alepo. Si, esa ciudad que usted tanto ha escuchado, que por los pasados 3 meses fue asediada por el régimen y bombardeada por los rusos hasta ser atiborrada con napalm. La “conquista” de Alepo en su totalidad por el régimen de Al-Asad no solo se ha destacado por asesinar a denunciantes de lo que allí aconteció hacia el mundo exterior, sino por los asesinatos de civiles que intentaban escapar del fuego cruzado. Esa a la realidad de Alepo. El asesinato del embajador ruso en Ankara es el reflejo no solo de la anarquía que existe en el mundo musulmán, sino la inestabilidad que vive dicha región.
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